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Dentro de la racionalidad de Hamas, el ataque sorpresivo a Israel tuvo un alto sentido de la oportunidad, pues ocurrió en un momento en que el gobierno de Benjamín Netanhayu se tambaleaba por acusaciones de corrupción y medidas autoritarias, y que Europa y EUA están muy ocupados con la invasión a Ucrania. Asimismo, el ataque redujo a cero la interlocución de la autocrática Autoridad Palestina (AP), ya de por sí débil por sus vínculos con Israel. Agreguemos que Hamas dinamitó los intentos de acuerdos diplomáticos entre Egipto e Israel.
¿Qué hay muchos palestinos muertos y habrá más? Es parte del precio que Hamas está dispuesto a pagar. Desde que se firmaron los Acuerdos de Oslo (1993) se preveía la soberanía palestina en la Rivera Occidental y la Franja de Gaza, en el entendido que habría dos estados reconocidos: Palestina e Israel. En los hechos, ninguna de las partes aceptó la esencia de los Acuerdos. Israel inició la ocupación de territorios, mientras que Hamas asumió como misión la destrucción de Israel.
Hamas surgió como una facción inconforme de la Organización para la Liberación de Palestina, cuando ésta firmó la paz. No obstante, al inicio del siglo XXI, Hamas tuvo un cambio ambivalente. Por un lado, dio muestras de convertirse en un actor político, presentándose a las elecciones legislativas de Gaza (2007), de las cuales salió ampliamente victorioso. A partir de entonces, anuló toda capacidad de gobierno de la Autoridad Palestina (AP) en Gaza y de facto tomó el poder; por la otra, continuó con sus acciones terroristas.
Como parte de esa dualidad, Hamas ha brindado apoyos sociales a los gazatíes, particularmente educación con tintes religiosos y servicios de salud, pero sin hacerse responsable de gestionar las instituciones gubernamentales de la AP. Este papel de benefactor informal le ha permitido contar con bases sociales entre una población que sufre 47 por ciento de desempleo. Las dádivas de Hamas han sido más que bien recibidas, debido al bloqueo que Israel impuso en la zona para contrarrestar el poder del grupo islámico.
Del otro lado de la moneda, Hamas se ha confrontado por lo menos en cuatro ocasiones con Israel durante los últimos 15 años, a veces por iniciativa propia, otras por provocaciones de Israel.
En estos días, los ojos del mundo están puestos en la Franja de Gaza, pero hay que voltear a la Ribera Occidental y cómo influyó en la detonación del conflicto. Aun cuando Israel inició en 2003 su retiro de los territorios ocupados, en 2017 vuelve con un asentamiento, además de mantener una estrecha supervisión sobre la AP y todo lo que ahí ocurre.
Así llegamos a 2023, año en que la conflictividad de la Ribera Occidental ha sido constante, con un saldo de 173 palestinos y 25 israelíes muertos, así como mil y pico de arrestos, tan solo en el primer trimestre. La AP brilla por su ausencia para poner un mínimo de orden. ¿Quién lanzó el primer disparo? Difícil saber, pero ambas partes siguieron tiroteándose indiscriminadamente. Israel inició una serie de redadas para detener células terroristas en los campos de refugiados, luego hubo más tiroreos y así sucesivamente. Una espiral…
Todas estas condiciones han hecho surgir nuevos grupos milicianos dentro de los campamentos de refugiados palestinos. Hamas, no está solo; además del respaldo financiero de sectores árabes radicales, andan por ahí las Brigadas Mártires de al-Aqsa o los Leones del Den, todos dispuestos a entrar a la nueva jihad.
Hamas parecería haber llegado a un punto de no retorno. Es claro que el ataque sorpresivo, seguido de toma de rehenes, asesinatos y hasta decapitaciones de bebés, son hechos que Israel no va a perdonar y hacen imposible un acuerdo de paz en el corto plazo. “Todo miembro de Hamas es hombre muerto”, dijo Netanyahu en una alocución televisada ayer mismo, pero también morirán civiles palestinos, ya sea por los bombardeos o de hambre, pues Israel ha sitiado la Franja de Gaza impidiendo la entrada de ayuda humanitaria.
Del lado de Israel también hay cientos de muertos, mientras el conflicto escala por horas, tanto en la zona, como fuera de ella.
Aun cuando la participación intelectual de Irán no ha sido confirmada, senadores estadounidenses exigen el recongelamiento de seis mil millones de dólares que EUA liberaría a dicho país como parte de un acuerdo previo. La petición tendría como trasfondo la muerte de 22 estadounidenses y 17 desaparecidos, presumiblemente tomados como rehenes. Mientras, Arabia Saudita parece alinearse con Irán ante “la necesidad de detener los crímenes de guerra del régimen sionista” en Palestina (IRNA, 11/10/23).
¿Alguna vez llegará la paz entre israelíes y palestinos? Las probabilidades son pocas si nos atenemos a la cantidad de acuerdos fallidos, el número de guerras ocurridas y los hechos recientes.
Quién le iba a decir a Abraham, hace tres mil 700 años, lo que desataría su asentamiento en esa zona.
Desde entonces, solo se ha vivido la guerra.
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