Relacionamos sustentable con la dimensión ambiental, pero el término involucra tanto la parte económica como la social, e implica de manera integral el desarrollo sostenible. La búsqueda de sistemas sustentables implica diversas disciplinas, grupos de investigación multi-disciplinarios, soluciones integrales y el beneficio mutuo en la sociedad.
El sector más desprotegido son las comunidades indígenas, donde los usos, costumbres y cultura difieren de los de las zonas urbanas, y las políticas públicas desconocen las múltiples realidades que se viven en dichas comunidades marginadas, donde la agricultura de subsistencia es la principal actividad del sector primario. Por lo que surgen las preguntas: ¿Son las comunidades rurales sustentables?, y ¿Cuáles son los factores que influyen principalmente en su desarrollo sustentable? Para responderlas es necesario diagnosticar las condiciones sociales, económicas y ambientales de forma integral incorporando indicadores para evaluar la sustentabilidad en el sistema agrícola de la milpa, que incluye cultivos de maíz, frijol, calabaza, etc.
Para responder estas preguntas en el Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo (CIAD) Unidad Regional Hidalgo, empleamos la metodología MESMIS (Marco para la Evaluación de Sistemas de Manejo de Recursos Naturales) para la evaluación del sistema milpa en el Valle del Mezquital, Hidalgo. En esta región semiárida se utilizan sistemas de riego por medio de canales con aguas residuales y también se practica agricultura de temporal. Caracterizamos y establecimos los indicadores más importantes, entre otros, distribución del ingreso agrícola y el nivel de seguridad alimentaria fraccional para maíz.
Uno de los resultados más interesantes es el impacto de las remesas en la agricultura, el cual es negativo, pues estos recursos se emplean principalmente para otras actividades tales como la construcción, y no para el mejoramiento de la infraestructura agrícola, llevando a los productores al abandono de sus tierras de cultivo y a la dependencia de las remesas, impulsando así la migración campesina y repitiéndose el ciclo. En las comunidades estudiadas entre un 15 % y 35% de población tiene al menos un familiar que emigró a los Estados Unidos, lo que contribuye a la parálisis del desarrollo económico, al abandono del campo y a la pérdida del auto-abasto alimentario; además de las pérdidas de la gastronomía local y de la identidad, principalmente en las generaciones más jóvenes. Cabe destacar la sustitución de los alimentos naturales por alimentos industrializados y comida chatarra, con su impacto en la salud de los habitantes. Este círculo vicioso no es privativo del Valle del Mezquital y se presenta en otras regiones del país.
Aún más, la disminución de la producción agrícola año con año atribuida entre otras causas al cambio climático, ya sea por sequías o inundación, lleva a los productores en pequeño a buscar alternativas laborales. El rescate de la milpa aunado a empresas rurales de los mismos productores, podría disminuir los costos de producción e incrementar el valor de sus productos y esto junto con la apropiación de los canales de distribución podría resolver las necesidades de los productores, y coadyuvar a la disminución de la migración, y a propiciar el desarrollo económico rural sustentable en el territorio.
Texto de Mayra de la Torre en Colaboración con: Yaxk’in Coronado, Doris Leyva.
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