Los pequeños negocios, y también los medianos como gasolineras y restaurantes, y en especial los que manejan comerciantes modestos con expendios de comida y víveres diversos de uso generalizado entre la población de seis municipios ubicados en la sierra de Chiapas, viven un ambiente de terror, esto debido a la lucha encarnizada que libran los cárteles de la droga para controlar esa zona estratégica por ser frontera con Guatemala, por donde se introduce droga y el tránsito de indocumentados, que también se ha convertido en un jugoso negocio para los criminales.
Las calles de municipios como Motozintla, Frontera Comalapa, Chicomuselo, Honduras de la Sierra y Siltepec, enclavados en la sierra lucen vacías, los negocios bajaron las cortinas, las gasolineras no despachan, no llegan alimentos para surtir a los negocios y la población, no cuentan con energía eléctrica ni internet. Los habitantes se encierran en sus casas desde las 8 de la noche para evitar verse envueltos en balaceras y enfrentamientos entre los cárteles.
Hace unas semanas en el poblado de San Gregorio, muy cerca de la frontera con Guatemala, se pudo observar en redes sociales como habitantes de ese poblado formaron una larga valla para vitorear y recibir vehículos del cártel de Sinaloa dotados de armas de grueso calibre, dándoles la bienvenida con porras y vivas por su presencia en la zona. Todo esto a plena luz del día sin que se dieran por enterados policías y autoridades, quienes en una actitud por demás pasiva y obsecuente con ese acontecimiento cargado de ilegalidades, se cruzaron de brazos. En este suceso si que se pudo apreciar la realidad de la frase “Abrazos, no balazos”.
Lo verdaderamente grave es que los mexicanos nos estamos acostumbrando a ver este tipo de circunstancias como algo normal y lo que a todas luces es inaceptable es la actitud del gobernador Rutilio Escandón que hace como que no se entera de lo que está pasando en la sierra de Chiapas. Lo peor de todo es que la violencia ya está presente en todo el estado. Su capital Tuxtla Gutiérrez, con sitios de belleza e interés único, está siendo afectada en su actividad turística, una de las más importantes del estado. Justamente por la disputa entre grupos del crimen organizado, bloqueos frecuentes de carreteras, desapariciones forzadas, los habitantes de la Selva Lacandona cuya actividad económica principal es el turismo, han informado de una caída superior al 90% en las reservas de tours y visitas guiadas. Los empresarios del sector se han manifestado exponiendo sus preocupaciones ante el gobierno del estado para que apoye esta importante actividad que ha logrado colocar a Chiapas como el noveno lugar entre los destinos más visitados de México.
Además del turismo, Chiapas es reconocido como el primer productor de café y plátano, así como un relevante jugador en la producción de papaya, mango, cacao y tabaco.
El avance cada vez mayor del crimen organizado en este rico estado, debe servir de llamada de atención para el gobierno local a fin de que su rica y variada producción no vaya a caer bajo el control del crimen organizado como ha ocurrido en Michoacán con el aguacate y el limón.
@fer_martinezg
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