La condición para conservar los programas sociales, principal bandera de la 4T instrumentada por el expresidente Andrés Manuel López Obrador es el crecimiento económico a un ritmo mínimo del 3 por ciento anual. La Presidenta Claudia Sheinbaum toma el mando del gobierno con finanzas públicas comprometidas y para muestra los primeros ocho meses de este año, en donde el déficit público fue 54 por ciento entre ingresos y egresos.
Al llegar a la presidencia Andrés Manuel López Obrador se encontró con recursos superiores a los 500 mil millones de pesos, la mayor parte producto de un manejo estricto de las finanzas públicas; sin embargo, la incorporación de costosos y masivos apoyos a programas sociales como Pensión a Adulto Mayores y jóvenes no sólo acabó con los recursos producto del neoliberalismo, sino que se entró al peligroso camino de los déficits públicos.
A diferencia de hace seis años la presidenta Claudia Sheinbaum encontrará un incremento de la deuda y un presupuesto muy restringido. Sólo en gasto de pensiones de todo tipo el gobierno debe destinar 1.8 billones de pesos. Ante la falta de crecimiento económico en el sexenio pasado, que fue en promedio del 1 por ciento del PIB, el gobierno tuvo que recurrir al crédito y contrató deuda por 8 billones de pesos, incrementando en 6 billones los pasivos nacionales, que suman un total de 17 billones.
El déficit fiscal es del 6 por ciento del PIB y si la intención es equilibrar las finanzas se necesita gastar menos y aumentar los ingresos. En el medio plazo es imposible continuar elevando los desequilibrios y la única manera de solventar los programas sociales de la 4T es con crecimiento económico. El complejo petroquímico de Dos Bocas, el Tren Maya y el AIFA no son los motores suficientes que puedan jalar el desarrollo como se aseguró en algún momento. Se necesita invariablemente de inversión que genere empleos, productividad e impuestos.
Por mucho que se incorpore a la Constitución los programas sociales, si no tienen un sustento económico de ingresos al nuevo gobierno va a ser imposible mantenerlos vigentes en el mediano plazo y si se incrementan como estrategia del gobierno, las finanzas públicas quedarán comprometidas.
En el sexenio de Claudia Sheinbaum figura la renegociación del Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos y Canadá, que resulta claves para jalar inversiones y desarrollo, pero antes tiene que abrirse caminos hacia una sociedad comercial de largo plazo entre los miembros del T-MEC. En 1994 el TLC fue el detonador económico que dio estabilidad al país, ahora al igual que se habla del segundo piso de la 4T tendrá que impulsarse un segundo nivel del Tratado Comercial.
Si hay una buena negociación que impulse el desarrollo y tengamos crecimiento económico, los programas sociales tendrán un sustento real, en donde todos los mexicanos estaremos cooperando con nuestro esfuerzo.
CAMBIOS.- Regina García Cuéllar fue nombrada como directora general de la Asociación de Bancos de México, que preside Julio Carranza. Se trata de la primera vez, en casi un siglo de historia de la Asociación, que una mujer ocupa este cargo. García Cuéllar tiene una licenciatura en el Instituto Tecnológico Autónomo de México y un doctorado en Economía por la Universidad de Harvard.
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