Me inquietan un poco sus declaraciones sobre su compromiso de estar “viendo en dónde solicitan protección los candidatos y en dónde no, pero vamos a estar pendientes de las solicitudes, (a fin de) llevar a cabo un proceso electoral con seguridad.”
Supongo que las hizo en respuesta a los temores manifestados recientemente por los magistrados del Tribunal Federal Electoral, debido a la posible injerencia y violencia del crimen organizado durante las elecciones. Ellos hablaron de “historias de terror”, mismas que la doctora Claudia Sheinbaum desestimó. Mmmhh…
Le voy a contar lo que me confió un dirigente partidista de una entidad norteña, cuyo nombre y ubicación me reservo por razones obvias. Un par de días antes de nuestra reunión, unos malandros llegaron a su oficina para dejarle claro cuáles municipios llevarían los candidatos por ellos elegidos. El dirigente, muy temerario, los mandó a saludar a su progenitora, ante lo cual los delincuentes le dieron pelos y señales de los domicilios y actividades de sus seres queridos, quienes desde luego estaban fuera de la entidad. Para rematar, amenazaron: “¿O qué? ¿Quiere que le echemos otras tres cabezas en el estacionamiento?”
No supe, ni quise saber, qué tanto había cedido el dirigente a las amables peticiones mafiosas. Lo que le narro ocurrió hace una década y, desde entonces, el crimen organizado ha crecido en sofisticación, miembros, territorios dominados, portafolios de negocios y… violencia.
Ya no es como en el siglo pasado, cuando los narcos se esperaban a que se eligiera al gobernador, los presidentes municipales y los jefes de la policía para ponerse de acuerdo con ellos mediante módico soborno. ¡Qué tiempos aquellos en que pedían la venia de las autoridades para usar tal o cual ruta para movilizar su droga!
Hoy en día y según el reporte de la Universidad de Rice, “la violencia será mayor donde los candidatos en funciones sean más débiles y tengan más probabilidades de ser desbancados, ya que los cambios de poder entre los partidos políticos interrumpen los acuerdos político-criminales existentes.” (“Perspectivas de México para 2024”, 18/01/2024).
Brindar protección a los candidatos es apenas una de las muchas tareas de la Secretaría para unos comicios medianamente pacíficos. Le faltan jefes de campaña y militantes, pues la experiencia muestra que no están a salvo. También incluya observadores electorales, repesentantes de ONGs y periodistas, en todos casos tanto nacionales e internacionales, quienes seguramente querrán acudir a los lugares complicados. Y no se olvide de los funcionarios de casilla y los electores, de lo cual ya tuvimos muestras en los pasados comicios federales, cuando obligaron al voto en un sentido u otro.
El saldo de los comicios de 2021, según contabilizó Etellekt Consultores, fue de mil 66 agresiones en contra de personajes políticos, incluyendo 102 asesinatos; una tercera parte de esos homicidios fue de candidatos. Para mí fueron muchas agresiones; para el presidente no, pues en ese entonces afirmó que “los que pertenecen a la delincuencia organizada se portaron bien, muy pocos actos de violencia de estos grupos” (21/09/2021). Cada quien sus valoraciones…
Para el crimen organizado, no es solo el tráfico de droga lo que está en juego en las próximas elecciones; ahora tiene una multiplicidad de negocios a nivel local, los cuales manejan células muy específicas. Sospecho, pero usted corríjame, que los grandes capos ya no se ocupan de dar una orden a sus secuaces de comportarse, pues sus células de base tienen su dinámica propia en su pequeño ámbito de control.
Con otra, señora secretaria, el ambiente de polarización tampoco ayuda. La abierta injerencia del inquilino de Palacio Nacional en apoyo a su candidata mete mucho ruido y me temo que es una suerte de ejemplo para que tal comportamiento se repita a nivel estatal y municipal.
Como sea, tal comportamiento es un elemento desligitimador y generador de inestabilidad. Me refiero a que si un candidato de la oposición gana por un margen estrecho, los morenistas se dejarán venir con el mazo en la mano. Si esto ocurre en la disputa por la Presidencia, el plantón de 2006 en Reforma quedará como juego de niños.
En fin, doña Rosa Icela, solo me queda desearle suerte en su reunión de hoy con la Secretaria de Gobernación y la presidenta del INE, donde tratarán el tema.
A ver si le encuentran la cuadratura al círculo.
P.D. Mientras concluyo esta colaboración, se da a conocer que Jaime Vera, precandidato del PVEM a la presidencia municipal de Mascota, Jalisco, fue asesinado. El mismo destino han seguido otros ocho aspirantes y/o dirigentes partidistas locales. Y peor que se va a poner conforme se acerque la fecha electoral...
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