Opinión

Y vuelta la burra al trigo...

perros-pirotecnia

perros-pirotecnia

En otro tema, llegamos de nueva cuenta a otro septiembre y con ello a la celebración de las Fiestas Patrias mexicanas que irremediablemente la noche del próximo día 15 traerán consigo el uso y abuso de la pirotecnia, sello indiscutible de la celebración. En lo personal llego a entender y hasta disfruto por ratos de los fuegos artificiales, peeeero, eso de los cohetes y cohetones… los terribles “toritos”, candelas, petardos, bengalas, bombetas y demás chunches que incluso arriesgan la integridad física de humanos y no humanos, definitivamente no son lo mío. Se me hace algo de una estupidez grotesca, primitivo, ¡vamos!, peor ahora, al tener conocimiento de que esos tronidos afectan especialmente a personas con Trastorno del Espectro Autista. Sin embargo, como este espacio está dedicado al reino Animal no humano abandonaré lo anterior para enfocarme en lo pertinente, ya que aunque pareciera ser tema de dominio público me sigo topando con personas que desconocen el problema. Que les sorprende o incluso ignoran o no entienden el temor y las reacciones de algunas criaturas a estos ruidos, para ellos fantasmales, y que por lo mismo les llegan a provocar incontrolables episodios de estrés y ansiedad, en el particular caso de los perros, dada la altísima sensibilidad de sus oídos. Bueno, es tal el pánico de algunos guaguás a estos ruidos, que pueden llegar a sufrir paro cardiaco o de una angustia de difícil recuperación. Y lo anterior, en el entendido de que no se hayan extraviado puesto que su primera reacción será huir sin rumbo, fenómeno que ha provocado sobreinformación en la Internet con enemil consejas de todo tipo para controlarlos y/o para mantenerlos seguros durante estos eventos, empezando por irlos preparando y acondicionado poco a poco a ruidos fuertes o sugiriendo su encierro seguro opacando el ruido exterior, no sin señalar que aún así hay individuos que con todo y las ventanas cerradas se han estrellado contra los vidrios y escapado o brincado bardas altísimas, impensables de librar en condiciones normales. Es por ello que resulta conveniente conocer bien a nuestros animales para poder entender cuando presentan estos episodios y tomar las medidas pertinentes que pueden ir desde permanecer simplemente con ellos haciéndoles ver que esos ruidos no les harán nada, cuidando de no fomentarles con ello más temor, y asimismo hay métodos como el Tellington Ttouch que consiste básicamente en darles masajes circulares en ciertos puntos del cuerpo actuando sobre las células de la piel y el tejido subcutáneo y de esa forma “transmitiendo estímulos sensoriales que activan positivamente las vías neuronales de su cerebro”, lo que además aconsejan complementar con la aplicación de un “vendaje anti ansiedad” que se reconoce como una forma terapéutica de calmar a los lomitos cuando se encuentran aterrados y sus patas, orejas, zona lumbar y cola se ven mayormente afectadas. Siendo así, el vendaje hace presión en determinadas zonas del cuerpo logrando bajar sus niveles de estrés si se les coloca tal cual se describe (ver cartel). Igualmente se recomienda el uso de aromaterapia como la lavanda, por ejemplo y también pasearlos hasta cansarlos durante las horas previas a la celebración, pero… ¿cómo darse cuenta de que el perro tiene miedo a los cohetes y estará a pronto de un colapso? Sencillamente observándolo. Sus ojos estarán medio desorbitados; presentará seguramente jadeo intenso y vocalizará lastimeramente; presentará hiperactividad, nerviosismo, sobreexcitación, comportamiento antisocial; obvio también miedo y desconfianza. Pueden ser algunos de estos signos o todos y otros, pero por favor, mientras son peras o manzanas para este domingo perros y gatos lo más posible dentro de casa y si es factible nunca solos.

producciones_serengueti@yahoo.com

marielenahoyo8@gmail.com 

Lee también