En el sector empresarial y de negocios se piensa que ya es tiempo de que Xóchitl Gálvez deje atrás las posturas reactivas a todo lo que el presidente López Obrador comenta y empiece a presentar sus propuestas para corregir el rumbo en temas como seguridad, salud, educación, desarrollo económico, energía, entre otros.
En este último, preocupa mucho la problemática de PEMEX. Especialistas ven la situación de la paraestatal como una bomba de tiempo que puede explotarle al próximo gobierno, lo mismo la falta de recursos para cubrir compromisos adquiridos por el gobierno, como los programas sociales.
El equipo de asesores de Xóchitl, hasta donde sabemos lo integran personajes de reconocida preparación en los temas de energía así como en los de contenido social y económico. Participan, entre otros, José Ángel Gurría, quien estuvo frente a la OCDE por varios años, Jorge Castañeda, Héctor Aguilar Camín y otros distinguidos intelectuales y políticos con amplia experiencia.
Según las últimas encuestas la popularidad de Xóchitl ha bajado, se está desinflando frente a Sheinbaum, quien por el contrario está manteniendo su ventaja y preparando su plataforma, previa al inicio formal de la campaña electoral. Es un hecho que el oficialismo utilizará todos los recursos del estado para arroparla, con el fin de que gane a como dé lugar las elecciones del 2024. Será todo un reto enfrentarla con éxito.
Es indudable que Xóchitl tiene a su favor una gran agilidad para expresarse, es buena polemista, proyecta una imagen amable, sencilla y su carisma le facilita conectar con la gente. Estas indiscutibles cualidades deben aprovecharse porque es tiempo ya de percibirla como una candidata madura y preparada cuya narrativa sobre los temas esenciales cubran la agenda política que tendrá que desarrollar para que su imagen no siga cayendo en las preferencias del público. El planteamiento de soluciones concretas a los problemas que más preocupan a los electores será fundamental para que repunte, sobre todo entre las clases medias donde se encuentran los votantes potenciales para el Frente Amplio por México (FAM).
Tendrá que vencer las resistencias de quienes no simpatizan con los partidos políticos del frente, que son la mayoría, porque se les percibe como grupos donde pequeñas mafias se han apoderado de ellos y en algunos casos como el del PRI, que preside Alejandro Moreno, arrastran una carga de corrupción y desprestigio.
El apoyo ciudadano que desde un principio logró en un tiempo récord Xóchitl Gálvez, es un capital político que debe cuidarse e incrementarse todos los días capitalizándose con el apoyo de las estructuras que tienen los partidos que integran el FAM.
Si el triunfo sobre Morena no se consigue por la desproporción de los apoyos de cada candidata, lo menos a lo que debería aspirar la oposición sería evitar que Morena gane la mayoría absoluta en el congreso para que se mantengan los contrapesos y se eviten decisiones arbitrarias que pongan en riesgo la vigencia de un sistema político que respete la constitución y se logre poner un freno al autoritarismo antidemocrático.
Definitivamente lo que se jugará en las elecciones del próximo año, será la permanencia de un régimen democrático, aunque perfectible, frente a un gobierno autoritario que no respete el estado de derecho.
La postura que asuma Movimiento Ciudadano de Dante Delgado, será otro factor a considerar en el posible resultado electoral. Podremos comprobar hasta que grado este partido es verdaderamente independiente o hace el juego a Morena para dividir los votos de la oposición en beneficio del oficialismo.
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