El líder de la coalición de centro izquierda La Unión, Romano Prodi, fue elegido como candidato a la presidencia del gobierno para 2006, tras imponerse en las elecciones primarias del pasado domingo y que estuvieron marcadas por el asesinato del dirigente Francesco Fortugno cuando se disponía a votar.
Con el 92 por ciento de las 9 mil 731 mesas electorales escrutadas, Prodi, un liberal de 66 años, arrasó en la contienda al recibir el apoyo del 73.5 por ciento de los electores e imponerse a otros cinco contrincantes en las primarias.
El líder del Partido Refundación Comunista, Fausto Bertinotti, su más cercano contrincante, obtuvo el 15.4 por ciento de los sufragios.
Prodi participó en los últimos meses de su mandato, en 2004, en mítines políticos del centro izquierda y desde noviembre del mismo año, una vez concluido su mandato como presidente de la Comisión Europea (CE), intensificó su presencia como líder de la coalición Olivo.
Su regreso fue a lo grande, atacando a Berlusconi, al que acusó de antieuropeísta y de alejar a Italia de Europa. También defendió el euro y rechazó las acusaciones del centro derecha de que la moneda europea daña a la economía italiana.
Prodi, el hombre que llevó al centro izquierda ex comunista al Gobierno, regresa con la intención de devolver la credibilidad internacional a Italia, acabar con las desigualdades propiciadas por el Gobierno Berlusconi y sanear la economía.
Según se confirmó, Prodi es el elegido para medir sus fuerzas con el primer ministro Silvio Berlusconi, aspirante de la coalición gubernamental Casa de las Libertades en los comicios de 2006.
SANGRE. La jornada electoral se vio teñida de sangre por el asesinato del vicepresidente del Consejo Regional de Calabria, el dirigente del centro izquierda Francesco Fortugno, ocurrido a media tarde del domingo en Locri, en el sur del país.
De acuerdo con informes de las autoridades locales, dos encapuchados le dispararon cinco tiros mientras votaba en una sede electoral de La Unión y, aunque no se descarta ninguna pista, la que cobra más peso es la relacionada con la mafia calabresa, la “Ndrangheta”.
Fortugno, de 54 años, casado y con dos hijos, era médico cirujano y forense. Sobre él no pesa ninguna investigación ni sospechas de eventuales relaciones con el crimen organizado.
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