El existencialismo europeo del Teatro del Absurdo y el misticismo ancestral prehispánico fueron conjugados por Patrick Johannson, en la traducción al náhuatl de un clásico de la dramaturgia de Samuel Beckett: "Esperando a Godot".
Bajo el título de "In Oc Ticchiah In Godot", Johannson presentó la víspera su trabajo literario en el Aula Magna José Vasconcelos del Centro Nacional de las Artes (Cenart), en el sur de la capital mexicana.
En el acto, el investigador emérito de la UNAM y Doctor Honoris Causa de varias universidades, Miguel León-Portilla, reconoció el trabajo de Johannson y el mérito de escribir una versión como ésta, derivada de la traducción francesa.
Uno de sus logros, refirió, fue acuñar neologismos que han enriquecido a la lengua náhuatl, esta aportación, dijo, se extendió al campo cultural y linguístico en el uso de gerundios y significados comunes utilizados para la traducción.
"Lo que Johannson tomó como criterio para la obra es que si bien el idioma euopeo es aislante, el náhuatl es olisintético", remarcó Portilla, quien puntualizó que no encontró un sólo error en la traducción aún y cuando las dificultades morfológicas eran enormes, destacó el maestro León-Portilla.
En cuanto a la comprensión indígena de una obra que pertenece al periodo de la posguerra europea, el filósofo mexicano aludió a la introducción que Johannson hace al libro, donde dice que tal vez esa obra puede ser comprendida mejor por los indígenas que por los que no lo son.
Ello tiene que ver con los ejes temáticos de la obra, misma que refleja el pesimismo humano a través de sus protagonistas, mientras que el pueblo indígena comparte la desolación y el destierro emocional que Beckett (1906-1989) plasmó en "Esperando a Godot", refirió.
"Esperando a Godot" fue publicada a finales de los años 40; dividida en dos actos, en ella aparecen dos personajes llamados Valdimir y Estragon, que esperan en vano junto a un tal Godot.
El público nunca llega a saber quién es Godot, esta trama simboliza el tedio y la carencia de significado de la vida humana; argumento se ve enmarcado por el misterio del significado de la palabra Godot, enigma que el autor nunca reveló.
En ese sentido, Johannson recordó a Beckett, quien en alguna ocasión señaló que si él hubiera sabido quién era, lo habría puesto en la obra; este juego irónico de palabras justificó al autor para que no se reduciera su enigma metafísico a una certeza literaria. Sigue... Reconoce/dos/literaria.
Sobre el proceso de traducción, Johannson explicó que "no sólo quería transmitir la obra literaria sino el espíritu de Beckett", por lo que canalizó su investigación a la discursividad del libro dejando a un lado la competencia lingüística.
Cabe señalar que la obra fue escrita originalmente en francés y fue esta versión la que Johannson utilizó para hacer la de náhuatl, hecho representó un profundo reto para el investigador ya que existen muchas palabras en la obra que no existen en el náhuatl.
En la presentación, Ignacio Escárcega, coordinador nacional de Teatro del INBAL, celebró la relación del espacio y el tiempo que Johansonn logró conservar en "In Oc Ticchiah In Godot" respecto al original de Beckett.
Una de las sorpresas que ofrece la primera edición de "In Oc Ticchiah In Godot", dijo, es un disco compacto donde están grabados algunos de los pasajes de la pieza dramática y que servirá para que los lectores enriquezcan su acervo cultural con la obra fonográfica.
Con este trabajo, destacó, Johannson ha creado una plataforma para que se nutran los matices de la lengua náhuatl con un drama que revolucionó el panorama teatral de Europa, gracias a una investigación que involucró el fonetismo con la naturaleza poética de un patrimonio nacional: el náhuatl.
Al respecto, el director del Instituto Nacional de Lenguas Indígenas, Fernando Nava, recordó que las variantes linguísticas del náhuatl y la necesidad de avanzar en el campo educativo, han sido posibles por el valor artístico que Patrick ha realizado en "Esperando a Godot".
A la presentación también asistió la secretaria de Asuntos Políticos y Comerciales de la Embajada de Irlanda en México, Sarah Mangan, y la maestra Rocío Galicia.
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