
La tasa de fertilidad es un indicador demográfico clave que mide el número promedio de hijos que tendría una mujer durante su vida reproductiva. Este dato no solo refleja las tendencias poblacionales, sino que también tiene profundas implicaciones económicas y sociales. Uno de los conceptos más relevantes en este tema es la tasa de reemplazo, que se sitúa en 2.1 hijos por mujer. Este valor es el mínimo necesario para mantener estable la población sin considerar la migración.
Evolución de la tasa de fertilidad en el mundo
Históricamente, la tasa de fertilidad ha experimentado cambios significativos en todo el mundo. En la década de 1960, países como México, India y Brasil tenían tasas superiores a 6 hijos por mujer, reflejando un modelo de crecimiento poblacional acelerado. En contraste, para 2023, muchas naciones han visto una caída drástica en estos números. Japón, por ejemplo, reporta una tasa de fertilidad de 1.3, mientras que Corea del Sur ha alcanzado mínimos históricos con 0.78. Europa en su conjunto mantiene tasas cercanas o por debajo de 1.5, mientras que en México y Estados Unidos se sitúa en aproximadamente 1.7. Este descenso se debe a diversos factores, como el acceso a métodos anticonceptivos, la inserción de la mujer en el mercado laboral y cambios en la percepción de la maternidad y paternidad.
Impacto social y económico
El impacto de una baja tasa de fertilidad es amplio y profundo, afectando tanto el ámbito social como el económico. En términos sociales, el envejecimiento poblacional puede generar un desbalance generacional, con una menor cantidad de jóvenes para sostener a una población envejecida. Esto puede derivar en una mayor demanda de servicios de salud y cuidado para adultos mayores, así como en una reducción de la fuerza laboral disponible. En lo económico, la disminución de la población activa puede afectar la productividad y el crecimiento del PIB. Además, los sistemas de pensiones y seguridad social pueden volverse insostenibles si hay menos trabajadores contribuyendo en comparación con la cantidad de jubilados que reciben beneficios. Países como Japón y Alemania ya enfrentan estos desafíos, lo que los ha llevado a replantear sus modelos de bienestar social y políticas migratorias.

Estrategias para aumentar la tasa de fertilidad
Ante esta caída en la natalidad, varios países han implementado estrategias para incentivar la fertilidad y evitar el envejecimiento acelerado de la población. Francia, por ejemplo, ha desarrollado políticas de apoyo a la familia, con subsidios por hijo, licencias parentales extendidas y acceso a guarderías públicas. En Hungría, el gobierno ofrece incentivos económicos como préstamos sin intereses para parejas jóvenes y exenciones fiscales a las familias numerosas. Japón ha promovido medidas para mejorar la conciliación laboral y familiar, aunque con resultados limitados.
Uno de los empresarios más influyentes del mundo, Elon Musk, ha expresado en varias ocasiones su preocupación por la caída en la tasa de fertilidad a nivel global. Tras el nacimiento de su decimocuarto hijo, Musk reiteró su postura de que la disminución en los nacimientos representa una de las mayores amenazas para la civilización, argumentando que sin suficientes jóvenes para sostener el crecimiento económico y la innovación, las sociedades podrían enfrentar un declive irreversible. Musk ha instado a gobiernos y empresas a incentivar la natalidad y facilitar la crianza de los hijos para revertir esta tendencia.
¿Cuál es el futuro de la tasa de fertilidad en México?
En México, aunque el debate sobre la natalidad aún no ha generado políticas contundentes, la reducción de la tasa de fertilidad es un fenómeno que requiere atención. La disminución en el número de nacimientos podría tener consecuencias en el futuro económico y social del país, especialmente en el sistema de pensiones y la fuerza laboral.
El desafío para México y muchas otras naciones es encontrar un equilibrio que permita mantener una población estable sin comprometer el bienestar de las nuevas generaciones. El debate está abierto: ¿cómo garantizar un futuro sostenible en un mundo donde cada vez nacen menos niños?