
Las culturas prehispánicas son parte esencial de la herencia cultural que vive, día a día, el México moderno. Por supuesto que los mexicas, constructores de un impresionante imperio lo mismo que de la ciudad más grande del siglo XVI, son el núcleo de lo que hoy los mexicanos entienden como parte de su herencia histórica.
La presencia de los Mexicas en el país se resume en lo grabado en piedra frente al Museo del Templo Mayor, los restos del adoratorio religioso de Tenochtitlán, en la Ciudad de México: no puede negarse la herencia española en nuestras vidas, pero sería un acto de segunda conquista desdeñar o pensar que está subordinada a esta veta europea la increíble y compleja tradición indígena.
En efecto, descubrir la cultura mexica es conocernos mejor. Su manera de entender la religiosidad, su integración familiar, su sentido comunitario, lo mismo que obras arquitectónicas, obras pictóricas, representaciones simbólicas de animales, plantas y su organización social nos dirá mucho de nosotros mismos.
Los estudiosos de la historia no están exentos de sentirse impresionados por todo esto, lo que explica que hayan surgido muchos estudios e investigaciones recientes en sitios arqueológicos del centro del país, área geográfica desde la que irradió la vida mexica hacia el norte árido del continente y hacia Centroamérica.
Diferentes historiadores han emprendido igualmente la labor de difusión del conocimiento que tenemos de los mexicas, entre ellos Pedro Alcázar Escobar, un apasionado, desde muy joven, de la historia y la cultura prehispánica mexicana que ha utilizado la internet para difundir la riqueza y diversidad de las culturas mesoamericanas.
Su web, mexicas.org, es un gran ejemplo de lo útil que puede ser la web para la difusión de temas históricos. En efecto, hay en este sitio una muy extensa revisión de dioses, métodos de agricultura, vida cotidiana en Tenochtitlan, y temas que despiertan mucha curiosidad (y también una suerte de fake news histórica) como los sacrificios humanos o las disputas que los propios mexicas mantenían con otras culturas prehispánicas y que propiciaron a la larga la caída de su imperio.
La historia es una suerte de espejo para mirarnos a nosotros mismos, por lo que el surgimiento de páginas de difusión es algo que debemos celebrar.
La vida y legado de los mexicas resultará sumamente llamativo para la mayor para de los mexicanos contemporáneos, no sólo para estudiantes y aficionados a la historia, pues el hilo conductor hacia nuestras vidas, como dijimos previamente, está allí y es innegable.
La mayor parte de los cibernautas podrán disfrutar y mucho los contenidos sobre esta gran cultura en la web de la que hemos dejado la liga en los párrafos previos. Como lo ha hecho Pedro Alcázar, sentirse fascinado por un pasado que sigue vivo en nosotros puede ser el paso previo a leer y leer sobre lo que fue una gran cultura que es nuestro precedente.
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