El trabajo sexual es una práctica que se ha ejercido a nivel mundial durante siglos al grado de ser conocido como coloquialmente como “el oficio más antiguo del mundo”. A pesar de esto, en algunas partes como México, esta labor se encuentra sin estar completamente regulado, generando desafíos en cuestiones laborales y de protección.
¿Por qué se conmemora el Día Internacional para Poner Fin a la Violencia contra las Trabajadoras Sexuales este 17 de diciembre?
Esta iniciativa internacional se la debemos al Sex Workers Outreach Project USA (SWOP-USA), una organización nacional en los Estados Unidos dedicada a defender los derechos humanos de las trabajadoras sexuales y a promover su bienestar y seguridad.
La idea de promover este día es para reconocer y proteger los derechos humanos de las trabajadoras sexuales, quienes a menudo son objeto de estigmatización, violencia física y psicológica, y carecen de acceso a servicios de salud y justicia.
Esta fecha tiene como objetivo visibilizar la situación de vulnerabilidad en la que se encuentran muchas trabajadoras sexuales alrededor del mundo, quienes a menudo enfrentan violencia, estigmatización y discriminación, tanto en sus lugares de trabajo como en su vida cotidiana. pic.twitter.com/n5pTNQLC4z
— CONAVIM_MX (@CONAVIM_MX) December 17, 2024
¿Cuál es la situación actual de México sobre las trabajadoras sexuales?
En México, las trabajadoras sexuales enfrentan múltiples desafíos. Según datos de la Secretaría de Economía en el segundo trimestre de 2024, la fuerza laboral dedicada al trabajo sexual en el país estaba compuesta por aproximadamente 1,050 personas, con un salario promedio de $6 mil 420 pesos mensuales y una jornada laboral de alrededor de 30.9 horas semanales. La mayoría de estas personas son mujeres con un 87.8%, mientras que los hombres representan el 12.2% de este sector laboral.
Además, en mayo de 2024, se lanzó en Ciudad de México la Coalición Laboral Puteril (CLap!), conformada por trabajadoras sexuales organizadas que buscan defender sus derechos laborales, acceso a la seguridad social y justicia, y la eliminación de las violencias que enfrentan en su labor diaria.
La Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) ha enfatizado la necesidad de reconocer legalmente el trabajo sexual, considerando la complejidad de la realidad económica y laboral que enfrentan estas personas, y ha subrayado la importancia de diseñar e implementar medidas que igualen las condiciones y opciones laborales para quienes decidan dejar de ejercerlo.
¿Quién regula el trabajo sexual en México?
En México, el trabajo sexual se encuentra en una zona legal ambigua, ya que no está explícitamente regulado ni prohibido a nivel federal. Sin embargo, diversas disposiciones legales y normativas inciden en su práctica:
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos
En su artículo 5, la Constitución establece la libertad de trabajo, siempre que sea lícito. Aunque no menciona específicamente el trabajo sexual, este artículo se interpreta como una base para su ejercicio voluntario.
Ley Federal del Trabajo (LFT)
Actualmente, la LFT no reconoce explícitamente el trabajo sexual como una actividad laboral. No obstante, ha habido propuestas para incluirlo. Por ejemplo, en 2022, la diputada María Clemente García presentó una iniciativa para regular el trabajo sexual en la LFT, proponiendo su reconocimiento como actividad lícita y estableciendo derechos y obligaciones para quienes lo ejercen.
Ley General para Prevenir, Sancionar y Erradicar los Delitos en Materia de Trata de Personas
Esta ley federal penaliza la explotación sexual y la trata de personas. Aunque su objetivo es combatir la explotación, en ocasiones su aplicación ha afectado a trabajadoras sexuales que ejercen su labor de manera voluntaria, debido a interpretaciones que no distinguen claramente entre trata y trabajo sexual consensuado
Aunque existen propuestas para regular el trabajo sexual en la LFT, hasta la fecha no se ha concretado ninguna reforma en este sentido. La discusión continúa en diversos ámbitos legislativos y sociales, buscando equilibrar la protección de los derechos humanos y laborales de las personas que ejercen el trabajo sexual con la prevención de delitos como la trata de personas.