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El terror que han impuesto las pandillas en Haití alcanzó su cota más alta tras conocerse este lunes la peor matanza de los últimos años, con al menos 187 muertos, la mayoría asesinados a cuchilladas y machetazos entre el jueves y el sábado, tres días en lo que cundieron la anarquía y el pánico entre los pobladores de Cité Soleil, uno de los suburbios más pobres y violentos de Puerto Príncipe.
La matanza, en su mayoría ancianos, ocurrió en Warf Jeremie, un sector costero de Cité Soleil, que está controlado por una banda armada liderada por Micanor Altes, alias ´Wa Mikano´ (Rey Mikano).
Le echaron el mal de ojo
Según el relato de la tragedia de la ONG CDP-Haití denunció que ´Wa Mikano´ acudió a un sacerdote de vudú por la enfermedad de su hijo y éste le dijo que los ancianos le habían echado el mal de ojo, lo que provocó la matanza.
“A pesar de estas acciones, el niño murió el domingo por la tarde”, agregó CDP en un comunicado.
“Han cruzado una línea roja”
El Gobierno de Haití elevó este lunes a 187 los cuerpos aparecidos, desde un primer balance de 120 y advirtió que se ha cruzado “una línea roja” con esta masacre.
Una mujer que fue testigo de la masacre, aseguró que “también fueron asesinadas personas que iban a salir en el marco de un viaje ilegal vinculado al vudú”.
‘‘Reina el pánico. El transporte público no funciona. La tensión reina en la zona’‘, señaló la mujer, quien afirmó que las víctimas no solo fueron ancianos, sino también jóvenes.
Mario, líder comunitario de la zona, dijo que “estos trágicos incidentes ponen de relieve la urgencia de intervenir para proteger a los ciudadanos”, señala CPD en su web.
Micanor es un poderoso jefe de banda que controla desde hace muchos años una parte del mayor barrio de chabolas de Haití, Cite-Soleil, en el área metropolitana de Puerto Príncipe, donde la gente vive en condiciones inhumanas, sin los servicios sociales básicos, en concreto gobierna con mano de hierro el área de Warf Jeremie.
Estado fallido
Alarmado por la cifra dramática de muertos, el alto comisionado de Naciones Unidas para los derechos humanos, Volker Türk, señaló la urgencia de “detener el flujo de armas hacia Haití”.
Los grupos criminales controlan más del 80% de la capital y sus alrededores, mientras que la Policía y la misión de estabilización de la ONU carecen de los medios necesarios para restablecer el orden y la seguridad.
Por su parte, el esperado despliegue de policías y soldados de Kenia no ha logrado su misión de desarmar a las pandillias y retablecer el orden.
Aunque los combates entre los grupos han disminuido en 2024, han aumentado los ataques contra la población, las fuerzas del orden y las infraestructuras vitales del país, además de un aumento generalizado de la violencia sexual.
En Haití, el país más pobre de América y considerado un Estado fallido, unos 5.4 millones de personas (la mitad de su población) sufre hambre aguda (con información de EFE).