Industria ganadera evade su responsabilidad en cambio climático

● Estudio revela la influencia mundial de las 22 más grandes empresas ganaderas y de productos lácteos junto con sus poderosos grupos comerciales, para interferir en la acción por clima · La mitad de ellas tienen actividades en México

Fundación Changing Market

El 30 por ciento de las emisiones antropogénicas de gases de efecto invernadero son generadas por el sector agropecuario.

redacción

25/07/2024 17:00

Un nuevo informe mundial publicado por la Fundación Changing Markets expone las tácticas utilizadas sistemáticamente por las principales empresas ganaderas y de productos lácteos en el mundo para distraer, demorar y descarrilar la acción por el clima.

Los Nuevos Mercaderes de la Duda es la mayor investigación de su tipo, abarca cuatro continentes y analiza las 22 principales empresas ganaderas y de productos lácteos en el mundo. La mitad con operaciones en México, entre ellas: Danone, Nestlé, Tyson Foods, Danish Crown (productora de Tulip), JBS (Pilgrim’s), Fonterra (a través de Liconsa), FrienslandCampina (Fiso, Kroon y El Gallo Azul), y otras. El informe revela cómo estas empresas han logrado influir en las políticas, minimizando su impacto climático al falsear la ciencia sobre las emisiones de metano y promoviendo sus propias soluciones tecnológicas voluntarias.

Alma Castrejon-Davila, Gerente de Campañas de la Fundación Changing Markets, declaró: "Este informe expone la flagrante hipocresía de las grandes empresas ganaderas y de productos lácteos, que afirman estar comprometidas con las soluciones climáticas mientras emplean tácticas engañosas para distraer, demorar y descarrilar acciones significativas. La mitad de las compañías que analizamos en este informe operan en México y utilizan tácticas muy similares a las que vimos en otros países. Es importante que el nuevo gobierno de México no caiga en las mismas trampas de estas empresas trasnacionales y muestre liderazgo en el recorte de emisiones de metano con políticas a nivel nacional, pero que éstas trasciendan en plataformas ternacionales."

La evidencia científica muestra que la ganadería es la principal fuente de metano generada por el ser humano tanto a nivel mundial como en el caso de México. Y ha sido enfática en que no se puede limitar el incremento del calentamiento global sin una reducción significativa en las emisiones de metano, y en el consumo de productos animales, cuya demanda sigue en aumento.

En la escala mundial de países emisores de gases de efecto invernadero, México ocupa el noveno lugar. También tiene el sexto lugar como productor de carne, y el dieciseisavo en la producción de lácteos. La ganadería en particular es la cuarta fuente de emisión de gases de efecto invernadero en el país.

En 2022, el sector agrícola fue responsable del 36% de las emisiones de metano, seguido por el sector de desperdicio con un 35%, y por último el sector energético con un 29%. Del total de las emisiones de metano en el sector agrícola, 96% provino de la fermentacifermentaciónn entérica, un proceso digestivo de los animales rumiantes, como las vacas y las cabras. Sólo el 2% fue generado por estiércol, de acuerdo con la Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos (US EPA)1.

El gobierno mexicano en el 2021 reconoció la importancia de reducir las emisiones de metano al sumarse al Compromiso Global de Metano como parte de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático en Glasgow. Además, explicó que es “posible implementar medidas rentables y fácilmente disponibles, al tiempo que contribuyen al aumento de la producción agrícola y la mejora de la salud de la población”.

El informe pone al descubierto que el uso del cabildeo y la manipulación política, un gasto millonario en publicidad y “lavado verde”, también conocido como greenwashing, en contraste con el mínimo para investigación y el incremento en el uso de la controvertida métrica GWP* (Potencial de Calentamiento Global Estrella/asterisco), como las principales estrategias empleadas por la industria ganadera y de productos lácteos para ralentizar la implementación de políticas climáticas, y evadir su responsabilidad en la producción de metano.

Documenta casos que muestran cómo la industria se apropia de la ciencia para “Distraer” y restar importancia al impacto del sector en el clima. En México, por ejemplo, el Consejo Mexicano de la Carne asegura que las emisiones del ganado no son tan grandes como lo aparentan. Argumentando que el metano generado por la ganadería, conocido como biogénico, es parte de un ciclo, a diferencia del metano proveniente de combustibles fósiles. Su referencia principal es el científico Frank Mitloehner, del centro CLEAR de la Universidad de California en Davis – quien es financiado por la industria, y es uno de los responsables de minimizar el rol de la ganadería en las emisiones de metano afirmando que con producciones eficientes se pueden usar menos animales; una narrativa que distrae del impacto que tienen las emisiones provenientes del ganado.

Por el contrario, el gobierno mexicano subraya en la actualización de su Contribución Determinada a nivel Nacional del 2022, ante la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, que el sector agropecuario es esencial en las acciones de mitigación. Señala el fomento a la agroecología, la agricultura de conservación, medidas para la captura y manejo de biogás de residuos pecuarios, como los sistemas de composta y de biodigestión, para evitar la generación de gas metano, como necesarias para mitigar los impactos de la crisis climática. Aunque este plan es un buen plazo para la reducción de las emisiones de esta industria, queda corto de requerir al sector metas para la reducción de emisiones.

Esta industria está especialmente ocupada por atraer a generaciones más jóvenes, que a su vez son las más preocupadas por el cambio climático y su salud; de tal forma que el público objetivo de sus engañosas campañas publicitarias es la Generación Z, por lo que utilizan a influencers en redes sociales para presentar la carne y los productos lácteos como las opciones más saludables para los consumidores jóvenes. Se constataron siete ejemplos de corporaciones y grupos del sector que hacen uso de las redes sociales para llegar a los jóvenes -sirviéndose de TikTok, YouTube, Instagram y otros medios.

De las 22 trasnacionales que se analizaron en el informe, la mayoría no está trabajando para cambiar su portafolio de mercado para ofrecer más productos de origen vegetal. De hecho, no contemplan en sus medidas para contrarrestar el cambio climático a la transición a estos productos, y se enfocan principalmente en crecer el mercado que tienen actualmente.

Para “Demorar”, otra de las estrategias que documenta el informe, las corporaciones invierten muchos más recursos en publicidad que en investigación y desarrollo, un elemento clave para entender cómo reducir su impacto climático. El informe reveló que estas empresas invierten menos del 1% de sus ingresos en investigación y desarrollo. De hecho, descubrió que se gastan más en publicidad que en investigación y desarrollo en todo su negocio las corporaciones: Fonterra, Nestlé y Arla. Las tres con actividad en México.

Al respecto, Antonio Franyuti de Comeconciencia señaló: “Este informe muestra con datos y una gran investigación lo que las organizaciones que buscamos una mejora en el sistema alimentario vivimos en la práctica: el poder y las prácticas que ejerce la industria ganadera para evitar cambios que perjudiquen sus ganancias, aún a costa de seguir dañando a los consumidores y al medioambiente”.

En las Guías Alimentarias 2023 para la población mexicana, reconociendo la contribución de la carne de res a la generación de gases de efecto invernadero, al igual que los lácteos por no ser productos benéficos para el medio ambiente, el gobierno de México recomienda la reducción del consumo de carne roja, pues las personas mexicanas que consumen este tipo de carne lo hacen de 2 a 5 veces más de lo recomendado, mientras la guía recomienda que adultos la consuman de 3 a 4 porciones a la semana de carne de res (una porción equivale a 30 g de res o molida de res).

En tanto Doré Castillo, directora, de Salud Critica, señaló “El sistema agroalimentario, moldeado por las grandes corporaciones, tiene como objetivo la acumulación de la riqueza y el poder, no el derecho a la salud y la alimentación. Prueba de ello son los hallazgos sobre cómo la industria láctea y ganadera obstruyen la acción climática, y que evocan las formas en las que la industria de comida chatarra obstaculiza la prevención de la obesidad y las enfermedades no transmisibles. Si bien ya hay acuerdos internacionales y objetivos claros para alcanzar una alimentación sostenible y sana, urge recurrir a la regulación gubernamental, y no a las disposiciones tramposas de estas industrias, para hacerlos realidad”.

El Dr. Juan Rivera Dommarco, Miembro del Comité Ejecutivo de la Alianza Global para la Alimentación Saludable de Niñas, Niños y Adolescentes (ALSANNA) concluye: “La negación de la evidencia, la distracción con combustibles fósiles y pérdidas y desperdicio. Típico libreto del tabaco y comida chatarra”.