Cultura

Raices y Vacío: Tejidos en la piel y flores que vuelan

La pieza de danza butoh se presentó en el Centro Cultural El hormiguero 

De teatro y otros convivios

La pieza fue interpretada por los artistas Teresa Carlos y  Carlos Cruz.

La pieza fue interpretada por los artistas Teresa Carlos y Carlos Cruz.

César Alberto Guzmán

Cada que me recuesto a escribir sobre una creación escénica, es como verla y sentirla de nuevo. Ahora mismo me está pasando.

Al fondo y de espaldas está él, ahí permanece inmóvil mientras ocupamos nuestros asientos. Sabemos que todo ha comenzado porque las luces cambian. Frente a él se revela la presencia de ella, de quien también iremos sabiendo a lo largo de la obra.

Ambos están de frente y hacia nosotras (os, es), atados entre sí por sus largas cabelleras a manera de rastas. Sus movimientos son suaves y lentos; a mí me empieza a molestar el binarismo que, intuyo, se desarrollará a lo largo de la danza, así que comienzo a atender la forma en que se presentará una y otro. Ella estaba invisibilizada al inicio, y ahora vemos sus manos temblar, a diferencia de él que se nota seguro y con las manos delante de las de ella. Ella irá representando, con fascinante movimiento, nuestra autonomía, ese camino a ser sin ataduras. Por supuesto, me evoca la historia de las mujeres, mientras que él va permitiendo que ella se desate libremente, lo que no sucede en la historia real del sistema social imperante, por lo que, imagino, se trata del deseo hacia la equidad, sólo que verlo tan sencillo me resulta hasta falso. Ustedes disculpen por ser tan aguafiestas, pero no estoy acostumbrada a que la resolución sea tan sencilla.

Pienso en el título de esta propuesta butoh: “Raíz encarnada, flor del vacío” –que se presentó en el Centro Cultural El hormiguero–, y abro la posibilidad de que la propuesta sea mostrar que esa equidad existió al principio de los tiempos, pero como no hay certeza, ni de forma científica, ni en una historia contada fidedigna, me sigue costando creerla.

Encarnada interpretación

Brenda Contreras Paredes
Siento admiración también hacia los intérpretes de la narración: Carlos Cruz y Teresa Carlos. Propio del butoh, el movimiento exhaustivo de sus cuerpos y sus ojos desorbitados nos conectan hacia nuestros adentros, ahí donde cada quien interpreta su historia.

Es el trenzado de sus ropas que luce naturalmente bello, la arena en el suelo que se dispersa mientras caminan y una pampa cuyas flores vuelan al movimiento, como pequeñas y abundantes plumas, lo que me hace volver a la propuesta. Hay una estética hipnotizante en todo esto, y los movimientos de ella y él son fascinantes también, siento la colectividad en esas plumas volando y en el esfuerzo corporal y emocional que ella y él hacen para quienes presenciamos.

En ese momento recuerdo que se trataba de dos soliloquios: Raíz y Haikú, los cuales se trenzaron para presentar esta pieza dirigida por Eugenia Vargas, y me detengo a pensar lo cuidadosa que es Eugenia para que el origen de la creación escénica sea sentido por quienes espectamos. Así lo logró cuando al lado de sus tres compañeras presentó Encrucijada, y así lo hace en cada uno de sus trabajos; éste no es la excepción. El tejido social y la colectividad que inspiró a la pieza, es observada y sentida en escena. Ahí sí que se regresa a los orígenes, de la mano de elementos naturales elegidos con tino sensible.

Siento admiración también hacia los intérpretes de la narración: Carlos Cruz y Teresa Carlos. Propio del butoh, el movimiento exhaustivo de sus cuerpos y sus ojos desorbitados nos conectan hacia nuestros adentros, ahí donde cada quien interpreta su historia.

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RAÍZ ENCARNADA, FLOR DEL VACÍO

Dirección: Eugenia Vargas

Interprétes: Teresa Carlos y Carlos Cruz

Compañía: Danza Teatro Ritual

COORDENADAS

Fue presentada como única función en el Centro Cultural El hormiguero.