La escultora y directora chilena Caro Bloj acaba de estrenar en el festival de documentales Hot Docs de Canadá su último filme, Sincronía, que define como una película inmersiva y sensorial sobre la particular relación de dos mujeres con el océano.
En declaraciones a EFE, Bloj expresó su satisfacción por haber sido seleccionada por Hot Docs, el mayor festival de documentales de Norteamérica y uno de los más importantes del mundo, con una cinta que califica de “alternativa”.
“Me parece interesante que una película inmersiva, más alternativa, sensorial le interese también a este tipo de festival que inicialmente consideraba como más comercial. Es bueno que estos festivales se estén abriendo a este tipo de películas”, explicó Bloj.
En Sincronía la cámara de Bloj sigue a dos mujeres, Ilka Paulenz (una superviviente de 74 años de edad de un tsunami que golpeó la remota isla chilena de Robinson Crusoe) y Bárbara Hernández (de 35 años y campeona mundial de natación en aguas gélidas).
“Son dos mujeres que cuando entran al agua (y qué es lo que me pasa a mí también) se sienten en sincronía con ellas mismas, con el espacio en que están. La película busca hacer vivir ese sentimiento a pesar de que el agua no es un lugar seguro”, declaró Bloj.
“En el caso de Ilka, sobrevivió un tsunami y decide quedarse en el lugar para curarse. Y Bárbara sale con hipotermia cada vez que entra en el agua. Es una experiencia dolorosa pero dice que en el agua no le falta nada”, añadió la realizadora.
El trabajo artístico de Bloj, tanto en la escultura como en el cine, ha girado sobre cómo los lugares extremos definen o esculpen la identidad de las personas.
La cineasta, cuyo anterior largometraje documental, Respirar helado se desarrolla en la Patagonia chilena, encontró a sus dos personajes de forma fortuita.
“A la Bárbara la vi en un diario, nadando entre medio de hielos y me recordó a mis escultura en el espacio de la Patagonia. Entonces estaba empezando y no era conocida”, explicó.
En el caso de Ilka, la encontró en uno de sus viajes a Robinson Crusoe cuando le explicaron que había sobrevivido a un tsunami nadando entre sus pertenencias.
Con las dos protagonistas, Bloj se lanzó a rodar sola.
“La vida en el agua es un poco esa soledad. En el agua no se puede hablar. Es un medio que te aísla de alguna forma hasta los oídos”, reflexionó.
De vuelta a la Patagonia chilena, a la que Bloj admite su devoción, la artista señala la importancia del “concepto de islas” y recordó cómo esas islas en que se convierte el continente en su parte más meridional son en realidad las cumbres de montañas sumergidas por el agua.
“En la isla está lo que uno ve y lo que no ve. La película logra traspasar ese horizonte y ver qué pasa abajo”, añadió.
Tras su proyección en Hot Docs, Bloj está deseando poder mostrar el filme a Ilka y Bárbara, que todavía no lo han visto.
“Bárbara viaja mucho. Y en el caso de Ilka hay que lograr que salga de su isla. Desde la pandemia el tema de los pasajes de avión está muy complejo”, concluyó.
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