Escenario

‘Lo días francos’, un filme sobre el paso del tiempo y los fantasmas de los padres ausentes

ENTREVISTA. El cineasta Ulises Pérez Mancilla nos habla de su largometraje que llegó el pasado fin de semana a las salas de cine nacionales

Madre abrazando a su hijo
Fotograma de 'Los días francos'. Fotograma de 'Los días francos'. (CORTESIA)

Después de un largo paso por festivales y de algunas funciones especiales, la ópera prima de Ulises Pérez Mancilla, Los días francos, se estrena en salas selectas mexicanas y en Crónica Escenario charlamos con su director y guionista sobre este filme que plantea dilemas sobre las ausencias, las maternidades y paternidades, entre otros aspectos.

“Me gusta mi proyecto visto a la distancia. Lo estrenamos inicialmente en 2021 en Guanajuato; fue un rodaje del 2019, y el guión lo comencé a escribir en el 2015. Entonces ha habido una década de transformaciones sociales que la película acompaña justamente a través de este cuestionamiento de los roles de género, de las familias diversas, de la figura materna, no como una imposición a la mujer sino como una extensión de cuidados dados por otras personas” afirmó inicialmente el realizador mexicano sobre la trascendencia de su cinta.

“Considero que los temas que toca la cinta siguen vigentes y ofrecen puntos relevantes en los cuales poner el dedo en la llaga (...) Algo que de lo que me gusta poder presenciar en las funciones con público es que la película genera ese diálogo entre los espectadores y parte de que sea un final abierto y de cómo están trazados los personajes principales, en este caso Amanda, el Bull y Nicolás, el niño, me encuentro con que la gente toma partido por un personaje a partir de sus propias experiencias”, complementó el también guionista.

Justamente es esa una de las virtudes que presenta el filme, la variedad de personajes sin emitir un juicio sobre ellos. “Hay quien se identifica con la fantasía de Amanda de abandonarlo todo, hay quien se identifica con el Bull como figuras protectoras y hay quien se identifica como el niño como adultos que rememoran sus propios abandonos y pérdidas. Ha sido un diálogo muy interesante para mí como creador cada vez que me encuentro eso pues el objetivo estuvo cumplido. Estoy contento de generarlo y de que se pueda ver más de lo que se ha visto hasta ahora”, aseveró Ulises. 

La sinopsis es la siguiente: Cuando es despedida de su trabajo en una serie de infomerciales, Amanda, una actriz con poco talento y cuya trayectoria en el cine se encuentra en el olvido, decide retomar su carrera en medio de una crisis económica que la lleva a cuestionarse sobre su vocación, pero también, que la orilla a replantearse su responsabilidad como madre de Nicolás, un niño de 7 años a quien no había puesto mucha atención hasta entonces.

Los días francos ofrece escenas dignas de reflexión como aquella donde Amanda visita un zoológico con su hijo y comparte la tristeza de los animales encerrados, misma que nació de una vivencia muy personal de Pérez Mancilla.

“Me gusta escribir mis historias y filmarlas en espacios que habito frecuentemente, en los que he estado. Entonces, el zoológico de Chapultepec es parte de mi historia. Siendo muy joven, era voluntario del zoológico de un programa que se llama Enriquecimiento Animal que es procurarles a los animales un momento lúdico porque debido a que están en el encierro generalmente crean conductas estereotípicas o están deprimidos”.

“Durante el tiempo que estuve ahí pude encontrar justamente el sentido de traerme esa metáfora del encierro propio de los animales o del espacio que es el zoológico a cuando estaba escribiendo la historia. Entonces, prácticamente viene de ahí, de haber convivido con los animales del zoológico y entender justo este comportamiento. Me fue muy interesante hacer una réplica de ello con el personaje de Amanda”, agregó el egresado del CCC. 

Con el ‘Bull’, Ulises busca ahondar no sólo en la cuestión de una masculinidad vulnerable lejos de la toxicidad machista, sino también en el asunto de las maternidades diferentes. “Quería poder tener otra perspectiva de un personaje masculino, darle un matiz distinto al que normalmente se le suele dar partiendo del punto de querer hacer un melodrama. Dentro de esa estructura hay una referencia a Víctimas del Pecado con Ninón Sevilla”, señaló Pérez Mancilla.

“Me parece que el ‘Bull’ es un poco como el personaje de ella en ese filme, una madre, pero no la que gestó, sino la que recogió al niño, que lo adoptó. En ese sentido me gustaba hablar de familias diversas en el sentido de que los cuidados que de pronto se les proveen a los hijos vienen de una diversidad de fuentes, que vengan de familias de madres solteras, padres divorciados, entre otros. Maternar viene realmente de la herencia de esa intuición que tenemos de sobre ofrecer los propios cuidados que recibimos al ser niños”, añadió.

Amanda, interpretada por Stephanie Salas, también enfrenta el dilema de la edad y el paso del tiempo, algo que para el realizador mexicano, era importante dentro del relato. “Dentro de todas las aristas que quería abordar, una de ellas era la relativa al éxito y el fracaso y cómo a veces la sociedad impone un parámetro de a dónde debe llegar uno o en qué escalón tiene que estar para sentirse exitoso”, comentó.

“Generalmente tiene que ver con esta cultura de la meritocracia o con reconocimientos externos que no tienen que ver con lo que cada quien está deseando. Tratamos de explorar esta cuestión de la autosatisfacción, de hacer lo que nos gusta porque nos gusta sin que necesariamente llegue ese reconocimiento externo”, externó el cineasta. 

Asimismo, Los días francos ofrece la penúltima cinta de la carrera de Marta Aura, que curiosamente comunica a ésta con lo que fue su último proyecto. “Descubrí curiosamente que Coraje, dirigida por su hijo Rubén Rojo, dialoga maravillosamente con mi película pues, de alguna manera, la propia Marta tenía una experiencia que contar a propósito de una madre actriz que se enfrenta a los retos de anteponer su pasión haciendo esa reflexión al final de su vida. Fue todo un placer trabajar con ella y esa escena con Salas es de las más memorables que hay en mi cinta”, afirmó Ulises.

Los fantasmas de los padres ausentes también circundan la ópera prima de Pérez Mancilla de una manera muy particular. “Hay una crítica a la recurrencia social de cómo es más fácil señalar a una madre ausente que a un padre. Es como si fuera casi un hecho que si un padre abandona una familia, está en su naturaleza y nadie lo discute o lo cuestiona. Pero cuando se trata de lo opuesto, el peso social y el señalamiento es distinto”, apuntó el director.

Para ello, el director utilizó otra referencia del cine clásico mexicano, la cinta de Rogelio A. González, La vida no vale nada. “A partir de esta cinta entendí que lo que quería hacer era intercambiar los roles que solían ofrecérsele a un hombre y mujeres en los viejos melodramas, mismo que respondían a un parámetro social, donde el hombre es quien tenía la crisis existencial y la mujer estaba para contenerlo, abrazarlo, cocinarle, darle amor. Al final pareciera que, para esas mujeres, no había un conflicto o esa complejidad de personaje. En Los días francos busco contraponer eso, fue parte de los elementos con los que jugué un poco”.

Si bien el título tiene cierto sentido de abstracción, Pérez Mancilla no dudó en reflexionar lo que, para él, es vivir los días francos. “Para mí son aquellos en lo que, de pronto, emocionalmente podemos estar más sensibles, donde puede haber una extensión de esa nostalgia que de pronto te puede abordar. Son esas jornadas en las que estamos cuestionándonos constantemente qué estamos haciendo de nuestra vida para replanteárnosla”, dijo.

“Eso hace Amanda, y es ahí donde radica su significado, pues son aquellos días en los que te atrapa una sinceridad de la que no hay manera de escapar a lo que uno está sintiendo y hay que afrontarlo para hacer lo que haya que hacer con lo que te provocan”, complementó.

Finalmente, Ulises habló del panorama del cine mexicano actual. “Me encanta la época que me ha tocado vivir. Siento que lleva una racha de varios años de mucho éxito, donde las cintas resuenan en el mundo, tienen una repercusión internacional, pero también dentro del mercado local existe muy buena salud. Tenemos una cinematografía muy diversa y muy rica en términos culturales y de identidad. Me enorgullece muchísimo ser parte de esta constancia y madurez que ha alcanzado”, expresó.

“Obviamente hay dificultades aún que enfrentar para levantar una película en México y en Latinoamérica, pues sigue siendo algo muy difícil, pues siempre hay contratiempos o asuntos a perfeccionar respecto a los fondos. Siento que lo que ha ocurrido con el cine mexicano es que está mucho más allá de las políticas que puedan venir cada sexenio. Creo que eso se demostró en estos últimos años, ahora que hubo grandes cambios a nivel cultural. Pero la industria está fortalecida y está más allá de este ajuste de políticas culturales que pueden llegar a suceder”, concluyó. 

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