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Los directores Yaela Gottlieb y Mariano Llinás, que compiten ambos en la sección oficial de la 18ª edición del Festival Internacional de Cine Documental de Navarra Punto de Vista (norte de España), denunciaron este jueves la ofensiva del Gobierno argentino de Javier Milei contra el mundo de la cultura.
Ante las preguntas de la prensa, Llinás aseguró que “el presidente de la república parece haber declarado la guerra contra la cultura de su país”, a la vez que “está llevando adelante un discurso para culpabilizar a la cultura de todos los males”.
Según relató, tiene “intención de generar en la población la idea de que parte de la miseria en la que se encuentra nuestro país tiene que ver con cierto derroche de quienes nos dedicamos al arte, la ciencia, la investigación…”, una idea que considera “abominable” por “querer distanciar a un pueblo de su cultura, de enemistar unos contra otros”.
Por su parte, Yaela Gottlieb, peruana de origen pero afincada en Buenos Aires desde hace más de una década, reconoció que el motivo de su decisión de emigrar fue la cultura viva que “en Perú no existe”.
“No hay fondos públicos y no hay forma de producir”, afirmó, y “veo lo que pasa en Argentina como lo que pasó en Perú en los 90”, en la época de Fujimori.
“Me rompe el alma atravesar por lo mismo después de haber migrado. Pensé que en Argentina nunca sucedería”, lamentó.
Sin embargo, “el gobierno no ataca solo a la cultura, sino a muchos frentes, por lo que a veces nos solemos despistar un poco”. “No solo el cine, sino muchísimos derechos que se conquistaron en Argentina”, subrayó.
“Esto no se ha visto en nuestro país desde la última dictadura”, añadió Llinás.
Precisamente, la cinta que Gottlieb presenta en Punto de Vista, ¿Dónde está Marie Anne?, trata sobre una militante desaparecida durante la dictadura militar argentina.
“Fue un encargo del Museo del Cine de Buenos Aires, por voluntad de los trabajadores para dinamizar el archivo”, explicó la cineasta.
“Convocaron a distintos cineastas para trabajar con esos archivos y me entregaron una hora de material para hacer lo que quisiera”, detalló.
En cambio, Llinás presentó Retrato de un Mondongo, “un retrato por encargo de un grupo de artistas argentinos” de los que fue amigo durante 20 años, “pero después del retrato la amistad llegó a su fin”, apuntó.
“Por eso es una película dolorosa en cierto modo”, dijo, a la vez que “una situación extraña en la que nunca había estado”.
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