Escenario

Un documental animado contará la poco conocida etapa de Picasso refugiado en Royan en 1939

‘Picasso en Royan’ de Benoît Laure narra un momento oscuro de la historia de Europa, en el que el maestro vanguardista “entra en pánico” sin saber bien qué hacer>

Picasso en Royan
Imagen del filme. Imagen del filme. (Especial)

Un nuevo documental animado contará la poco conocida etapa que Pablo Picasso pasó en Royan, la ciudad del oeste de Francia a la que el pintor malagueño huyó desde París en 1939 al estallar la Segunda Guerra Mundial, en una suerte de exilio artístico y personal que duró diez meses.

Titulado Picasso en Royan, el largometraje es un proyecto francoespañol liderado por la productora gala Les Films du Poisson Rouge, junto a la española Imagic TV en calidad de coproductora, que ha sido presentado en el Cartoon Forum de Burdeos, la mayor plataforma de coproducción del cine de animación europeo.

Es la parte menos conocida de la historia de Picasso, ya sea de Picasso pintor o de Picasso persona”, explicó en Burdeos a EFE Jordi Oliva, coproductor del proyecto por Imagic TV, una compañía con base en Barcelona que en este Cartoon Forum también ha presentado el proyecto de animación infantil Moss.

En Picasso en Royan, el escenario es un momento oscuro de la historia de Europa -con el dictador Francisco Franco victorioso tras el fin de la Guerra Civil española y con Polonia ya invadida por la Alemania de Adolf Hitler-, en el que el maestro vanguardista “entra en pánico” sin saber bien qué hacer, cuenta a EFE Benoît Laure, director del filme.

Decide partir a Royan, refugiarse, porque teme un bombardeo alemán de París”, detalló el realizador francés, que además es pintor y un experto en el autor de Las señoritas de Avignon.

En esa localidad de la costa atlántica francesa, que luego quedaría arrasada por los bombardeos de 1945, se encontraba su hija Maya y la madre de esta, Marie-Thérèse Walter. Picasso viajó, además, acompañado por su secretario, el escritor Jaime Sabartés, y por su entonces amante, Dora Maar.

La película, que se asienta en los textos que dejó escritos en esa época Sabartés, reivindica también la figura del que fue mano derecha del artista malagueño y un actor crucial que, según Oliva, “por desgracia no es suficientemente conocido”.

En Royan, el estilo de Picasso se modifica influenciado por la incertidumbre. Se vuelve “un poco más radical” y anuncia lo que sería su obra durante la ocupación nazi de Francia, a partir de mayo de 1940, una época en la que “se lo convierte en un héroe de la liberación incluso a pesar de él mismo, porque nunca fue un héroe”, apuntó Laure.

Tenía pocos materiales para trabajar, así que se dedicó en especial a dibujar para explorar nuevas maneras de representar, orientado hacia una dirección más sobria y árida a nivel de los colores y las formas que luego caracterizará su producción durante la guerra.

Los monstruos de Picasso

Todas las situaciones de la película están basadas en los hechos históricos reales, pero los creadores introducen también una pequeña marca de ficción para describir el agitado estado de ánimo del genio cubista: un monstruo que lo acecha.

El gran protagonista es el fantasma de Picasso, que nosotros representamos, porque en animación lo podemos hacer todo, como un monstruo negro que se lo come por dentro, lo despierta por la noche, le obliga a pintar”, reflexionó Oliva.

A nivel personal, la estancia de Picasso en Royan favorece la construcción de un gran vínculo con su hija Maya, que es la única relación verdaderamente estrecha que cultiva con sus hijos.

“Al mismo tiempo estaba con Dora Maar, su compañera, y con Marie-Thérèse Walter. Era muy complicado de gestionar para las dos mujeres y como era un poco 'macho' las deja que se arreglen entre ellas”, indicó Laure.

El filme, sin embargo, no toma posición respecto la relación que Picasso mantuvo con las mujeres, más allá de intentar mostrar los hechos como fueron a nivel histórico, subrayó a EFE la productora Catherine Estèves.

Hay escenas muy duras entre Picasso y Dora Maar que no justificamos y que no evitamos, que las mostramos. Y hay escenas más tiernas con su hija. Pero no hay elección de bandos en la película sobre la relación de Picasso con las mujeres”, puntualizó Estèves.

Sí está más presente otra idea que los responsables del filme quieren recalcar, de acuerdo con la propia Estèves, la de “cómo un artista sufre la guerra y cómo la guerra tiene influencia sobre su trabajo”.

“Para nosotros eso se inscribe en una problemática actual”, continuó esta productora francesa, en un momento de crisis bélica como la guerra de Ucrania y de avance de las posturas totalitarias y de la extrema derecha.

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