Escenario

Francisco J. Paparella reflexiona sobre la falta de comunicación y afecto en ‘Tres hermanos’

ENTREVISTA. El cineasta argentino, radicado en México, nos habla de su más reciente filme que formó parte de la 75 Muestra Internacional de Cine de la Cineteca Nacional

La tumba de la araña
Fotograma de ‘Tres hermanos’. Fotograma de ‘Tres hermanos’. (CORTESIA)

En el filme Tres hermanos, los protagonistas de la película del argentino Francisco J. Paparella son mucho más que cazadores patagónicos y amantes del metal. Son una amalgama de emociones y conflictos en un entorno agreste y silencioso que, a su manera, refleja los problemas universales de comunicación y afecto. En una entrevista con Crónica Escenario, Paparella nos lleva al trasfondo de su proceso creativo y cómo su experiencia personal y cultural influyó en la narrativa de su película.

“Siempre empiezo mi proceso creativo con imágenes e ideas visuales que comienzo a conectar. La primera que surgió fue cuando estaba terminando de filmar Zanjas. El último día de rodaje estábamos en el rancho y unos amigos llegaron con un jabalí colgado mientras nosotros seguíamos filmando, ellos empezaron a desollarlo detrás nuestro y entre corte y corte ponían heavy metal”, expresó.

“Fue el punto disparador para la película. A partir de eso, en mi familia somos tres hermanos, y fue importante para mí desarrollar esa dinámica de los hermanos, una de las temáticas que me interesa es esa imposibilidad de comunicarse, y estos personajes son muy herméticos, lo cual creo que tiene que ver con la Patagonia, esa característica de estar mucho tiempo aislado en lugares muy lejanos y no poder comunicarse con sus emociones”, continuó.

A pesar de haber emigrado a tierras mexicanas, el director no olvida de dónde viene y no duda en plasmarlo en su filmografía: “Yo soy de la Patagonia y vivo en México desde hace 17 años. Mi primera película también fue allí. Es un lugar que tiene mucho para explorar a nivel cinematográfico y que todavía no se ha visto demasiado en el cine”, comentó.

Justamente una de las cosas más interesantes del cine es que son ventanas a otras realidades. Uno ve tres hermanos y una Patagonia que nunca existe en la cabeza de los espectadores. Hay problemáticas y personajes interesantes, la mayoría de los actores son naturales del lugar y están también en la gran pantalla por primera vez”, continuó.

“Es la segunda película de mi trilogía del río porque se relaciona con esa naturaleza. La masculinidad tóxica fue algo que se fue desprendiendo de los personajes. Primero fue delimitarlos y trabajarlos en el guión, entender por qué eran así de cerrados por cuestiones familiares que se van desprendiendo dentro de la trama de la película, como haber perdido a la madre de una manera muy temprana y de este universo que es muy masculino, ya que hay muy pocas mujeres dentro de la película, aún con ello, las que aparecen tienen una personalidad fuerte porque tienen que sobrevivir en ese universo, subsistir y tienen que hacerlo de una manera”, complementó.

Desde la concepción original al retrato, creo que la historia ha evolucionado ganando en dimensionalidad, metáfora y crítica hacia estos personajes. “Empecé a tramar los conflictos de cada uno de los personajes y se fueron hacia ese punto. Si bien no era la temática principal de la película, y no creo que lo sea tampoco, como que todo desprendía esa masculinidad”, expresó.

“Y lo que me pareció interesante fue hacer un análisis clínico de esto, intentar de una manera distante desde la cámara, desde el encuadre de todo, analizar de dónde viene y de dónde se hereda ese machismo. No es algo que alguien se despierta y sabe, es algo que está en todo lo que nos rodea todos los días, especialmente en México, Latinoamérica, etc.”, siguió.

Además, la influencia del heavy metal en la vida de los personajes es una parte crucial de la película, para ello el director nos cuenta esta importancia creativa: “Malón y Horca son bandas representativas del metal y a mí me atraía la situación de que algunos de estos personajes siempre están muy aislados de sus sentimientos. Y una de las cosas que los permea y permite acercarse a la poesía es el heavy metal. Está este concepto e idea de que es ruido estruendoso y dentro del heavy metal hay poesías increíbles”, dijo.

“Los personajes las escuchan porque son letras válidas, de amor. En Argentina hay una cultura de mapuches y hay muchas cosas que hablan de eso, que hablan de caciques, y utilizamos cuatro canciones de ellos y luego también creamos varias para la película, junto con un músico chileno que hizo la música. Yo hice la poesía de esas canciones para seguir profundizando en muchas de las temáticas que aparecen dentro de la película”, enfatizó.

Para concluir nos cuenta más a fondo de cómo fue guiar a los actores, “Andy Gorostiaga es el único actor de oficio de Buenos Aires, y Emanu Elish y Ulises Yanzón venían trabajando con ellos desde antes. No les di el guión completo, solo les daba contexto de lo que pasaba en algunas escenas y situaciones y más o menos sabían a dónde ir o les iba a impactar en sus personajes”, explicó.

“Y como en sus personajes los hermanos tienen esta falta de comunicación, lo mismo con ellos para que cada uno tuviera solo su perspectiva. Andy fue el único que tenía el guion completo. Buscamos encontrar gestos que se repitieran en ellos y los caracterizaban, el parecido entre ellos es impresionante y lo que hicimos antes de rodar finalmente se conocieron los tres en la casa donde íbamos a filmar e hicieron improvisaciones”, finalizó. 

La película formó parte de la 75 Muestra Internacional de Cine de la Cineteca Nacional donde tuvo proyecciones del 2 al 7 de abril. El filme espera tener su estreno comercial próximamente.

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