Escenario

Idles en el Pepsi Center: Una lección de amor máxima con punk rock

COBERTURA. La banda británica-irlandesa originaria de Bristol dio más que un concierto, fue un mensaje de acción a vivir enamorados de la vida a pesar de todo

música

Idles en el Pepsi Center.

Idles en el Pepsi Center.

Alejandra Miriel

En la actualidad es muy difícil ser una banda de punk rock no en términos de destacarse sino en términos de decir lo que no se ha dicho ya. En ese sentido resulta maravilloso lo que en los últimos años ha ofrecido la banda británica-irlandesa Idles, al ofrecer una serie de emociones desbordantes la noche del jueves en el Pepsi Center sin dejar de lado el discurso de hermandad y búsqueda de amor en los rincones de su música.

Es cierto, la misma banda ha dicho que su propuesta no es punk. Es cierto que hay una preconcepción romanizada sobre lo que es el amor, a menudo dulce y tierno. Pero es que al momento de ver en el escenario a Joe Talbot (vocalista), acompañado de Adam Devonshire (bajo), Mark Bowen (guitarra), Jon Beavis (batería) y Lee Kiernan (guitarra), el sonido que se apodera del cuerpo es un punk enérgico que revienta en adrenalina y sus letras son de de un amor tan salvaje que apelan a liberar el instinto más profundo en una catarsis.

El nombre de su gira es Love is fing (El amor es jodido) y lo es. Pero al mismo tiempo en su música nos dicen que el amor es la emoción más compleja y pura, y nos invitan a despertar un espíritu de hermandad y a escarbar en las experiencias personales más dolorosas e intensas para poder seguir adelante.

La encargada de comenzar a ponerle música a la velada en el Pepsi Center fue la cantautora estadunidense Angélica García, quien a través de un rock pop experimental cautivó a los presentes con temas como “Juanita”, “Gemini”, “Color de dolor”, “Y grito”, “Paloma” o “Jícama” (una de las canciones favoritas de Barack Obama), nos dio una muestra de su enérgica propuesta que hizo bailar a los presentes acompañada de una baterista que también lució. La californiana con raíces méxico-salvadoreñas es una artista a seguir.

Pero el público mexicano estaba cautivo por Idles. Los conciertos en Pabellón Oeste y Corona Capital ya auguraban un show espectacular y la ansiedad no se hizo esperar con cientos de fanáticos luchando por estar lo más cerca del escenario.

El vocalista Joe Talbot.

El vocalista Joe Talbot.

Alejandra Miriel

“IDEA 01”: Estar enamorado de un recuerdo

Al apagar las luces, Jon Beavis fue el primero en ocupar la batería y comenzar a marcar el ritmo, luego Mark Bowen hizo sonar los teclados tétricos en bucle que dan inicio a “IDEA 01”, de su aclamado disco TANGK (2024) que es el motivo de la gira. Los gritos se despertaron con este tema que tiene un ritmo lento y atmosférico. Las siluetas de los músicos aparecían frente al humo y la luz profunda blanca que palpitaba como un sueño.

Este es nuestro álbum de belleza y poder”, dijo Talbot cuando lanzó el disco y la canción comenzaba a envolver en esa propuesta desde la primera nota. El vocalista se dejaba poseer por la canción, se hincaba y caminaba de un lado a otro antes de soltar la voz por el micrófono.

Y es que este tema, de una narrativa cruda y desgarradora sobre la lucha y la desesperación en un entorno familiar disfuncional, describe una serie de imágenes impactantes que reflejan la precariedad y el caos en el que viven los personajes. La “casa al revés” y el “hogar roto” son metáforas potentes que sugieren un ambiente de inestabilidad y desorden. La mención de la hermana que aún no ha crecido y el padre que no puede pagar sus deudas añade una capa de vulnerabilidad y desesperanza a la situación.

El falsete raído de Talbot suena desgarrador mientras repite la frase “These are the things you lost in the fire”, que nos da una imagen de pérdida y destrucción. El fuego es el que representa la figura que representa las adversidades y las pruebas que han consumido las esperanzas y los sueños de la familia. La madre que “se balancea como si tu vida dependiera de ello” y el tío que corre diez calles para robar un teléfono son imágenes que evocan una lucha desesperada por la supervivencia.

El reseco loop de batería nos hipnotiza en medio de esta canción que trae imágenes del recuerdo de un hogar roto que puede cambiar con el tiempo, y las luchas de ver lo positivo a través de esta lente. Es una canción sobre estar enamorado de un recuerdo. El canto final de Talbot es un zumbido que araña.

El público se mostró eufórico desde el principio.

El público se mostró eufórico desde el principio.

Alejandra Miriel

“Colossus”: Del anhelo de redención a la fuerza

Sin soltar la música dio inicio el segundo tema. “Colossus”, de Joy as an act of resistance (2018), título del disco que bien podría definir también lo vivido en su concierto es una canción que llega a lo profundo. “Soy el hijo de mi padre/Su sombra pesa una tonelada”, canta al inicio de la canción acompañado de miles de personas en el coro que unen su voz en contra de la masculinidad tóxica. Y el peso de la canción se siente en la voz que sale como un grito de desesperación.

La pieza de rock es cinematográfica y siniestra. La canción parece describir una confesión casi católica: es una exploración profunda de la lucha interna, la identidad y la redención; después de expiar los pecados personales, en un estado de agotamiento, el in crescendo musical nos lleva a una catarsis.

El estribillo “goes and it goes and it goes” refuerza la idea de un ciclo interminable de sufrimiento y repetición. La repetición de esta frase crea una sensación de inercia y desesperanza, como si el protagonista estuviera atrapado en una espiral de autodestrucción.

Y es que la canción evoluciona en la segunda parte. Los aplausos del público que acompañan al ritmo de la canción generan una sinergia con la banda que en su letra nombra a Stone Cold, Steve Austin y Fred Astaire, cuyas comparaciones parecen ser un intento de encontrar fuerza y redención a través de la identificación con figuras poderosas y resilientes.

La redención culmina con el momento enérgico de la letra: “I'm on my best behavior, Like Jesus Christ our savior”, dice Talbot con el pedestal del micrófono volando fuera del escenario y el público en un mosh-pit de locura. Ese anhelo de redención evoluciona en un mensaje de fuerza que el público cantó a todo pulmón.

Los músicos ofrecieron lo mejor de su repertorio.

Los músicos ofrecieron lo mejor de su repertorio.

Alejandra Miriel

“Gift horse”: La rebeldía como símbolo de amor

Al terminar la canción la gente se quedó con los brazos en alto como presagiando el desmadre que se avecinaba. De regreso al TANGK, la banda se alejó del tono tétrico pero se fue a la propulsión explosiva de “Gift horse”, cuya una línea de bajo vibrante da paso a un bombo que combina con el ritmo elegante y musculoso de su tema encontrando una interesante propuesta de electrónica acerada y el post-punk.

La letra parece jugar con la imagen de un caballo, un steed (corcel), que se utiliza como metáfora de la libertad y la resistencia contra las normas establecidas. El coro repetitivo “Look at him go!” transmite una sensación de asombro y admiración por la fuerza y la velocidad del 'steed', que podría simbolizar el ímpetu juvenil o el deseo de avanzar sin restricciones.

La canción también toca temas de amor y apoyo mutuo en la relación del cantante con su pareja, quien es descrita como fuerte, desafiante y empoderada, rechazando las expectativas sociales y las estructuras de poder, especialmente con la frase más poderosa: “Fuck the king, he ain't the king, she's the king” (“¡Que jodan al rey, él no es el rey, ella es la rey!”). Sin duda un himno a la libertad individual, el amor incondicional y el rechazo a las normas opresivas, que demuestra que un acto de resistencia y rebeldía también es un símbolo de amor.

El bajista Adam Devonshire.

El bajista Adam Devonshire.

Alejandra Miriel

“Mr. Motivator”: Para luchar contra las injusticias con pasión

¿Están listos para el amor?” pregunta Talbot con la energía de los presentes en todo lo alto. “Quiero que se separen, háganse para atrás, péguense a la izquierda y derecha, hagan espacio al centro porque nos vamos a divertir”, dijo para abrir un slam masivo de todo el Pepsi Center al circle pit de “Mr. Motivator”, el único tema que sonó de su disco Ultra Mono (2020), y el primer encuentro entre el guitarrista Lee Kiernan, quien se aventó en un crowd surfing que elevó la adrenalina.

De la mano con el tema anterior, esta vez hacen un llamado a ponerse en forma y prepararse mental y físicamente con una canción antielitista que incita al cambio, superar obstáculos y luchar contra las adversidades. Aunque es extraño escuchar palabras de aliento como “Aprovechemos el día” y “¡Puedes hacerlo!”, en un hombre que suena como si hubiera comido clavos en el desayuno, con una música frenética y furiosa, lo cierto es que sí logra transmitir su mensaje.

La canción menciona a varias figuras icónicas, como Conor McGregor, Frida Kahlo y Kathleen Hanna, para ilustrar la idea de luchar con pasión y determinación. Estas referencias sirven para inspirar y sugerir que, al igual que estas personalidades, el oyente puede ser poderoso y capaz de grandes cosas. La repetición de la frase “You can do it” actúa como un mantra de autoafirmación y confianza.

En la segunda parte de la canción, una vez que uno se abre paso entre la pesada capa de ironía, se encuentra el núcleo del mensaje de IDLES: “Ahuyenta a los idiotas”. Con esto se refiere a los “idiotas” como los poderes fácticos de la sociedad: la extrema derecha, los moralmente corruptos, los traficantes de dinero de la cultura de las celebridades y los partidos políticos.

“¿Qué te parecen esos clichés?”, pregunta Talbot con descaro en medio de la canción, satirizando al mismo tiempo la retórica “motivacional” de la cultura de las celebridades y la sociedad capitalista, y llamando irónicamente a las armas a los perseguidores del cambio, pisoteados y derrotados. Un verdadero motivador para los oyentes a tomar el control de sus vidas y a luchar contra las injusticias, reflejando el espíritu combativo y desafiante de la banda.

La banda alentó a mosh spit.

La banda alentó a mosh spit.

Alejandra Miriel

“Mother”: Contra la violencia de género

Para el quinto tema llegó el turno de rendir culto a Brutalism (2017), uno de sus discos más aclamados con “Mother”, su mensaje de empatía en contra de la violencia contra la mujer, con una canción que lo mismo es una potente mezcla de punk rock y post-punk que aborda temas de lucha de clases, feminismo y crítica política.

La repetición de las horas de trabajo de la madre del vocalista refleja la dura realidad de muchas personas que deben trabajar jornadas extenuantes para sobrevivir. Esta narrativa pone de manifiesto las dificultades económicas y la desigualdad social que enfrentan las clases trabajadoras.

El estribillo “The best way to scare a Tory is to read and get rich” es una declaración desafiante que sugiere que la educación y la prosperidad económica son herramientas de empoderamiento y resistencia contra las políticas conservadoras que a menudo favorecen a los ricos y poderosos. La banda utiliza la palabra “Tory”, un término para los miembros del Partido Conservador del Reino Unido, como un símbolo de las fuerzas políticas que perpetúan la desigualdad.

La canción también toca el tema de la violencia de género, destacando cómo la agresión sexual es un problema sistémico que comienza desde la educación temprana y se perpetúa a través de la cultura. Usa la frase, “Mother fucker” en un sentido literal para una canción sobre mujeres que enfrentan asaltos sexuales y otras opresiones.

Está enojado por mujeres como su madre y las tribulaciones por las que pasan. Además esta canción toma una cita de Margaret Atwood para la letra del puente: “Los hombres tienen miedo de que las mujeres se rían en su cara / Mientras que las mujeres tienen miedo de que los hombres se lleven sus vidas” para impulsar aún más el mensaje.

“Mother” es un grito de guerra que llama a la reflexión y a la acción, utilizando la música como vehículo para el cambio social: “La violencia sexual no empieza ni termina con una violación. Empieza en nuestros libros y detrás de las puertas de nuestra escuela. Los hombres tienen miedo de que las mujeres se rían en su cara, mientras que las mujeres tienen miedo de que los hombres les quiten la vida”, dijo Talbot en una entrevista a propósito de este tema.

El vocalista dejó postales memorables.

El vocalista dejó postales memorables.

Alejandra Miriel

“Car crash”: La brutal lucha interna

La guitarra tétrica de Mark Bowen retumba para dar inicio a “Car crash”, de su disco Crawler (2021). Este es uno de los temas más brillantes de la banda pues el canto se siente como una especie de rapeo sin embargo emula poner a la audiencia en la mente del vocalista quien se pone detrás de un volante borracho y drogado. Las distorsiones le dan un toque psicodélico al momento que se hacen sonidos de ambulancia con la guitarra. ¿Alguien ha representado alguna vez el consumo de drogas y la causa de un accidente de tráfico de manera tan perfecta como “Car Crash”?

La canción se siente como una caída a la oscuridad. La intensidad aumenta mientras el ritmo contundente y en bucle acompaña el cántico rabioso de Talbot. Desde el inicio, el vocalista describe un intento de mantener el control y la apariencia de éxito: “I got myself together, I got myself in check” (“Me recuperé, me puse bajo control”).

Sin embargo, a medida que avanza la letra, se revela una lucha interna mucho más profunda. La repetición de logros materiales y sociales (“I got the keys to the lambo, I took a walk instead”- “Conseguí las llaves del lambo, pero en lugar de eso salí a caminar”) contrasta con la sensación de vacío y desesperanza que se siente en el fondo

La metáfora del accidente de coche (“I'm a car crash”) es central en la canción. Representa un colapso total, tanto físico como emocional. La letra describe un descenso a la autodestrucción, con imágenes vívidas de violencia y caos: “Crash bang wallop on the afghan, Then I rise like a phoenix from the dashcam” (“Se oye un estruendo y se oye un golpe en la manta. Luego me levanto como un fénix de la cámara del salpicadero”).

Esta línea sugiere un ciclo de destrucción y renacimiento, pero no necesariamente en un sentido positivo. En lugar de encontrar redención, el protagonista parece atrapado en un ciclo de autodestrucción. En conjunto, “Car crash” es una exploración brutal y honesta de la lucha interna y la desesperación en un mundo caótico. Maravilloso.

El baterista Jon Beavis.

El baterista Jon Beavis.

Alejandra Miriel

“I’m scum”: Grito de orgullo y resistencia

Muchas gracias por venir esta noche y mostrarnos su amor y energía. Es algo hermoso venir a México. Podemos confirmar que son el mejor público del mundo. Esta es una celebración para la gente de la que puedo decir que me salvó la vida. Ustedes son parte de ello”, expresó Talbot antes de dar vida a uno de sus temas más importantes como es “I’m scum” de su disco Joy as an act of resistance.

La canción es un himno de autodefinición y desafío social. A través de su letra, la banda se apropia del término “scum” (escoria), que suele tener una connotación despectiva, y lo convierte en un grito de orgullo y resistencia. Además refleja una actitud desafiante hacia las estructuras de poder y las normas sociales, con referencias a la vida en viviendas sociales y la lucha contra el fascismo.

El estilo musical de Idles, caracterizado por ser una mezcla de punk y post-punk, se presta para transmitir un mensaje crudo y directo. La repetición de “I'm scum” actúa como un estribillo desafiante que rechaza la vergüenza y abraza una identidad marginada. La mención de Dennis Skinner, un conocido político laborista británico, y la crítica al prototipo de James Bond, simbolizan el rechazo a la autoridad tradicional y a los ideales impuestos por la sociedad.

La canción también toca temas de autenticidad y la lucha de clases, con líneas como “I'm lefty, I'm soft, I'm minimum wage job” (“Soy zurdo, soy blando, tengo un trabajo de salario mínimo”), que resaltan la solidaridad con los trabajadores y la identificación con los menos privilegiados. La metáfora más poderosa es “This snowflake's an avalanche” (“Este copo de nieve es una avalancha”) sugiere que incluso aquellos considerados débiles o insignificantes pueden unirse para convertirse en una fuerza poderosa y cambiar el status quo.

Quería que fuera una celebración, un desfile desafiante de todas las cosas. Esta fue una canción que todos escribimos al unísono y realmente nos dio un impulso. Permitió que cada individuo respirara. Esta canción me ayudó a aceptar que soy lo que la gente dice y que eso está bien. Hubo una sensación instantánea de alivio una vez que me di cuenta de eso”, expresó el vocalista en una entrevista a propósito de este tema enérgico y punk.

Cabe decir que a la mitad de la interpretación el vocalista pidió silencio en el Pepsi Center para provocar una locura explosiva al coro de “Fuck the king”, que culminó en las miles de personas saltando y gritando como si estuvieran en un estadio de fútbol apoyando a su equipo favorito tras un gol.

El vocalista se mostró enérgico y emotivo.

El vocalista se mostró enérgico y emotivo.

Alejandra Miriel

“Roy”: La búsqueda de autenticidad en un mundo lleno de falsedades

Una pausa llegó en medio del delirio. La banda regresó a su disco TANGK, para dar vida a su canción “Roy”, con su ritmo en bucle como una onda sinusoidal que entra y sale, en melodía que evoca la intensa y visceral de la dualidad entre el amor y la autodestrucción. Una mirada cruda y real sobre el sentimiento.

La letra está cargada de imágenes poderosas y metáforas que reflejan una lucha interna y externa. Desde el inicio, el vocalista plantea una serie de preguntas retóricas que sugieren un deseo de probar los límites del amor y la lealtad. “If I pose enough threat, if I pull on the thread, will you try?” (“Si represento una amenaza suficiente, si tiro del hilo, ¿lo intentarás?”) es una línea que encapsula esta tensión, donde el amor se pone a prueba a través de actos extremos y destructivos.

El estribillo, con su repetición de “Baby, baby, baby”, contrasta con la violencia de las estrofas, creando una dicotomía entre la ternura y la brutalidad. La frase “I'm a smart man, but I'm dumb for you” (“Soy un hombre inteligente, pero soy tonto para ti”) sugiere una rendición total a los impulsos emocionales, a pesar de la inteligencia o la razón. Esta línea refleja la vulnerabilidad y la irracionalidad que a menudo acompañan al amor, donde uno puede ser sabio en muchos aspectos de la vida, pero completamente indefenso ante los sentimientos por otra persona.

La canción también aborda temas de autenticidad y rechazo a la falsedad, como se ve en la línea “Take the posers instead, the narcs, the fakes, and the Feds” (“En su lugar, tomen a los impostores, los narcos, los impostores y los federales”). Aquí, Idles critica a aquellos que no son genuinos, prefiriendo la autenticidad, incluso si esta viene con un alto costo emocional.

La repetición de “I'm never gonna die” (“Nunca voy a morir”) puede interpretarse como una declaración de inmortalidad emocional, una resistencia a ser destruido por las propias acciones o por las expectativas de los demás. En conjunto, “ROY” es una poderosa meditación sobre la complejidad del amor, la autodestrucción y la búsqueda de autenticidad en un mundo lleno de falsedades.

El juego de iluminación también fue factor.

El juego de iluminación también fue factor.

Alejandra Miriel

“1049 Gotho”: La lucha contra la depresión y la salud mental

Como si fuera un homenaje a Editors, llegó una de sus canciones más melódicas como fue “1049 Gotho” (Brutalism), que desde su lanzamiento se ha catalogado como un tema por excelencia para referirse a las relaciones y la salud mental como un lugar lleno de oscuridad que pocos se atreven a explorar.

La canción aborda temas profundos relacionados con la depresión y la desesperación. Desde el inicio, la letra nos presenta a un amigo del narrador que está sumido en una profunda depresión, deseando la muerte como una forma de escape.

La repetición de la súplica “Help me” (“Ayúdame”) resalta la urgencia y la desesperación de alguien que se siente atrapado en su propia mente y cuerpo, sin encontrar alivio ni consuelo. Luego tenemos la frase “There’s no right side of the bed with a body like mine and a mind like mine” (“No hay lado correcto de la cama con un cuerpo como el mío y una mente como la mía”) que sugiere una lucha interna constante, donde ni el descanso ni el despertar ofrecen paz.

Es interesante la canción a nivel lírico pues también en el segundo verso introduce a una amiga que también está deprimida, buscando consuelo en el sexo, pero el narrador responde de manera inapropiada, lo que refleja una desconexión emocional y una incapacidad para lidiar con la situación de manera saludable.

La línea “I pissed in the kitchen sink as she slowly undressed” (“Me oriné en el fregadero de la cocina mientras ella se desvestía lentamente”) se interpreta como un ejemplo de la falta de control y la desesperación que sienten ambos personajes, mientras que la repetición de No way, we never shall decay” (“De ninguna manera, nunca nos descompondremos”) parece ser un intento de aferrarse a la esperanza, aunque sea de manera irónica, ya que la realidad de su situación es sombría.

Pero es emocionante la forma en que canta el estribillo: “I guess this is as far as we go” (“Supongo que hasta aquí llegamos”) se repite varias veces, subrayando un sentimiento de resignación y aceptación de que no hay un camino claro hacia adelante. La canción termina con la reiteración de la depresión de los amigos del narrador, cerrando el círculo de desesperanza y angustia.

Idles utilizan esta canción llena de guitarras agudas para explorar la vulnerabilidad humana y la lucha contra la enfermedad mental, ofreciendo una mirada sin filtros a la realidad de quienes sufren en silencio.

El guitarrista Lee Kiernan bajó varias veces del escenario.

El guitarrista Lee Kiernan bajó varias veces del escenario.

Alejandra Miriel

“Jungle”: Enfrentar el dolor

Casi llegando a la mitad del concierto sonó “Jungle”, de su disco TANGK, quizás la canción que fungió como un respiro en medio de la euforia. Con ese riff casi brumoso y no tan fino, que pasa el mando a los coros y luego a un piano, dando licencias de que se cuelen ruidos caóticos, hasta que llega ese maravilloso coro sobre la identidad: “Save me from me, I'm / I'm found, I'm found, I'm found” (“Sálvame de mí, estoy/Estoy encontrado, estoy encontrado, estoy encontrado”), que suena a desahogo.

Cabe decir que “Jungle” es una historia sobre sobre hacer algo malo y terminar en la cárcel, y la falta de control en ese sentimiento. Trata sobre estar perdido y cuenta una historia de dolor. En la canción, Joe recita palabras impregnadas de dolor, como “Smashed glass on the floor/ All strewn like bird song seed” (“Vidrios rotos en el suelo. Todos esparcidos como semillas de cantos de pájaros”).

“The wheel”: Sobrevivir a la tragedia

Uno de los momentos más emotivos de la noche llegó con “The wheel” (Crawler), cuya emoción llegó desde la presentación del tema: “Esta canción es sobre cómo sobreviví a la muerte de mi madre… Si te sientes solo de alguna manera, por favor, comparte tus sentimientos con alguien más”, dijo Talbot llevándose la ovación del público mexicano.

La canción trata sobre el ciclo de la adicción. La letra de la canción describe cómo Talbot está rogándole a su madre que dejara de beber cuando tenía solo 10 años, pero luego, de adulto, se despierta y ve cómo su consumo de drogas y alcohol ha arruinado su vida.

Este ciclo de alcoholismo, que finalmente le arrebató a Talbot su madre, es la muestra de cómo la música se convirtió en un acto liberador. El bajista Adam Devonshire acentúa cada estribillo con un acorde monótono que suena como la campana de un reloj del fin del mundo, mientras Bowen y Kiernan están en una forma amenazante con un riff asesino de una sola nota que atraviesa el coro mientras Talbot aúlla “¿Puedo obtener un aleluya?” hasta que se queda ronco. Un momento alucinante, además con el el mensaje final de “Viva Palestina” adherida al coro de la canción.

La banda también mostró su apoyo a Palestina.

La banda también mostró su apoyo a Palestina.

Alejandra Miriel

“When the lights come on”: Bailar en un mundo desolador

Al igual que ocurre en el disco Crawler, la canción que siguió fue “When the lights come on”, con su inicio atmosférico con una base melódica post punk pero con un juego de guitarras distorsionadas y desviaciones estilísticas que hicieron sonar la canción como algo hipnótico, mientras Talbot cantaba suave y hosco y una línea de bajo al estilo Joy Division los acompaña.

La canción es una exploración visceral de la desesperación, la alienación y la búsqueda de conexión en medio de la oscuridad de la noche. La letra comienza con una imagen vívida de una pista de baile, donde el protagonista se encuentra rodeado de extraños y sumido en un torbellino emocional.

A medida que la canción avanza, el protagonista describe una sensación de pérdida y desorientación. La frase “I shudder like I'm all bereft” (“Me estremezco como si estuviera despojado”) indica una profunda tristeza y vacío, mientras que “I danced grief from my pores” (“Bailé el dolor desde mis poros”) sugiere que el baile es una forma de exorcizar el dolor. La repetición del ritmo, comparado con un golpe en la puerta, puede simbolizar la insistente presencia de la angustia que no se puede ignorar.

La letra también aborda temas de alienación y desconexión social. El protagonista se encuentra en un “paralytic loveless dream” (“sueño paralítico sin amor”), rodeado de rostros desconocidos que no le reconocen. Esta sensación de aislamiento se intensifica con la mención de querer pelear y desgarrar la noche, lo que refleja una lucha interna y una necesidad desesperada de sentir algo, cualquier cosa, en medio de la apatía.

En conjunto, “When the lights come on” es una poderosa representación de la lucha interna y la búsqueda de significado en un mundo que a menudo se siente indiferente y desolador. 

El guitarrista Mark Bowen.

El guitarrista Mark Bowen.

Alejandra Miriel

“Divide and conquer”: Contra las tácticas del poder

La siguiente canción apuntó a los que tienen el poder, cómodos en su capacidad de reducir las vidas de los seres humanos a ejercicios de ahorro de costos y casillas marcadas. “Divide and conquer” (Brutalism), con su melodía casi siniestra, más inquietante que agresiva pero igualmente rasposa y poderosa.

La canción es una crítica feroz y directa a las tácticas de división y control utilizadas por aquellos en el poder. La repetición de las palabras “Divide” y “Conquer” (“dividir” y “conquistar”) resalta la estrategia clásica de dividir a las personas para debilitarlas y así poder dominarlas más fácilmente. Esta táctica ha sido utilizada a lo largo de la historia por líderes y gobiernos para mantener el control sobre la población, fomentando la desconfianza y el conflicto entre diferentes grupos sociales, étnicos o políticos.

La frase “A loved one perished at the hand of the baron-hearted right” (“Un ser querido pereció a manos de la derecha de corazón de barón”) se repite varias veces, subrayando el dolor y la pérdida personal causada por estas tácticas divisorias.

La “derecha de corazón de barón” puede interpretarse como una referencia a las políticas de derecha que, para la banda, carecen de compasión y humanidad, priorizando el poder y la riqueza sobre el bienestar de las personas. Esta línea sugiere que las políticas y acciones de estos líderes han tenido consecuencias devastadoras y personales para muchos.

En “Divide and conquer” su mensaje es claro: la división es una herramienta de opresión que debe ser resistida. La canción es un llamado a la unidad y a la lucha contra aquellos que buscan dividirnos para mantener su poder. Con una segunda mitad completamente alocada que provocó el enésimo slam de la noche. Un tema asfixiante y con un final alocado.

La gira se debe a su disco TANGK.

La gira se debe a su disco TANGK.

Alejandra Miriel

“Gratitude” y “Benzocaine”: A pesar de todo

De regreso a la columna vertebral musical que es su más reciente disco TANGK, tocó el turno de entonar “Gratitude”, esta vez con una dedicatoria especial para la telonera Angélica García: “Estamos honrados de compartir escenario con Angélica, que es una música increíble”, dijo Joe.

Con una ejecución lúdica de sintetizadores y guitarras, es uno de los temas más positivos de la banda: “Mantengo mis manos en alto y te agradezco, gratitud”, dice el cantante en la letra.

Gratitud por el amor, por la vida, por la alegría, por la capacidad de cometer errores, por los malos momentos, por los buenos momentos. Es simplemente un agradecimiento desenfrenado por la vida. Esta canción da cierre al disco y lo hace en un tono casi espiritual desde la oscuridad.

Curioso que en el concierto al final Talbot termina ensimismado, hincado con las manos en el rostro mientras las guitarras hacen sus riffs finales, en una imagen que sobresalta por la incertidumbre de no saber si es parte del performance.

“Muchas gracias”, dice Talbot. “La siguiente canción es sobre drogas… mierda”, añadió para dar vida a “Benzocaine” (Brutalism), que no es sino un agresivo recordatorio de las cosas a las que recurre la gente cuando se enfrenta a estos sentimientos de estar enfermo. Comienza con Talbot cantando su nombre en éxtasis y luego la instrumentación te lleva a la diversión. Ni qué decir del solo de guitarra de Lee Kiernan

El público era en su mayoría joven.

El público era en su mayoría joven.

Alejandra Miriel

“Pop Pop pop”: Convertir la desgracia ajena en alegría

Una de las canciones más esperadas del TANGK era “Pop pop pop”, con su atmósfera turbia que tiene retroalimentación de la guitarra con la voz que se inspira en el trip hop pero con una distorsión virtuosa que le da la personalidad de Idles.

La canción es una vibrante mezcla de emociones intensas y reflexiones profundas, encapsuladas en un estilo lírico que es característico de la banda. Conocidos por su enfoque crudo y directo, utilizan esta canción para explorar temas de alegría, vulnerabilidad y resistencia ante las adversidades.

El término “Freudenfreude”, que aparece repetidamente, es un juego de palabras que parece combinar “Freude”, la palabra alemana para “alegría”, con “Schadenfreude”, que significa encontrar placer en la desgracia ajena.

Sin embargo, en este contexto, Idles parece celebrar la alegría pura, una alegría que se multiplica y se comparte, destacando la importancia de mantener el espíritu elevado de aquellos a nuestro alrededor. Habla sobre la sincera felicidad de ver a otros, específicamente a tu pareja, triunfar.

La canción también aborda la resistencia frente a la negatividad y los desafíos, como se refleja en líneas como “Don't let pricks take your inch to a mile” (“No dejes que los idiotas te lleven de un centímetro a otro”).

Este llamado a la resistencia contra aquellos que buscan aprovecharse de la bondad de uno resuena a lo largo del tema, mezclando la dureza con la ternura, lo que es evidente en la yuxtaposición de imágenes. Es una canción que no solo celebra la alegría y la resistencia, sino que también invita a la reflexión sobre cómo podemos proteger nuestra integridad y bienestar emocional en un mundo a menudo desafiante. En su momento la dedicaron a la banda Cage The Elephant.

Una de las imágenes más memorables.

Una de las imágenes más memorables.

Alejandra Miriel

“Samaritans”: “Besé a un chico y me gustó”

En el siguiente tema tocó el turno de volver a desafiar la masculinidad tóxica con el tema “Samaritans” (Joy as an act of resistance), en la cual critican las máscaras que impone el sistema patriarcal para no sentir emociones porque ser un “buen hombre que no llora ni se queja” y que por ende, mantiene a muchos en una sombra o viviendo una doble vida en secreto para poder ser lo que realmente quiere y anhela.

La canción aborda de manera contundente y crítica las expectativas y presiones sociales impuestas sobre la masculinidad. Desde el inicio, la letra repite mandatos como “Man up” (“Sea hombre”), “Chin up” (“Ánimo”) y “Don't cry” (“No llores”), que son frases comúnmente utilizadas para reforzar estereotipos de género. Estas órdenes reflejan la presión constante que los hombres enfrentan para ajustarse a un ideal de masculinidad que reprime sus emociones y vulnerabilidades.

El estribillo “The mask of masculinity is a mask that's wearing me” (“La máscara de masculinidad es una máscara que me lleva puesta”) es una metáfora poderosa que sugiere que la masculinidad tradicional no solo es una fachada, sino que también consume y controla a quienes intentan vivir bajo sus estrictas normas.

En la parte final, la declaración “I kissed a boy and I liked it” (“Besé a un chico y me gustó”) desafía directamente las normas heteronormativas y de género, sugiriendo una aceptación de la diversidad y la autenticidad personal. La canción concluye con una repetición de las órdenes iniciales, lo que refuerza la idea de que estas presiones son constantes y omnipresentes.

En conjunto, “Samaritans” es una crítica feroz a la masculinidad tóxica y un llamado a la liberación emocional y la autenticidad personal. Sin duda, un tema que inspira a liberar ataduras.

La banda respondió el cariño con música.

La banda respondió el cariño con música.

Alejandra Miriel

“Crawl”: La necesidad de asumir los errores

El tema que siguió fue a ritmo de punk rock más clásico. La guitarra eléctrica sonando jugando con la batería marcando el ritmo de la energía en todo lo alto, mientras la letra habla de haber tocado el punto más bajo para comenzar a reconstruirnos. Nos referimos a “Craw!” del disco Crawler.

En esta canción nos cuentan la necesidad de levantarse: “Este es el punto de inflexión, después de haber colisionado. Es un buen himno para mí para discutir con gente que no está del otro lado o que no están sobrias. No eres la mejor versión de ti mismo y necesitas asumir responsabilidad de tus adicciones y de quién estés decepcionando”, dijo Talbot en una entrevista a propósito de esta canción.

Maldita sea, me siento bien, dijo el mentiroso a la congregación”, grita el momento climático de la canción.

“The beachland ballroom”: La capacidad de resistir

Uno de los momentos más mágicos de la noche fue cuando sonó “The beachland ballroom” (Crawler), ese tema que se entrega a las noches de graduación y el vals lento mientras Talbot usa su voz como un arrullo urgente y conmovedor que explota desde un territorio tierno previamente inexplorado hasta un aullido espeluznante de “¡daño! ¡daño! ¡daño!”, que cobra fuerza hasta que las cuerdas vocales están al borde de sangrar. Una engañosa canción romántica pero brutalmente honesta en lo que transmite.

La canción es otra poderosa exploración de la lucha interna y la resiliencia frente a la adversidad. Desde el inicio, la letra nos sumerge en un ambiente de desesperación y aislamiento, con frases como “They could hear me scream for miles” (“Podían oírme gritar a kilómetros de distancia”) y “The silence ringing for days” (“El silencio resuena desde hace días”).

Estas líneas evocan una sensación de soledad y angustia, donde el protagonista parece estar atrapado en un ciclo de dolor y sufrimiento. La imagen del viento que hace balancear los árboles refuerza esta sensación de vulnerabilidad y falta de control sobre su entorno.

Hay un cambio notable cuando el narrador pasa de estar de rodillas a estar en “all fours” (“cuatro patas”), indicando un esfuerzo por levantarse y seguir adelante, a pesar de las dificultades. El estribillo “I'm not praying, baby / I'm not begging, darling” (“No estoy rezando, nena / No estoy rogando, cariño”) suena como una declaración de independencia y determinación.

El narrador no está buscando ayuda divina ni suplicando por alivio; en cambio, está enfrentando su situación con una resolución firme. La repetición de “damage” (“daño”) al final de la canción subraya el impacto duradero de las experiencias difíciles, pero también sugiere una aceptación de las cicatrices como parte de su identidad. Es una reflexión cruda y honesta sobre la lucha personal y la capacidad de resistir, incluso en los momentos más oscuros. Un momento desgarradoramente hermoso.

El concierto también tuvo grandes momentos de belleza.

El concierto también tuvo grandes momentos de belleza.

Alejandra Miriel

“Never fight a man with a perm”: Los sentimientos salvajes de los hombres

Entrados en la recta final de la velada. Con las emociones a tope, los alaridos no se hicieron esperar al tiempo que comenzó la guitarra distorsionada de “Never fight a man with a perm”, otro de los cortes que hace crítica al machismo, no solo desde lo sistemático de la sociedad sino desde los propios sentimientos en un tema que se siente como un grito salvaje.

Quería que la canción fuera una exploración de los horribles rincones de mi pasado; la parte de la que me sentía avergonzada. Pienso en mi arte como una forma de ser vulnerable, un ejercicio de catarsis y un reflejo de mi fealdad que puede exaltar la vergüenza. Aquí se manifestó en algo hermoso, como debería ser toda catarsis”, dijo en su momento el vocalista sobre este tema.

La letra describe un conflicto entre el cantante y otro hombre que es descrito como tratando demasiado de verse genial y seguro. El protagonista insulta la apariencia y el comportamiento del otro hombre, llamándolo “tirano de Topshop” y diciéndole que no pelee con alguien con permanente. El coro repite “De concreto a cuero” como una forma de transmitir dureza. Al final, el protagonista sugiere hacer las paces abrazándose.

Solo como curiosidad la canción suena en el último episodio de la quinta temporada del programa de televisión Peaky Blinders y también durante el cuarto episodio de la primera temporada de la serie dramática de Netflix, Biohackers. Una pieza atmosférica que, sin duda, llevó los ánimos a todo lo alto con su coro que se sintió como grito de guerra y su música llena de ira y baile.

El público entregado a los artistas.

El público entregado a los artistas.

Alejandra Miriel

“Dancer”: Bailar es un acto de amor propio

El último tema del disco TANGK que sonó en el Pepsi Center fue “Dancer” que nos habla sobre el placer de los cuerpos y la violencia del ritmo en la pista de baile. Y es que suena como una combinación disfuncional entre la amenaza del punk noise y el alegre himno de pub rockero, con un perezoso estribillo pop omnipresente.

Esta canción, que representa el primer sencillo del disco y en cuya versión de estudio colaboran James Murphy y Nancy Whang de LCD Soundsystem, es un homenaje a la sensación de bailar y gritar de en modo catártico, es sobre la vida que se da a través de la música y el amor propio que puede generarse al bailar.

El cantante Joe Talbot explicó que la canción representa el espíritu “ecléctico y expansivo” del álbum. Talbot dijo que quería que la gente bailara y sintiera el amor que él necesitaba en su vida.

“Danny Nedelko”: La hermandad contra el miedo y el odio

Uno de los momentos cumbre de la noche se dieron con esta canción que tuvo una presentación especial: “Me disculpo por no poder decir lo siguiente en su hermoso idioma que es el español… Quiero decir lo jodidamente hermoso y cálido que es esto. Cuando empezamos esta banda, queríamos crear cosas a través de algo tan grande como el amor. Y eso se debe a cada uno de ustedes“, dijo Joe Talbot.

Volver a tocar en México es un regalo. Muchas gracias“, agregó el vocalista entre los gritos y aplausos de la gente. “Esta canción es una celebración por el trabajo de la gente común, de los migrantes… Esto es por la gente de México y Palestina. Esto es para ustedes y para mí. Esto es por el maldito Danny Nedelko”, dijo el músico para rememorar que está inspirada en un amigo ucraniano de la banda que canta en el grupo Heavy Lungs, es un himno de apoyo a los migrantes que hoy más que nunca resuena en el mundo.

El ambiente de hermandad envolvió al Pepsi Center. Los presentes se abrazaban sin conocerse y al momento de iniciar el tema hubo saltos con todas las fuerzas posibles al ritmo de su punk alegre.

La canción es un poderoso himno de solidaridad y amor hacia los inmigrantes y la diversidad humana. A través de su letra, la banda destaca la humanidad compartida entre las personas, independientemente de su origen o estatus migratorio. El personaje principal, Danny Nedelko, es presentado como un inmigrante y un amigo cercano, simbolizando la conexión y la unidad que existe entre las personas más allá de las fronteras nacionales.

La letra menciona a figuras conocidas como Freddie Mercury y Malala Yousafzai, así como a personas comunes como un carnicero polaco y Mo Farah, para enfatizar que, sin importar la procedencia o la ocupación, todos estamos hechos de los mismos elementos básicos: huesos, sangre, carne y amor. Este coro repetitivo de “Unity!” (Unidad) sirve como un llamado a la acción contra el miedo y el odio que a menudo se dirigen hacia los inmigrantes y las minorías.

El mensaje de la canción es claro: el miedo conduce al pánico, el pánico al dolor, el dolor a la ira y la ira al odio. Idles desafía esta cadena de emociones negativas con un mensaje positivo de aceptación y hermandad. La energía y el estilo punk de la banda añaden una sensación de urgencia y rebeldía a la canción, invitando a los oyentes a rechazar el odio y abrazar la diversidad como una fuerza para el bien.

Joe Talbot es un gran frontman.

Joe Talbot es un gran frontman.

Alejandra Miriel

  1. “All I want for christmas is you”: El amor de la Navidad

Si bien puede decirse que no se trató de una versión completa y oficial, como la que podría augurarse con locura melódica, riffs de guitarra y un nuevo slam, la banda se encargó de revivir este tema de Mariah Carey solo con la voz de Talbot a capela y el coro del público que no lo abandonó y continuó con ese mensaje de hermandad a ritmo de un villancico.

“Rottweiler”: El rabioso mensaje de unidad

Pero la noche no pudo ser eterna. Al menos en duración, pues las sensaciones serán inolvidables para los presentes. Así que llegó el turno de “Rottweiler” que cerró con la energía que parecía ya no tener el recinto. Un grito de guerra que desató un último slam efusivo.

La canción es una explosión de energía y rabia que encapsula la esencia del punk rock contemporáneo. La letra está cargada de imágenes potentes y perturbadoras que reflejan una sensación de asedio y lucha constante. Frases como “There's a snake in my boot” (“Hay una serpiente en mi bota”) y “There's a rat in my cage” (“Hay una rata en mi jaula”) evocan una sensación de paranoia y claustrofobia, sugiriendo que el narrador se siente atrapado y amenazado por fuerzas externas. Estas metáforas animales representan diferentes tipos de amenazas y miedos, desde la traición hasta la opresión y el peligro inminente.

El estribillo repetitivo de “Rottweiler” actúa como un mantra de resistencia y agresión. El rottweiler, conocido por su fuerza y ferocidad, simboliza la lucha y la defensa feroz contra las adversidades. La repetición del nombre del perro refuerza la idea de una lucha incansable y una determinación inquebrantable. Además, la canción incluye un llamado a la acción con frases como “Keep going!” (“¡Sigue adelante!”) y “Destroy the world (“¡Destruye el mundo!”), que incitan a la audiencia a no rendirse y a enfrentarse a las injusticias con una actitud combativa.

El final de la canción introduce un giro inesperado con la palabra “Unity”. Este término sugiere que, a pesar de la rabia y la destrucción, hay un mensaje subyacente de solidaridad y cohesión.

Ya lo dijo el vocalista sobre su más reciente disco y el mensaje que lo acompaña en esta gira: “Este es nuestro álbum de belleza y poder”, escribió el líder Joe Talbot en las redes sociales a finales del año pasado. “Todas son canciones de amor”. Y lo fueron: Es una declaración de amor tan poderosa que inspira a ser libres desde lo más visceral. Posiblemente la mejor experiencia musical del año hasta el momento.