Nacido desde un Kickstarter donde se recaudaron los fondos suficientes para poder levantar el proyecto, llega por fin a cines posterior a su paso en festivales La Laguna Rosa, cinta codirigida por Juan Arce y Francisco Gallo que, literalmente, es un sueño hecho realidad para la protagonista, ‘Mony’ Arce (con Síndrome de Down) que, con su deseo de ser actriz y el impulso de ver la vida de otro color, concretaron una historia incluyente y necesaria. Crónica Escenario charló con los hermanos Arce, así como Fernando y Mónica, al respecto del filme.
“Hace como ocho años, Juan y yo decidimos hacer este proyecto. Juan y yo decidimos hacer una película juntos”, comentó Mónica. “Ella fue la que, la verdad, inició todo esto al decirme que quería ser actriz pues era uno de sus sueños y también el mío era hacer una cinta. Todo encajó fácilmente, pero fue algo que ella me dijo, muy importante, que fue el rumbo que tomó todo el proyecto”, continuó Juan, su hermano.
“Quiero mostrar a la gente que tiene alguna discapacidad como yo, que podemos hacer cosas, tener metas y sueños. Que pueden ser actores y que podemos hacer muchas cosas. La película es como un mensaje a todos para que lo vean”, expresó la bailarina y ahora actriz. “Desde ahí la línea fue muy clara y así arrancó el proyecto. Para mí fue muy fácil seguir el camino, después de que Mónica me dijo eso”, agregó el director.
Aunque La Laguna Rosa se centra en la historia de Arturo (interpretado por Gerardo Oñate) y su hermana, Mariana (Mónica), queda claro que es ella quien se convierte en el corazón del filme, creando una dinámica con su compañero muy interesante. “Gerardo es un grandísimo ser humano pero desde el principio lo agarré y le dije: ‘es la primera experiencia de Mony y quiero ayudarla a que entienda cómo va el viaje de su personaje”, mencionó Juan Arce.
“Me parecía muy importante que, desde el lado actoral, ella que no tiene tanta experiencia así que planteamos esa división un poquito entonces le dije que no se llevara tanto con ella desde el lado personal para que Mony fuera entendiendo que esa incomodidad la encuentren los dos y después todos nos lleváramos muy bien”, continuó.
“Arturo, el rol que interpreta Oñate, es un poco difícil porque tiene que ser alguien que al principio te cae mal, pero dentro de él tienes que poder ver la posibilidad del cambio y darte cuenta que ha tomado unas decisiones que lo han alejado de quién es y que el remolino de amor de su hermana va a abrirle los ojos, haciéndole entender que nunca es tarde para cambiar y percibir lo que tiene enfrente”, ahondó el novel director.
Existen aspectos del filme que destacan, especialmente aquellos que transmiten el sentir de los protagonistas a través de las miradas y la música. “Desde el principio le dije a Francisco Gallo, mi director de fotografía, que era una historia en donde tendríamos que estar con los personajes, entender qué es lo que están viviendo, dónde están y cómo se van a ir complementando”, explicó Juan Arce.
“Nosotros vemos el mundo de Arturo mucho más limpio, un tanto cuadrado. Su vida es el orden absoluto hasta que Mariana llega y empieza a moverlo de su zona de confort. Desde el lenguaje de cámara era importante capturarlo pues me parece que el tema central son las miradas, por eso hay muchos planos cerrados, incluso un close-up muy extremo en muchas situaciones para que vayamos viendo ese cambio en la mirada, porque creo que el atrevernos a ver de una forma distinta nos cambia hasta físicamente”, comentó.
“Si bien pasa que nos obligan a no voltear a ver a alguien que tiene una discapacidad, una enfermedad o que está en una situación de calle y nos quieren poner una venda en los ojos que después es bien difícil de quitar para construir una sociedad más incluyente, aquí buscamos quitarla”, reflexionó el joven realizador.
Al hablar de la música, que juega un papel determinante en La Laguna Rosa, el hermano Arce dijo: “Las personas con síndrome de Down son súper musicales, pues permite que transmitan emociones, es algo que hacemos desde hace muchísimo tiempo como medio de expresión. Decidí reforzar muchos momentos musicalmente durante la película, usándola como una forma de poder liberar varios sentimientos, frustraciones y demás que son capaces de cambiar el estado de ánimo”, señaló.
La Laguna Rosa también busca darle visibilidad a la cuestión de las personas con cualquier tipo de discapacidad y las posibilidades que tienen de lograr grandes cosas evitando la cuestión de la inclusión forzada.
“Esta historia no podía ser contada desde la lástima, la caridad o pensando que la persona con discapacidad es un superhéroe que todo lo hace bien lleno de fortaleza. Lo que tenemos que ver es una persona como todos nosotros, que está luchando por lo que quiere hacer en la vida, con virtudes y defectos. Creo que esa es la línea en la que a nosotros nos gusta llevar todas nuestras conversaciones”, enfatizó el realizador.
“Fue padrísimo trabajar con Juan, que fue muy exigente conmigo, pero eso es lo más importante, porque cuando una persona es, de esa manera contigo es porque sabe que puedes hacer las cosas bien, para que puedas aprender cosas nuevas”, rememoró Mónica.
“Destaco su disciplina, que no creo que tenga que ver con la discapacidad, sino con cómo ha tenido que luchar por sus oportunidades, lo cual ha reforzado pero creo que le puede pasar a cualquier persona”, acotó su hermano.
Una parte que ayudó a ‘Mony’ a manejar su primer rol como actriz fue su antecedente como bailarina de ballet. “Es un arte igual de apasionado y eso también cuenta y se ve reflejado en esta película. Llevo con ello hace unos 20 años, el cual lleva también disciplina y es algo que a mí me ayuda a expresarme y conectar con las emociones”, subrayó la hermana Arce. “Tengo una maestra que es un poco exigente pero no es que me diga mal las cosas, sino que quiere que lo haga mejor siempre”.
Pero la labor de los hermanos apenas comienza con la realización de La Laguna Rosa, pues ambos tienen planes para continuar dando voz a estas historias. “Juan y yo estamos dando un curso con las personas que tienen discapacidad, es vía Zoom y hay gente que vive fuera del país, como Perú, que lo toma. La clase es de actuación. Además, queremos hacer otra película con un guión de un niño que tiene discapacidad igual donde me involucraré no solo como actriz sino también en la producción. Así queremos hacerlo, queremos contar nuestras narrativas juntos”, adelantó Mónica.
“Hay mucha gente que quiere un mundo más incluyente, un mundo mejor donde los puntos de vista de todos estén considerados porque de esa forma podemos ser mejores. Es increíble porque podemos ir haciendo más cosas con actores como Paco de la Fuente, primer actor con discapacidad que ganó un Ariel por El Alien y Yo, o tener otras actrices que están en formación que quieren entrarle a estos proyectos y que van sumando a la misión”, puntualizó Juan.
Finalmente, hablando de los sueños que Mónica ha conseguido y que quiere seguir construyendo, la bailarina y ahora actriz confesó que hay alguien con quien le gustaría coincidir en el camino a quien admira mucho. “Me gustaría mucho conocer a Anne Hathaway, porque siempre que veo sus películas, me encanta verla, esa es la meta a futuro. Pero para lograrlo buscaré oportunidades como actriz en todo tipo de proyectos. Si me dicen que trabajé en un episodio de la Rosa de Guadalupe, lo haría”, concluyó.
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