Escenario

‘Mi novia es la revolución’: Carta de amor a la rebeldía del espíritu adolescente

ENTREVISTA. El cineasta Marcelino Islas Hernández y las actrices Ana Valeria Becerril y Sofía Islas nos hablan del filme que llegó a la cartelera nacional

Amigas inseparables
Fotograma de 'Mi novia es la revolución'. Fotograma de 'Mi novia es la revolución'. (CORTESIA)

Después de su paso por festivales importantes como Guadalajara y Monterrey, llega por fin a salas selectas una propuesta de cine mexicano bastante interesante acerca de la llegada de la adolescencia, la rebeldía, el amor y la revolución que eso implica. En Crónica Escenario charlamos con el director Marcelino Islas Hernández y las actrices Ana Valeria Becerril y Sofía Islas sobre Mi novia es la revolución.

Algo que caracteriza la filmografía de Marcelino es la representación de historias interesantes con mujeres como protagonistas, factor que a Ana Valeria le pareció decisivo para trabajar en este proyecto: “Desde que descubrí su cine me enamoré precisamente por su representación de la femineidad”, dijo Becerril.

“Lo conocí desde Clases de historia en un festival de cine y recuerdo haber terminado profundamente conmovida, justo con esta sensación de que maneja sus personajes en general, la gran mayoría femeninos, desde un lugar muy compasivo donde no existe un juicio, sobre ellos y si hacen bien las cosas o no”, siguió.

“Simplemente están atravesando por un momento y los observamos desde un lugar de espectadores. Y eso para actuar es súper lindo, porque te da un rango súper amplio”, señaló la joven actriz.

México, 1994. Sofía está por cumplir 15 años pero no quiere fiesta. Acaba de mudarse tras la separación de sus padres y pasa los días en la aburrida compañía de su hermana menor. La monotonía desaparece cuando Sofía encuentra a Eva, una chica de actitud rebelde con la que descubrirá el amor y las decepciones que le acompañan, un turbulento viaje lleno de asaltos, ilusiones y rock and roll. Es inevitable, crecer es inevitable.

Becerril encarna a Eva, una joven que llega para sacudir la vida de Sofía y mostrarle un mundo diferente al que ella conocía.

“Lo maravilloso de interpretar este papel en Mi novia es la revolución es que justo me puso como actriz a romper muchos paradigmas de no juzgar al personaje, de no tener las fuerzas o que no tenía que rellenar todas las dudas, todos los huecos, todo lo que me generaba ella”, dijo,

“Era simplemente vivirla, ponerme a disposición de lo que necesitaba esta historia. Creo que eso se nota en pantalla, todo el trabajo arduo que hicimos todos que dejó un montón de sentimientos y cosas muy personales en esta película”, expresó.

En contraparte, para Sofía fue un polo opuesto pues la experiencia de trabajar con su padre y el arco que tiene su rol le presentaron diversos retos. “Para mí fue difícil pues estaba creciendo ya en adolescencia y fue muy complicado asimilar lo que iba a ser en este papel y más haciéndolo con mi papá enfrente”, destacó.

“Entonces, creo que también influyó muchísimo en los nervios que tuve al actuar para la película. Un poco el encarnar a mi papá, porque es en parte su historia y el reto fue representarlo un poco a él, a mí y a todos. Pero al final, fue una experiencia muy bonita”, afirmó. 

La cuestión de la rebeldía y su alma latente en la adolescencia de los personajes es parte clave de Mi novia es la revolución, incluso se podría decir que están inexorablemente enlazados. “Pienso que son inseparables. Así lo entiendo o al menos desearía que así fuera”, aseveró Islas Hernández.

La idea es que Eva, en esta película, llegue a presentarle eso a Sofía, que vive en esta contención y de repente aparece Eva como un torbellino que deja todo de cabeza. Para Sofía es muy disfrutable encontrar eso le da una sensación que yo recuerdo haber tenido durante ese proceso”, añadió

Otro factor interesante del relato es la ausencia paterna y la falta de atención de la madre en la adolescencia de Sofía que aquí son abordados de forma inteligente. “La historia tiene muchos tintes autobiográficos”, confesó el director y guionista.

“Lo que sucede en la película es algo que he venido trabajando a lo largo de mis otros proyectos también, mostrar que no importa la edad que tengan los personajes, al final, esa soledad o esa incapacidad por conectar con el otro, son cuestiones que están presentes”, complementó.

“Eso sucede con la mamá aquí, la tenemos y está igual de perdida que sus hijas. Pero eso pasa, no creo que sea una cosa de la ficción ni de la época, sino que muchas veces nosotros estamos perdidos y pensamos que estamos en control de todas las situaciones, pero al final nos damos cuenta de lo pequeñitos que somos y de cómo somos como hojitas que nos lleva el viento. De ahí viene esta idea de representar a la mamá de esa manera”, acotó Islas Hernández. 

Incluso existe un factor latente que acompaña este paso hacia la adolescencia rebelde de Sofía y Eva: el rock. Al respecto de ello, Becerril mencionó: “Una parte fundamental de la película es su soundtrack, la música que va presentando es la que Eva le va mostrando a Sofía que, a través de sus descubrimientos musicales también vemos cómo va transformando su perspectiva, su sentido de la vida. Además, me parece algo muy de la época que hubiera música muy subversiva, que fueran considerados esta cosa revolucionaria o hasta contestataria”.

“Además fue bien padre descubrir esa música. La verdad es que todas las rolas que aparecen en la cinta las descubrí a partir del proyecto mismo y creo que son muy representativas por eso, porque hablan de esta historia que me gusta mucho. Y hay que recordar que una buena peli no está completa sin un buen soundtrack, y este es el caso”, apuntó la también actriz de Control Z y Las hijas de Abril.

Eso es justamente lo que, para Marcelino, implica la palabra revolución en su cinta. “Me acuerdo cómo descubrías las bandas en los noventas, tus amigos te ponían un cassette, que solamente los que conocían tenían acceso, porque ni siquiera pasaba en la radio esta música. Y de repente darle play y sentir que eres parte de algo revolucionario, aunque para el mundo adulto y en general, a nivel filosófico o conceptual, no lo sea”, comentó.

“Pero tú sientes en ese instante esa rebeldía y esas ganas de comerte el mundo. Gaby, mi coguionista, y yo, pensamos en eso, en que el rock, Eva y la revolución, le llegan a Sofía para voltearle el mundo de cabeza y partir de ahí se reencuentre o que se encuentre”, manifestó.

Eva es la revolución, y creo que es bien padre poder representar este tipo de personajes porque a mí también me dan un segundo aire, un recordatorio de que lo que no se mueve, se muere. Y uno tiene que entrar en conflicto para luego volver a construirse desde cero porque pasó un torbellino y así es la vida. Uno crece y va transitando la vida. Es bien bonito que existan personajes así, como los de esta cinta y espero que la gente encuentre eso reflejado en el filme”, reflexionó Ana Valeria.

Finalmente, el director no ocultó la alegría de que más público pueda acceder a ver esta historia tan personal para él. “Me siento muy contento de por fin poder compartir la película ya en cines fuera de festivales”, comentó.

“Estoy muy ansioso por conocer las reacciones del público porque a lo largo de estos dos años y medio que hemos estado rondando en ellos, hemos tenido reacciones muy lindas. Creo que es una historia muy emocionante y me parece que puede llegar a conectar desde esa emoción con el público”, concluyó. 

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