Escenario

‘Mira cómo corren’: Un relato detectivesco que sí es –un poco– distinto a los demás

CORTE Y QUEDA. Quizá lo que mella un poco el filo de la película deriva de ese juego y el bromear consigo mismo, situación la cual se alarga un poco y se vuelve un tanto reiterativa

cine

Sam Rockwell y Saoirse Ronan brillan con luz propia en el filme.

Sam Rockwell y Saoirse Ronan brillan con luz propia en el filme.

CORTESÍA Parisa Taghizadeh

En la literatura, los relatos detectivescos ocupan un lugar privilegiado. En particular aquellos donde la figura de un investigador brillante y sagaz quien, gracias a sus dones de observación y deducción, logra desenmarañar sucesos y desentrañar misterios para, finalmente, revelar en un final sorprendente como fue y quién llevó a cabo un crimen (casi siempre un asesinato) perpetrado en un lugar cerrado e involucrando a un desfile de sospechosos.

Los orígenes literarios de dicho subgénero al que se ha denominado whodunit -contracción en una palabra de Who’s done it? (“¿Quién lo ha hecho?”), oración interrogante en inglés-, bien podrían rastrearse en algunas aventuras protagonizadas por el legendario Sherlock Holmes, personaje creado por Arthur Conan Doyle; y su popularidad máxima la alcanzaría entre las décadas de los 20 a los 40, gracias a las novelas de un grupo de autores encabezados por la -también legendaria- escritora británica Agatha Christie.

Ronan da vida a la oficial Stalker.

Ronan da vida a la oficial Stalker.

CORTESÍA

Sería cuestión de tiempo para que el whodunit saltara a los escenarios teatrales y cinematográficos. Y sobre estos últimos, hay ya una larga lista tanto de adaptaciones cinematográficas sobre obras de Christie y otros autores, como de cineastas quienes utilizaron la fórmula de dicho subgénero a su favor, tal fue el caso de Alfred Hitchcock.

En este aún nuevo milenio, tal fórmula ha sido retomada por algunos filmes, tratando de decostruirla y/o buscando darle un giro novedoso, como ha pasado con Entre navajas y secretos (Knives Out, EU, 2019) o con la recientemente estrenada Mira cómo corren (See how they run, Reino Unido, 2022).

Adrien Brody forma parte del elenco.

Adrien Brody forma parte del elenco.

CORTESÍA

Este último título, ópera prima del cineasta inglés Tom George, gira en torno a un asesinato que tiene lugar en un teatro. La víctima es un reconocido, aunque un tanto antipático cineasta llamado Leo Köpernick (Adrien Brody) quien estaba a punto de iniciar el rodaje de The Mousetrap, adaptación de una obra teatral homónima de Agatha Christie (Shirley Henderson) la cual ha resultado muy exitosa en su puesta en escena protagonizada por un joven y galante Richard Attenborough (Harris Dickinson), alcanzando 100 representaciones.

El inspector Stoppard (Sam Rockwell) es asignado al caso e informado por la oficial Stalker (Saoirse Ronan) sobre los pormenores del mismo. Al no haber testigos ni evidencia alguna la cual indique la identidad del asesino, Stoppard y Stalker comenzarán a tratar de reunir elementos que les permitan deducir quién es el homicida de entre una larga lista de sospechosos, encabezada por el propio Attenborough (con quien Leo tuvo un incidente en público unos momentos antes de ser ultimado) y por Mervyn Cocker-Norris (David Oyelowo), escritor y guionista el cual tuvo fuertes diferencias con el cineasta a causa del argumento para la adaptación cinematográfica de The Mousetrap.

El filme cumple con la cuota de entretenimiento.

El filme cumple con la cuota de entretenimiento.

CORTESÍA

Como es de esperarse, antes de que Stalker y Stoppard puedan averiguar la verdad, deberán seguir una serie de pistas la cuales no siempre conducen a algo, confundirse con falsos sospechosos, y lidiar con un par de asesinatos más, antes de dar con la inesperada identidad del criminal.

Hasta allí Mira cómo corren ostenta el planteamiento tradicional de una trama detectivesca. Pero donde intenta quebrantar las reglas del mismo radica en los ingredientes empleados para contarlo. Por ejemplo: aunque competente, Stoppard no es un investigador muy avispado y es muy mal mentiroso. En contraparte la oficial Stalker es proactiva, muy inteligente, arrojada y sagaz, pero es vista con cierta condescendencia por sus colegas y superiores (incluido el mismo Stoppard) por su novatez, pero sobre todo por ser mujer. Y lo mismo pasa con otros personajes, en quienes se intenta romper (a veces con humor) con el estereotipo propio de las novelas policiacas.

Los creadores buscan romper con estereotipos.

Los creadores buscan romper con estereotipos.

CORTESÍA Parisa Taghizadeh

Por otro lado, en la historia ficticia se mezclan elementos y datos de la vida real, los cuales funcionan a modo de estimulantes easter eggs que incluso se interconectan (Attenborough dirigiría y actuaría una película sobre el estrangulador de Rillington Place, mencionado aquí); y serán las delicias de los fanáticos y conocedores del género. Y estos son apenas algunos ejemplos y adiciones de elementos buscando añadir novedad a la fórmula clásica de la trama detectivesca, y hacer un whodunit diferente, aunque se empeñen en señalarnos lo contrario a lo largo del mismo.

Y justamente allí radica otro de los elementos añadidos en esta producción y una de sus grandes fortalezas; retomar una constante hitchcockiana y volver al espectador cómplice de lo que ocurre, aunque llevándolo un paso más allá, al hace que los personajes (y la cinta misma) se la pasan -a veces directamente- sosteniendo estrecho diálogo con él, incluso llegando a romper la cuarta pared.

La fotografía del filme corre a cargo de Jamie Ramsay.

La fotografía del filme corre a cargo de Jamie Ramsay.

CORTESÍA

Y en ese tenor, pareciera que el filme se hace consciente de sí mismo y de su propia existencia, y hasta se permite bromear al predecir lo que va a ocurrir a continuación de determinadas escenas, como si no se tomase muy en serio, en un peculiar ejercicio metaficcional. Uno muy divertido por añadidura, contado con agilidad y ligereza, y de paso explotando las dotes cómicas de su elenco, particularmente las de Saoirse Ronan y Sam Rockwell, quienes aquí brillan con luz propia, en un relato de humor al más puro estilo británico.

Quizá lo que mella un poco el filo de la película deriva de ese juego y el bromear consigo mismo, situación la cual se alarga un poco y se vuelve un tanto reiterativa. Y el desenlace (parte de esos jugueteos metaficcionales) termina (quizás por lo mismo) siendo un tanto anticlimático, en discordancia con lo planteado en el resto del largometraje. Pero ello resulta peccata minuta, y Mira cómo corren en su conjunto funciona, y es una experiencia muy disfrutable y lúdica. Se agradece que no siempre el mayordomo sea el culpable.

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