Con motivo de la temporada actual de la clásica puesta en escena Cyrano de Bergerac (que termina este domingo 31 de marzo), tuvimos la oportunidad de conversar con el actor Paco de la O, quien nos compartió algunas de sus impresiones como parte del elenco de esta obra presentada en la Capilla Gótica del Instituto Cultural Helénico dirigida y adaptada por el dramaturgo Jorge Romero:
Paco ¿cómo te sientes al integrarte a este proyecto en su fase final, qué retos se interpusieron en tu camino mientras te acoplabas a la nueva producción?
La vida es muy bella, es muy amable cuando estás alerta y yo estaba representando Cabaret París en el mismo teatro, pero resulta que hay una especie de amistad entre las dos obras y yo los vi ensayar a ellos ahí (los actores involucrados en Cyrano de Bergerac) en la Capilla Gótica, que además es un lugar en el que yo anhelaba estar y a donde nunca había podido accesar y entonces me invitan a hacer un personaje: el Conde de Guiche.
Yo afortunadamente me siento muy contento porque puedo hacer teatro de una manera relajada y este Cyrano de Bergerac es un clásico porque la historia es muy bonita y luego la gente piensa que todos son muy intensos, tal vez por que la obra es francesa, pero tiene que ver con una mujer, Roxana, que se enamora de Christian de Neuvillette y él es muy bello, muy guapo pero es muy tonto, sabes, no le gira muy bien la piedra.
Cyrano y el Conde también están enamorados de Roxana y Cyrano, que es muy feo, propone dar su poesía a Christian para poder seducir a la chica y los dos la seducen pero entonces hay una confusión y de esto se entera el Conde de Guiche, pero para no hacértela cansada, el asunto es que de Guiche, que es capitán de la guardia, manda a su tropa a la guerra para deshacerse de ambos amantes, pero ya estando en la guerra Christian muere y Roxana queda en luto por mucho tiempo. Cyrano también muere y ella nunca se entera de este préstamo de personalidades.
Hay espadazos, combate escénico, una espléndida iluminación y un espacio espléndido. Los que vieron la obra se maravillaron por el caminar de los personajes, sus vestuarios y, al final, se tiene que ver la obra del hombre de la nariz grande que todos le criticaban pero que decían era un buen espadachín.
¿Cómo construiste tu personaje con tanta premura, qué viviste en ese proceso?
Fue una locura, porque acordamos todo en un fin de semana y sí estoy, más que nervioso, concentrado, pero el teatro es así, como decía Calderón de la Barca, el teatro es un sueño o como dicen los budistas: la vida es sueño. Eso es lo maravilloso del arte escénico, que pueden ser muchas personas además de las que ya vienes cargando que son las tuyas.
Porque, además, lo importante es contar la historia; muchas veces los actores nos perdemos en el ego, pero no es por ahí, el tema es ¿qué hago yo como actor para contar una historia que ya está ahí para que la gente la entienda, se divierta y comprenda el español antiguo (que no es tan difícil)?
La idea de estar en la obra es que se levante, porque han estado con poca gente y espero ser un refresh, porque son obras que la gente tiene que ver.
En términos generales ¿cómo te sientes con tu carrera en estos momentos, se ha vuelto más complicado hacer teatro?
Muy bien, fíjate que ha sido difícil después de la pandemia. Pero yo decidí regresar a la raíz, con mi madre, desde hace unos años y estoy feliz con mi esposa, mi hija (Maria de la O, quien tendrá una exposición de artes plásticas y collage muy pronto), Emanuel, el hijo de mi esposa; una familia maravillosa, en fin, en un contexto en el que estoy haciendo mucho teatro, pero me costó bastante regresar.
Hice Tierra de Fuego, terminé la Última Jugada. Si uno no piensa que eso es fortuna, yo no sé qué puede ser. Estoy haciendo mucho teatro y me encanta.
¿El teatro en México es saludable, se encuentra en buen estado actualmente?
Mira, tenemos que tomarnos más en serio los actores, en el sentido de que hay una cartelera gigante, pero los actores estamos acostumbrados a hacerlo por el arte, porque lo amamos, pero también tenemos que hacerlo por lana, el teatro es básico, no apoyes, apoyate tú viendo teatro, buscando historias que te reflejen quien realmente eres. Las temporadas son muy cortas y tienes que estar buscando proyectos sin descanso.
Yo sí creo que los actores tenemos que hacer un frente, recuperar la Asociación Nacional de Actores (ANDA), estar en movimiento, pelear contra la inteligencia artificial. Yo sí creo que los actores tienen que pelear un poco más, hacer un frente para recuperar el teatro como un punto nodal de la cultura en nuestro país, cambiar el nivel actoral de las obras para estudiantes, levantar el nivel de las puestas en escena para que el pueblo se vuelva exigente.
La gente piensa que porque vas a ver español antiguo te vas a aburrir pero no es complicado de entender, se hacen las cosas bien, es padre y estaría bien que la gente se de cuenta con sus propios.
¿Cómo ha sido tu relación con Jorge Romero (director y adaptador de la obra)?
Con él estoy trabajando mano a mano. Que mis budas, Dios, Mahoma me agarren confesado porque está duro el trabajo tan apresurado pero hay que olvidarse del ego haciendo cosas para los demás. Yo no conocía a Jorge, es muy difícil lo que hace, ya no hay gente así de comprometida, muchos quieren sus cinco minutos de fama, tal y como decía Andy Warhol.
Yo por eso estoy trabajando en este proyecto; trabajan mucho para estar bien, son gente buena que quiere servir a los demás. Todos en la compañía son increíbles y tienen cosas muy bonitas para compartir con los demás Todos los dias, todo el día, tenemos algo que ver con la impermanencia,
Así terminó nuestra charla con el histrión mexicano, hábil con las palabras, ansioso por llevar un mensaje artístico a los que quieran entrar en sus confines teatrales y decidido a ser agente de cambio para la sociedad desde los confines de su trinchera útil.
Para mayor información de la cartelera y funciones, les invitamos a ir al sitio: https://helenico.gob.mx/.
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