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‘Rescate imposible’: Un filme de acción para quitarse lo exquisito

CORTE Y QUEDA. El nuevo filme de William Eubank llegó a las salas de cine nacionales con Russell Crowe, Liam Hemsworth, Ricky Whittle y Milo Ventimiglia como protagonistas>

Los Navy SEALs en una misión de reconocimiento.
Fotograma del filme. Fotograma del filme. (Cortesía)

El cine de acción hollywoodense comienza a vivir una extraña nostalgia por aquellas épocas doradas de los años 70 y 80 en la que actores como Bruce Willis, Sylvester Stallone, Arnold Schwarzenegger, Jean Claude Van Damme, Chuck Norris, entre muchos otros, eran capaces de sobrevivir intactos a cualquier misión imposible que enfrentaran.

A pesar de que el panorama de los, en ese entonces, ‘indestructibles’ de la acción, ha cambiado al volver a los hombres más vulnerables y empoderar a las mujeres, la nueva cinta de William Eubank (The Signal, Amenaza en lo profundo), con Rescate imposible crea un balance entre la realista violencia y la invencibilidad de manera entretenida.

Rescate imposible se divide en dos frentes de acción. El primero involucra una operación encubierta de las Fuerzas Especiales en el sur de Filipinas donde el oficial novato Kinney (Liam Hemsworth), sus compañeros en armas Bishop (Ricky Whittle) y el Sargento Abel (Luke Hemsworth) así como el líder de misión Sugar (Milo Ventimiglia) son desplegados para realizar una extracción en un territorio tremendamente hostil que saldrá mal.

Ante ello, la vida de Kinney quedará en manos de las instrucciones del piloto de drones de la Fuerza Aérea norteamericana, el veterano Reaper (Russell Crowe), que acompañará en la odisea por sobrevivir al joven soldado que con cada movimiento corre peligro de muerte.

Muy al estilo de aquella historia basada en hechos reales, El sobreviviente (Berg, 2013), Eubank, al lado de David Frigerio en el guion, logra contar un relato que contrapone la novatez de Kinney y su dependencia por la tecnología con la de un grupo de militares que no aprecian el valor de ese enfoque.

A pesar de que tiene un primer acto que tropieza en medio de presentaciones burdas y diálogos mediocres, poco a poco la cinta encuentra su mejor ritmo, explotando de mejor forma en las secuencias de acción sin dejar de lado el factor humano de la supervivencia y el trabajo en equipo.

Si bien el sentido de la hermandad y la amistad entre este grupo es uno de los puntos que más resuena en la cinta, es Liam Hemsworth quien carga con el peso protagónico del relato, consiguiendo una actuación decente donde el dolor y el miedo para lograr salvarse a sí mismo y a sus compañeros se transmite de buena forma.

En cuanto al grupo que lo acompaña, son Milo Ventimiglia y Ricky Whittle quienes logran buenos contrapuntos a la inexperiencia de Kinney, funcionando como buenos compañeros además de soltar una que otra broma en medio de la situación implacable que experimentan.

Pero es realmente la parte donde interviene Russell Crowe la mejor lograda, aquella donde Eubank hace un comentario sobre la burocracia de guerra existente detrás de las operaciones ejecutadas así como la responsabilidad que cada oficial tiene para lograr que la máxima de todo militar estadounidense se cumpla: que nadie quede atrás.

Esto, a través de la cínica pero divertida personalidad de Reaper por parte del ganador del Oscar, más allá de tener algunos detalles en el guion que le impiden tener un desarrollo adecuado al papel.

Uno de los aspectos más destacados es, sin duda, el paisaje, pues la peligrosa jungla que se cierne alrededor de ellos rememora aquellas cintas clásicas de la guerra de Vietnam como Pelotón (Stone, 1986) pero con la simpleza y violencia de Rambo 2 (Cosmatos, 1985) y Comando (Lester, 1985) con Stallone y Schwarzenegger, correspondiendo al peligro que Kinney y compañía enfrentan en medio de las inclementes condiciones naturales que pueden ayudar o perjudicar la batalla por sobrevivir del novato, pasando a ser un personaje más que funciona como perfecto contexto para la aventura de esta cinta.

Sin embargo, algo interesante es ver esta acción pura y dura que se aleja de los efectos especiales y le da cierto realismo al relato. El sudor, la sangre, todo se siente de alguna manera personal. Esta exploración del lado humano de la guerra, que puede ser igualmente brutal, tierno o heroico, le da voz a aquellos que viven en carne viva este tipo de batallas diariamente sin ser reconocidos.

Esta experiencia del soldado anónimo, aunque no es original, si resulta relevante ante la cuestión de las historias que existen detrás de aquellos que terminan metidos en estas situaciones sin deberla ni temerla so pena de la visión parcializada hacia los buenos y los malos muy al estilo de sagas como la misma Rambo o la franquicia James Bond.

Rescate imposible también depende y explota todos los clichés existentes de este tipo de cintas, incluso muestra por momentos discursos absurdos sobre la guerra y la violencia, mostrando lo absurda que puede ser pero contradiciéndose en la siguiente línea.

Asimismo, la dirección de Eubank, en busca de crear un dinamismo e intimidad con los personajes, comete pequeños errores al tomar la cámara en mano, alargando ligeramente cierta toma mal editada que resulta bastante notorio, incluso en ciertas transiciones abruptas o en detalles como la secuencia del enfrentamiento final donde aparece un cuerpo tirado a campo abierto de alguien sin que los protagonistas hayan disparado una sola bala, entre otros detalles.

Con todo y esos errores de continuidad, la cinta logra sacudirse un inicio flojo para entregar una cinta de acción cumplidora que no reinventa el género sino que se alimenta del mismo para explorar ahora el impacto de la tecnología y la fuerza bruta en el arte de la guerra.

Siendo una película que resalta la camaradería que encuentra sus mejores momentos en la interacción que Crowe y Hemsworth tienen, a pesar de no compartir escena, Rescate imposible se convierte en un espectáculo efectivo de acción pura para los amantes del género combinando el lado humano con esos aires de cintas serie b que dependen de su sencillez en el relato, recordando a aquellos clásicos ochenteros donde lo importante eran las balas y la emoción que proporciona el verlos vulnerables.

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