Escenario

Víctor Erice: “El cine es ir al encuentro de los prójimos”

COBERTURA. El cineasta español ofreció una conferencia magistral en el FICUNAM en el marco del homenaje que se le realizó en el festival realizado por la máxima casa de estudios

El cineasta español Víctor Erice recibe un homenaje en el Festival Internacional de Cine de la UNAM
El cineasta Víctor Erice al recibir la Medalla de la Filmoteca. El cineasta Víctor Erice al recibir la Medalla de la Filmoteca. (CORTESIA Filmoteca UNAM)

En el marco del FICUNAM 14 y como parte del homenaje dedicado al influyente realizador español, Víctor Erice, en colaboración con la Embajada de España en México a través del Centro Cultural de España en nuestro país, se llevó a cabo una conversación moderada por los directores del certamen. Crónica Escenario estuvo presente para escuchar sus reflexiones acerca del cine.

Esta charla, la primera de su tipo en Latinoamérica, que también fue transmitida vía streaming a través de las redes sociales del festival, permitió que una audiencia global participara en este significativo encuentro en donde el español habló de sus decisiones creativas detrás de la cámara que lo han llevado a ser uno de los nombres más importantes en su país y en el mundo.

Nunca he pretendido hacer arte con una película. Para mí, el cine es un método de conocimiento, de mí mismo y de los otros. Es ir al encuentro de los prójimos”, afirmó el realizador para compartir su percepción sobre este oficio, mismo que ha sido una influencia multigeneracional, no solo en cineastas sino también en curadores y programadores, así como en el público general para quien se hacen las películas.

“El concepto que rige esta dimensión que el cine ha adquirido a lo largo de su historia, es una dimensión material e industrial. Es lógico que desde ahí se contemple al público espectador como consumidor, ya que el cine necesita mucho dinero para realizarse. He tratado, en la medida de lo posible, al principio como ciudadano o como prójimo, que es lo que yo prefiero”, señaló el oriundo de Carranza, España.

Y es que para el veterano director, el cine como un acontecimiento público es todo un acto compartido con un gran pasado. “Tiene una historia cumplida de más de 100 años, ha atravesado en un periodo muy breve lo que otras artes han tardado siglos en consolidarse. Hay en su historia una serie de períodos determinantes por los cuales tiendo a generalizar. Todo ha cambiado mucho en el cine, y más con las técnicas actuales que se viven de manera más acelerada”, aseveró.

Asimismo, Erice detalló los cambios que el séptimo arte enfrenta constantemente y cómo ayudan o complican las cosas para el mismo. “El paso del cine está muy delimitado, cada época ha sido muy marcada aún con todas sus consecuencias. Con lo digital se sugieren unos cambios sustantivos”, dijo.

“Con los hermanos Lumière sólo se conserva la sala, pero para las grandes corporaciones ya no siempre es así. Una película se difunde en muchos medios, ya no se habla solo de un lugar. Hablo en términos sociales, que es lo dominante. El cine ha perdido mucho de ese papel importante que desempeñó cuando no solamente era el gran monarca del ocio, sino también una gran parte del arte del siglo XX”, criticó.

El cine no es solamente el ejercicio de la profesión como director de cine; ha sido un hecho existencial que interpela el oficio de hacer películas, pero también lo más importante de mi vida, que es la relación con los demás”, agregó Erice sobre la importancia de esta expresión artística. 

“Doy mucha importancia al hacerlas, al contemplarlas, estudiarlas, hablar sobre ellas, escribir sobre ellas. Forma parte de este compromiso. No siempre se da de manera existencial, sino que hay quienes lo toman estrictamente profesional”, sumó.

El receptor de la Medalla de la Filmoteca de este año por parte de FICUNAM habló sobre ciertos factores comunes en su filmografía y su forma tan diferente de ver el cine. “El espíritu de la colmena, mirada de la infancia, es muy presente y fundamental. Es verdad que uno de los motivos recurrentes que he explorado es la introducción del relato de la película”, comentó.

En todas mis películas, los personajes asisten a una proyección que enlaza quién interviene en nuestras vidas. La industria cinematográfica trata de evitar que el azar intervenga; todo está contado y dividido de antemano porque se trata del flujo del dinero”, apuntó.

“El cine se me ha aparecido como una revelación y es una experiencia original que pertenece a un capítulo de la infancia. Es una infancia primaria, cuando el niño no ha entrado en sociedad ni ha adquirido el uso de la razón. Hay ese momento auroral de la primera mirada sobre el mundo, cuando todavía no tiene la lógica social que le aplicarán sistemáticamente desde la escuela, y proyecta su mirada sobre las cosas”, siguió.

“Es una mirada salvaje, extraordinaria, y en ese momento cuando uno contempla una película, la resonancia que adquiere es inolvidable”, complementó el realizador detrás de El Espíritu de la Colmena.

También recordó otra de sus obras fundamentales, El Sur, y la mirada de las realidades a través de sus relatos. “Es en ese momento donde aparecen las imágenes y se admiten como verdaderas. No hay diferencia entre realidad y ficción; están en el mismo plano. En El espíritu de la colmena, las dos hermanas —una que contempla esas imágenes pensando que todo es real y otra hermana mayor que ya entra en las ideas de los adultos— por eso le dice que es mentira”, destacó.

“El hombre siempre intentó hacerse con un lenguaje que capturara la realidad de su tiempo y que viniera a cumplir ese propósito que viene desde los orígenes del arte. El cine crea una realidad, a diferencia del lenguaje literario; pongo una cámara delante y todos saben ver de manera diferente esta construcción. Incorpora el sueño de los pintores y de cierta fotografía. Lo que introduce el cine es la duración”, manifestó.

Y es que, para el reverenciado español, el hacer cine es sinónimo no de industria sino de aventurarse. “No hay tanta premeditación en lo que hago, es una aventura. Toda la experiencia es vital y debe tener un componente de aventura, porque ¿para qué hacemos la película si ya está todo contenido en las páginas de un guion?”, cuestionó.

He planteado las películas como una aventura del conocimiento. A veces ruedo sin una palabra en el guión, por eso existe esta tendencia de incluir la estrategia documental en la ficción”, señaló Erice.

El director de 83 años también expresó su opinión sobre otro aspecto fundamental de su obra: las emociones. “¿Qué existe más allá de la memoria y del cine? Yo considero que la emoción es fundamental. Es el sentimiento más universal, no tiene ese filtro racional”, expresó.

“La emoción es algo integrado que despierta el corazón, y si está dictada desde ese sentimiento, tiene mucho valor para mí. Además de la memoria, está la conciencia. Somos Homo sapiens y la conciencia, no hay duda de que incluso nuestros personajes la tengan, siempre existe”, reflexionó.

En su primera visita a México, Erice fue galardonado con la Medalla Filmoteca UNAM, como reconocimiento al legado cinematográfico que ha dejado, durante la proyección de El espíritu de la colmena, primer largometraje de Erice, mientras que una retrospectiva de todo su trabajo ha sido disfrutada por los asistentes al certamen, siendo testigos de esa particular forma de hacer cine que lo ha hecho la figura que es.

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