Llega a México el estreno de Good Boy, cinta noruega que oscila entre el humor negro y un juego de mascotas bastante retorcido con un final inesperado. Crónica Escenario charló con la mente detrás de este thriller enfermizo, Viljar Bøe, acerca del origen de esta historia, sus influencias y del cine de género que tanto apasiona a este realizador nórdico.
En el filme Christian, un heredero millonario, conoce a Sigrid, una joven estudiante, a través de una aplicación de citas. Congenian rápidamente, pero solo hay un problema: Christian le habla de su perro y ese “perro” parece ser Frank, un hombre aparentemente secuestrado que se disfraza y actúa constantemente como un perro.
“He tenido esta idea por bastante tiempo y lo que me interesó de ella fue que podía ser tanto asquerosa como divertida”, comenzó Viljar, rememorando el origen de Good Boy. “Podía ser una comedia oscura, un filme de horror y un thriller psicológico a la vez”, expresó el cineasta.
“Creo que el enfoque que tomamos en este filme siempre fue el hacerlo lo más directo posible y dejar que las situaciones y lo que sucede en ella decidiera el tono. Al final, es un concepto que es naturalmente espeluznante, gracioso y provocador, todo al mismo tiempo y así la audiencia podrá decidir qué es lo que acaban de ver”, añadió.
Curiosamente, la cinta noruega pareciera coquetear con un fetiche bastante popular en los últimos años: el “puppy play”, pero la realidad es otra. “Este juego de rol se menciona y no sabía de ello hasta tiempo después. Pero realmente cuando comencé a escribir el guión, la idea original fue hacer una sátira de 50 Sombras de Grey donde sucediera lo opuesto a lo visto en ese filme con este millonario que pasa de ser duro a tierno mientras que aquí buscaba jugar con lo contrario”, dijo.
“Eso, combinado con la relación real que existe entre humanos y perros, la forma en que los domesticamos y cómo son llamados nuestros mejores amigos pero ¿acaso ellos estarían de acuerdo con sus amos?”, comentó el director.
“Asumo que la gran mayoría de los perros aman a sus dueños pero quería pensar en qué sucedería si tomaran represalias de alguna forma ante ellos. Muy probablemente serían sacrificados o disciplinados de manera más severa. Ese tipo de situaciones, para mí, eran las que me parecían interesantes y divertidas de explorar, sobre todo si pones a una persona en esa clase de condición y lo que provocaría en el público”, añadió el joven noruego.
Pero Viljar no sólo es el genio detrás de la cámara, sino que también funge como editor, director de fotografía y guionista en Good Boy. “Eso implica tener mucho más trabajo que hacer, pero de cierta forma las labores se complementan de una u otra manera”, expresó.
“Cuando escribo, tengo ya en mente mi fortaleza como editor, director y cinematógrafo, así que estoy consciente de lo que puedo y no lograr en cada aspecto. Así lo hago en cada uno de los procesos y todo fluye mucho más rápido porque puedo tomar decisiones mucho más rápido y me otorga una mayor libertad creativa. Todo tiene sus pros y sus contras”, explicó.
Una de las cuestiones más complicadas de este thriller es lograr mantener un equilibrio adecuado entre el humor negro y el terror que se desata posteriormente. Al respecto, Bøe señaló: “Obviamente, no quieres dar demasiado al inicio o antes del giro, pero también quieres que el público tenga esa sensación de que algo va a suceder”, mencionó.
“Así que la primera mitad es más de comedia, parodia o con los tropos de la comedia romántica, pero busqué que tuviera algo por debajo que transmitiera esa sensación sin saber hacia dónde va el relato, Es ahí que jugamos con los elementos del género para mantener la atención del público, especialmente para los fans de thriller que sabrán que algo está por pasar”, añadió.
La influencia de Michael Haneke, especialmente de Funny Games, es palpable en Good Boy. “Su cine es una de mis inspiraciones principales no solo para este proyecto sino como director en general”, aseveró el realizador.
“Me gusta pensar que mi cinta y la de él son similares en tono y actitud hacia la audiencia. Muchas películas se preocupan sobre cómo van a sentirse y no quieren ofenderlos o hacerlos sentir mal con algo que se vea demasiado real”, siguió.
“Pero creo que aquí, como en la historia de Haneke, nos obliga a cuestionarnos por qué nos parece tan divertido lo que vemos invitándonos a cuestionarnos si lo es o debiera ser algo que nos hiciera sentir mal. Si bien aquí es una cinta de género, tratamos de mantenerlo en el mismo sentido que Michael lo haría”, complementó.
La química entre Katrine Lovise Øpstad Fredriksen, que debuta en cine con este filme, y Gard Løkke, resulta clave para la narrativa. Sobre eso, el joven noruego dijo: “Conocí a Katrine antes de que comenzáramos a grabar a través de reuniones de Zoom y cosas así. Pero creamos una fuerte relación a través de este filme”, dijo.
“Obviamente había una escritura y me di cuenta de la idea de la película, pero cuando ella y Gard vinieron, pasamos mucho tiempo reescribiendo, y ellos me ayudaron a hacer sus personajes mucho más profundos, ellos hicieron su propia historia detallada de cada uno y todo eso. Así que eso ayudó mucho para ajustar el guion y hacer que los roles sean lo más interesantes posibles”, destacó.
Asimismo, existe el factor sobre el control y la sumisión que los ricos ejercen sobre otros, lo que ha generado sensaciones encontradas en la audiencia. “Cuando la hicimos, esa fue totalmente la intención”, confesó Bøe.
“Pero creo que algunas personas piensan que el filme es malo o tienen una reacción bastante visceral porque muestra una realidad en lo que vemos. Y es que muchos de los deseos, especialmente los que Christian tiene, son muy reales. Además, ha sido demostrado muchas veces que la gente rica es retorcida. Basta ver las noticias, mirando a tipos como Epstein, en esas situaciones que no son específicamente lo que pasa en esta historia, pero que suceden”, apuntó.
“Para mí, Good Boy no es sobre rechazar a la realeza o los poderosos sino que el punto es que, a pesar de que piensas que el perro es algo asqueroso, el truco es que la intención detrás de esa relación entre él y Christian es lo enfermo”, continuó.
“Él es un hombre hetero, blanco, rico y hermoso con intenciones retorcidas cuyo lazo con esta persona en un vestuario de perro que tiene un dueño estaría bien, mientras todo fuese consensuando. Ahí es donde el horror realmente entra, que aquí ese no es el caso y muestra que la bestia no es quien pensamos”, complementó.
Finalmente, Viljar habló de su gusto por este tipo de narrativas de género y por qué funcionan tan bien. “Me encanta hacer este tipo de historias y definitivamente es lo que voy a seguir haciendo. Una parte bella de hacer estos proyectos es que existe una gran comunidad de fans que son el mejor tipo de espectadores, siempre están muy abiertos a ver cosas nuevas, especialmente en festivales”, dijo.
“Ellos aman ver estos relatos de situaciones arruinadas y siempre es divertido intentar empujarlos hasta que se sorprendan, porque están acostumbrados a esto. Pero creo firmemente que esta es la época de oro para este tipo de cintas”, expresó.
“Además el cine de género es una buena herramienta para explorar todo tipo de temas en una forma más simbólica o metafórica, en lugar de lo que se hace en un drama, donde todo es mucho más literal. Con el cine de género puedes tener temas más profundos y analizarlos mientras también entretienen”, continuó.
“Justo el próximo filme que estoy haciendo, Above the Knee, es sobre una persona que quiere amputar su propio dedo desde la pierna, tomando como inspiración el trastorno de identidad de la integridad corporal. Ya está terminado y esperamos estrenarlo a finales de año en festivales”, concluyó Bøe, adelantando un poco de lo que nos espera con su cine.
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