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Frente Anáhuac llama a boicotear Six Flags para frenar derribo de árboles en Tlalpan

El proyecto de Six Flags México implicará la tala de 151 árboles, a fin de sustituir la atracción de Aquaman por una nueva montaña rusa

Six Flags México

Six Flags México

El Frente por la Defensa de los Derechos de los Pueblos y Barrios de la Cuenca del Anáhuac (Frente del Anáhuac) hizo un llamado a boicotear el nuevo proyecto de Six Flags México, que implicará la tala de 151 árboles en Tlalpan.

"Convocamos a todos los habitantes a un boicot a la empresa Six Flags, a fin de que se desista de su proyecto, asimismo, con independencia de los resultados de la consulta vecinal, es necesario que la Secretaría de Medio Ambiente niegue la autorización de impacto ambiental", se indicó.

El proyecto de Six Flags México implicará la tala de 151 árboles, a fin de sustituir la atracción de Aquaman por una nueva montaña rusa. Es por ello que quienes forman parte del frente apuntan a que debe analizarse en primeras instancias si es viable el derribo de áreas naturales que rodean al Bosque de Tlalpan.

"Es inaceptable que Six Flags México pretenda derribar 151 árboles para construir un juego mecánico más en sus instalaciones. No es asunto de mitigaciones, o de compensaciones. No se trata de ver qué tantos árboles o áreas verdes intenta restituir esa empresa. Se trata de definir si, de entrada, es viable realizar el derribo de árboles en una zona que colinda con el área natural protegida del Bosque de Tlalpan para construir un simple juego mecánico. Se trata de decidir si un privado puede o tiene derecho a obtener un lucro personal por encima del interés colectivo".

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Gerardo Mayoral
Six Flags

Durante esta semana, la Secretaría del Medio Ambiente de la Ciudad de México (Sedema) intervino y aclaró que el proyecto no ha sido aprobado, además de requerir un consulta vecinal para obtener la opinión de la comunidad sobre sus posibles impactos y la manera de mitigarlos. No obstante, los vecinos integrantes del frente refutaron la respuesta del organismo y consideraron que el Gobierno capitalino solo acepta los proyectos, sin dar la oportunidad de decidir a los ciudadanos.

"La respuesta de Sedema a este caso consiste en deslindarse de la situación. El proyecto no está autorizado, pero el proceso de consulta vecinal para grandes construcciones fue una invención de esta administración para legitimar los grandes proyectos constructivos".

"Cuando los movimientos sociales reclamamos la necesidad de consulta de este tipo de obras, no pensamos en que la consulta se convirtiera en un mero estudio de impacto social en el que solamente se pondría a discusión la forma en la que vamos a ser afectados. El gobierno acepta que los proyectos van, y nos dan la oportunidad de decidir cómo queremos que nos dañen", señalan.

Además, recordaron que dicha evaluación de impacto social acaba de ser avalada en la nueva Ley Batres, recién aprobada por el Congreso de la Ciudad de México, y refirieron que dentro del mecanismo, se permite que una consultora, pagada por la misma empresa, sea quien realice el estudio de impacto.

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Por otra parte, expresaron que las afectaciones de estos posibles derribos no solo afectarán a los habitantes de las colonias cercanas, sino que es un tema que nos corresponde a todas y todos los habitantes de la capital. 

"La naturaleza no conoce de nuestras fronteras políticas. Es imperativo que la Sedema deje de involucrar a la sociedad en auténticos ecocidios para validar proyectos que atentan contra la naturaleza. Los árboles deben considerarse sujetos de la más profunda protección y mantener sus condiciones de supervivencia es vital. Ningún interés económico, político debe superar la salvaguarda del cualquier árbol."