La ultraderecha gana en un estado alemán por primera vez desde la II Guerra Mundial
La xenofobia impulsa a los ultras en Turingia y pone al canciller socialdemócrata en la cuerda floja
terremoto político
Pancartas contra la amenaza nazi en Erfurt, capital del estado de Turingia
Las alarmas saltaron este domingo en Alemania, luego de que un partido de extrema derecha y simpatías con los neonazis ganara las elecciones en un parlamento estatal alemán, por primera vez desde la II Guerra Mundial.
Alternativa por Alemania (AfD) logró el primer lugar en las elecciones regionales del Turingia y el segundo en Sajonia, ambos estados federados de la antigua Alemania Oriental comunista, por detrás de la Unión Cristianodemócrata (CDU) y del gobernante Partido Socialdemócrata (SPD), del canciller Olaf Scholz, hundido en los últimos puestos.
En Turingia la AfD obtuvo el 30.5% de los votos seguida por la CDU con el 24.6%; la Liga Sahra Wagenknecht (BSW) con el 16%; La Izquierda con el 12% y el Partido Socialdemócrata (SPD) con el 12%.
Historiador advierte que en las elecciones en el este alemán está en juego la libertad
En Sajonia, la CDU obtiene el 31.5%; la AfD el 30%; la BSW un 12%; el SPD un 8.5% y Los Verdes un 5.5%.
Aunque el histórico triunfo de la AfD no se concretará en la formación de gobierno en Turingia, debido al “cordón sanitario” del resto de partidos para impedir que llegue al poder, la victoria es una seria señal de alarma sobre lo que podría pasar en las elecciones nacionales de 2025.
Medidas antiinmigrantes más duras
Sajonia y Turingia son dos de los Estados más pequeños de Alemania. Juntos suman poco más de cinco millones de habitantes. Pero los buenos resultados de la ultraderecha en el este pueden desencadenar un terremoto político que se dejará notar en Berlín, donde el Gobierno de coalición de Scholz, formado por socialdemócratas, verdes y liberales, se encuentra en su peor momento de popularidad.
El Ejecutivo se encuentra, además, debilitado por las constantes peleas internas y muy presionado para tomar medidas drásticas en política migratoria después del atentado de Solingen, en el que un refugiado sirio de 26 años presuntamente mató a cuchilladas a tres personas e hirió de gravedad a otras cinco.
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