Opinión

A 53 años de “El Halconazo”

El día de ayer se conmemoraron 53 años de que un grupo de jóvenes tomaron las calles de la Ciudad de México en apoyo a la huelga que habían iniciado días antes alumnos de la Universidad de Nuevo León por la defensa de la autonomía universitaria y otras demandas sociales. Estos estudiantes, principalmente de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y del Instituto Politécnico Nacional (IPN), se reunieron alrededor de la una de la tarde del 10 de junio de 1971 en el Casco de Santo Tomás para marchar juntos y llegar al Zócalo capitalino. Unas horas más tarde, los universitarios fueron interceptados en Avenida de los Maestros por “los halcones”, quienes eran integrantes de una organización paramilitar financiada por el Estado con el fin de reprimir manifestaciones. Las agresiones no se hicieron esperar. Los halcones comenzaron a masacrar a los protestantes, golpeándolos primero con palos, garrotes, katanas e inclusive armas de fuego. El saldo final de la masacre fue de alrededor de 120 fallecidos y cientos de heridos, entre los que se encontraban transeúntes y periodistas de México y otras partes del mundo.

Foto de los halcones, corriendo con barretas, el 10 de junio de 1971.

Foto de los halcones, corriendo con barretas, el 10 de junio de 1971.

Especial

Al día siguiente, el gobierno de Luis Echeverría dio a conocer que lo que sucedió el día anterior fue una confrontación entre jóvenes de distintas ideologías “sin muertos”. Cinco días después, el regente del Distrito Federal, Alfonso Martínez Domínguez, y el jefe de la policía, Rogelio Flores Curiel, presentaron sus renuncias. Echeverría instruyó la realización de una investigación que no arrojó resultados. En 2006 la Fiscalía Especial para Movimientos Sociales y Políticos del Pasado, creada a iniciativa del presidente Vicente Fox acusó a Echeverría de genocidio por la matanza del 68 y “El Halconazo”, razón por la que se le imputó prisión domiciliaria. No obstante a los pocos días se le retiró esa condena y el 26 de marzo de 2009 se decretó su libertad absoluta, exonerándolo por falta de pruebas.

Jesús Martín del Campo fue uno de los participantes de aquella marcha junto con su hermano Edmundo, quien murió a manos de “los halcones”. Martín del Campo en un artículo publicado en un medio de circulación nacional, relata cómo fue que murió su hermano: “(él) que entonces tenía 20 años, había caído herido en la esquina de Tláloc y San Cosme, había recibido un tiro en el tórax, disparado desde una azotea, mismo que le produjo la muerte. Ninguna ayuda pudo llegar, imposible bajo la metralla. Lo mismo que sucedió con él, pasó con decenas de otros jóvenes, tal vez cien.”

La Matanza del Jueves de Corpus o “El Halconazo” es uno de los sucesos más violentos en la historia de nuestro país de los últimos años, y lamentablemente no fue el último en el que el Estado se convirtió en represor de un grupo de estudiantes que salieron a manifestarse para exigir sus derechos y expresar públicamente sus convicciones. Esto no debió ocurrir en nuestro país.

Lee también

Sucesos como el que ayer conmemoramos deben de ser recordados y nunca olvidados para que la historia no se repita. Para avanzar y progresar como mexicanas y mexicanos, estamos obligados a honrar a aquellos que cayeron protestando y luchando para que todos tuviéramos derecho a la libertad de expresión y el pleno respeto de nuestras garantías individuales. El estado debe ser protector, jamás puede volver a ser opresor.