El día 04 de febrero se conmemora el Día Mundial contra el Cáncer. Se trata de una fecha de suma relevancia para nuestro país, pues los tumores malignos representan la cuarta causa de mortalidad, sólo por debajo en 2020 y 2021; de la COVID19, de las enfermedades del Corazón y de la Diabetes Mellitus, tipo II. Es esperable que, una vez que eventualmente podamos pasar la fase más crítica de la pandemia, los tumores malignos regresen a ser la tercera causa de mortalidad en México.
Así, de acuerdo con los datos del INEGI, en el 2020 se registraron 1.086 millones de defunciones en México, de las cuales, el 8% tuvieron como causa principal a los tumores malignos. En Números absolutos, eso implica un total de 90,603 decesos en ese año, lo que equivale, en promedio, a 248 casos por día, o bien un promedio aproximado de 10 defunciones por hora a causa de tumores malignos.
Es interesante observar que la mortalidad por cáncer tiene un comportamiento distinto entre mujeres y hombres. En efecto, en los primeros 14 años de vida, los cuatro tipos de cáncer que causan mayor número de decesos entre las niñas y los niños son exactamente los mismos: en primer lugar, la leucemia; en segundo lugar, los tumores malignos de meninges, encéfalo y otras partes del sistema nervioso central; en tercer sitio se encuentran los tumores malignos del hígado y otras vías biliares; y en cuarto sitio, el Linfoma de Hodgkin.
El panorama cambia a partir de los 15 y hasta los 29 años. Para los hombres, los tumores o tipos de cáncer que mayor número de defunciones provocan son: Leucemia, Tumor maligno de las meninges, del encéfalo y otras partes del sistema nervioso central; el linfoma de Hodgkin, y el rumor maligno del estómago. En contraste, entre las mujeres de 15 a 29 años, en primer lugar, está la Leucemia; en segundo el tumor maligno del ovario; en tercero el tumor maligno del cuello del útero; y en cuarto lugar el rumor maligno de las meninges y el encéfalo.
Para el grupo de los 30 a los 59 años de edad, entre los hombres los cuatro tipos de cáncer que mayor número de muertes generan son: tumor maligno del colon, recto y ano; tumor maligno del estómago; tumor maligno de la tráquea, bronquios y pulmón; y la Leucemia. Para las mujeres en el mismo grupo de edad, en primer lugar se encuentra el tumor maligno de la mama; el tumor maligno del cuello del útero; el tumor maligno del ovario; y el tumor maligno del estómago. Como puede observarse, en este segmento etario desaparece la Leucemia entre las primeras causas de defunción por cáncer entre las mujeres.
Finalmente, para el grupo de 60 años y más, entre los hombres, el tipo de cáncer más mortífero es el cáncer de próstata; en segundo sitio el tumor maligno de la tráquea, bronquios y pulmón; en tercer sitio el tumor de colon, recto y ano; y finalmente, en cuarto lugar, el tumor maligno del hígado y de las vías biliares. Para las mujeres, en primer lugar, se encuentra el tumor maligno de la mama; en segundo, el tumor maligno del hígado y vías biliares; en tercero, el tumor maligno del colon, recto y ano; y en cuarto, el tumor maligno del estómago.
Ahora bien, ¿qué nos dicen estas cifras si se piensan desde la perspectiva de género?
En primer lugar, resulta a todas luces inadmisible la magnitud de la mortandad generada por el cáncer de mama, cuello del útero y ovario. Se trata de padecimientos que son altamente prevenibles y altamente curables cuando hay detección temprana y acceso oportuno al tratamiento.
Al respecto, han escrito extensamente organizaciones como Tómatelo a Pecho; y hay organizaciones ejemplares en la atención de mujeres con este tipo de enfermedad, como el FUCAM. La cuestión aquí es que, sobre todo en los últimos años, ha habido un auténtico colapso en el Sector Salud, en sus capacidades de detección y respuesta oportuna.
Para el caso del cáncer del cuello del útero, preocupa lo ya dicho, pero sobre todo la caída en los índices de vacunación de niñas y adolescentes, contra el virus del papiloma humano, principal agente causante de ese tipo de tumores malignos.
Para ponerlo en su justa dimensión, es importante decir que, por cáncer de mama, en los últimos cinco años para los que el INEGI tiene datos sobre mortalidad (2016-2020), la cifra total es de 36,348 mujeres que han perdido la vida; sin embargo, debe decirse que la tendencia es creciente: en efecto, en 2018 la cifra fue de 7,311; para el 2019 la cifra creció a 7,580; mientras que en el 2020 se llegó a una cifra récord de defunciones de mujeres por esta causa, con 7,875 decesos confirmados.
Por su parte, por tumores de los órganos genitales femeninos, han perdido la vida 41,598 mujeres en el periodo señalado, imponiéndose nuevamente un máximo histórico en el 2020, de 8,740 defunciones por este tipo de cáncer.
De acuerdo con las y los expertos en estas materias, las cifras que se muestran aquí son simplemente impresentables y representan uno de los mayores fracasos de la salud pública en los últimos años. Los efectos son catastróficos para miles de familias; y además revelan una vez más la ausencia radical de la perspectiva de género en la salud pública nacional.
Investigador del PUED-UNAM
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