Opinión

Los ciudadanos, la academia y el marasmo nacional

A estas alturas del próximo año tendremos definido el tablero con el que se jugará la sucesión presidencial y el diseño estructural del próximo gobierno para los próximos seis años. Las alianzas, frentes y coaliciones estarán definidas con meses de anterioridad. Los candidatos de cada opción política habrán superado las etapas de precampaña y estarán prestos para iniciar 90 días de campaña. Las listas para diputados y senadores, así como las planillas de cientos de ayuntamientos y los nombres de aspirantes a nueve gubernaturas serán de dominio público. Mucho antes de todo eso, tendremos definidas las reglas electorales que regirán todos estos procesos y sabremos si los planes B, C, D o E del presidente López Obrador rindieron frutos. En tan solo un año, a unos días de la semana Mayor, México estará entrando de lleno a su cita con su destino.

Frente a las inevitables fechas que ya se asoman en el panorama, cabe preguntarnos cómo llegaremos los ciudadanos, los partidos, el gobierno, las autoridades electorales, los medios de comunicación y un sinfín de actores más. De cara a lo que cada seis años se repite, tendríamos que comenzar a analizar en qué situación se encuentra asuntos como la seguridad, la pobreza, la corrupción, la desigualdad, la ignorancia, la impunidad o el hambre. Desafortunadamente, parece que a la gran mayoría les importa más pensar en la manera de garantizar su modo de vida que el futuro del país. El gobierno, capaz de violentar cualquier norma que le dificulte mantener el poder. Los partidos y actores de oposición, acomodándose para tener viabilidad en la búsqueda de un pequeño espacio de poder. La delincuencia jugando el perverso juego de intimidar y hacer sentir a la ciudadanía y al gobierno que ya llegaron y no se irán. La pobreza acumulándose y sumando nuevos integrantes y cancelando por venir.

Me preocupa seriamente que a estas alturas del sexenio y a prácticamente medio año de iniciar el proceso electoral, nuestras conversaciones sigan discurriendo sobre ‘corcholatas’, ‘transformación’, ‘Tren Maya’, ‘conservadores’, ‘neoliberalismo’, ‘Dos Bocas’, ‘chairos’ o ‘fifís’. Pareciera que no terminamos de darnos cuenta de lo grave que es la situación y de lo delicado que será el entorno para el próximo gobierno y, por lo tanto, para la sociedad entera. En un año que las campañas inicien, México no tendrá un sistema de salud como el de Dinamarca, la delincuencia seguirá respondiendo a los abrazos con fuego y plomo y los estudiantes de primaria estarán aprendiendo que es correcto decir ‘¿Ya vistes? Carlos se metió para adentro de su casa y subió para arriba a su recamara’.

En 2024, cuando las campañas inicien, estaremos en medio de un debate en el que unos defenderán lo que se ha hecho y culparán de los fracasos a los fantasmas del pasado, mientras otros señalarán las fallas y dirán que es insostenible continuar por la misma ruta. Empero, lo que verdaderamente preocupa es que, a estas alturas del sexenio y teniendo a la vuelta de la esquina la sucesión, nadie hable de los problemas de manera seria y con diagnóstico y propuesta. Ni Marko Cortés, Enrique de la Madrid o Lilly Téllez, ni Mario Delgado, Claudia Sheinbaum o Marcelo Ebrard, se atreven a decir qué proponen para resolver, de una vez y para siempre, problemas ancestrales o asuntos de coyuntura. En cambio, para todos ellos resulta más sencillo construir un discurso político que polariza a quienes lo escuchan y prolongan las soluciones.

Rumbo a las elecciones de 2024

Rumbo a las elecciones de 2024

Cuartoscuro

En los próximos meses, estoy convencido, tendrán que ser grupos ciudadanos y sectores de la academia quienes convoquen a definir nuestras prioridades como país y las posibles rutas que deberemos de seguir. Si seguimos esperando a que sean los partidos, sus dirigencias, los candidatos o sus asesores quienes nos digan sus propuestas para rescatar a México, más vale sentarnos para no cansarnos. Pronto, muy pronto, los ciudadanos y la academia tendremos que levantar la voz y sacudir este marasmo.

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Profesor de la UNAM y consultor político

Twitter: @JoaquinNarro

Correo electrónico: joaquin.narro@gmail.com