Opinión

La DEA: droga, tecnología y elecciones

Cierto revuelo causó en nuestro país el Informe sobre Amenazas de las Drogas 2024, elaborado por la DEA.

Supongo que para muchos lectores estadounidenses es necesario reiterar que los cárteles de Sinaloa y Jalisco Nueva Generación dominan la producción de fentanilo y metafentaminas, así como su distribución y la de otras drogas. Lo mismo podría decirse de lo grandes que son estas corporaciones criminales, con presencia en 40 países y miles de millones de dólares en ganancias. Y supongo que políticamente conviene a la DEA señalar que ambas organizaciones coaccionan y sobornan autoridades mexicanas, incluidos los militares.

Lo que llama la atención del Informe es el desarrollo tecnológico que estas bandas del crimen organizado en ambos lados de la frontera han incorporado a sus negocios y que obligaría a modificar cualquier estrategia binacional para combatirlas.

El informe indica que los cárteles, particularmente el de Sinaloa, cuentan con operadores financieros en China, los cuales funcionan en un sistema bancario clandestino (“underground”) para lavar sus ganancias alrededor del mundo. Otro método es “la ultra-encriptación de dichas operaciones, (lo cual implica una gran) dificultad para darles seguimiento, (…) haciendo casi imposible estimar el volumen del dinero lavado.” Nada más imaginemos: si usando el sistema bancario tradicional era difícil seguir el rastro del dinero sucio, con estas sofisticaciones, vayan ustedes a saber.

Una novedad dentro del Informe es su señalamiento de que los cárteles mexicanos tienen clientes y/o socios en TODOS los estados de la Unión Americana, destacando California, Texas, Arizona, Florida y Chicago. El reconocimiento de tal penetración, más que la manifestación de una debilidad suena a la justificación de cualquier acción que pretenda la DEA en el futuro cercano.

La operación “Ultima milla” organizada por la DEA detectó las redes del crimen organizado en EUA (CO-EUA) que operan con los cárteles mexicanos; se trata de “bandas callejeras, grupos criminales e individuos que inundan las comunidades estadounidenses” con toda clase de drogas.

Gracias a la “Ultima milla” se realizaron “tres mil 337 arrestos, se decomisaron 44 millones de pastillas de fentanilo, tres mil kilos de polvo de fentanilo y 45 mil kilos de polvo de metafenaminas y ocho mil 497 armas. (Algo así como) 193 millones de dosis.” Nada mencionan sobre colusión de autoridades locales con estas bandas.

Dentro de su orientación tecnológica, el CO-EUA ha incoporado las Apps. Se trata de aplicaciones y sitios en las redes sociales donde anuncian la venta de droga, pero también sirven para reclutar “mensajeros” que entreguen la mercancía a los consumidores, sin que el “dealer” tenga contacto directo con sus compradores. En consecuencia, identificar y atrapar al “dealer” es más complicado.

Otra herramienta tecnológica es el uso de “armas de fabricación privada”. El CO-EUA compra por separado las piezas y las ensambla, eso sin contar con la reproducción de armamento a través de la impresión 3D. Por supuesto, no hay manera de rastrearlas, ni de vincularlas a otro delitos; no en balde les llaman armas fantasma. Y, de alguna manera, son desechables.

El panorama es desolador para ambos países, señoras candidatas.

Del lado estadounidenses, además de la plaga de bandas locales de crimen organizado, la corrupción y la violencia que generan, se ha encontrado que las pastillas de fentanilo tienen, digamos, muy poco control de calidad. “Dos miligramos de fentanilo es una dosis potencialmente letal. Las pastillas analizadas en el laboratorio de la DEA, promedian 2.4 miligramos de fentanilo, pues su contenido va desde 0.2 mg hasta 9.0 mg.” Dosis letales a la orden del día.

Seguramente ustedes recuerdan, señoras candidatas, que hasta 2018, la DEA tenía amplia confianza en la Secretaría de Marina; de hecho, la prefería sobre la SEDENA para realizar operativos, pues su equipo de inteligencia funcionaba muy eficientemente: mucha información, cero filtraciones a los malandros y operativos exitosos. Con la llegada de la 4T, se disolvió el equipo de inteligencia, dejando la voz cantante a SEDENA.

Habría que sumar a lo anterior que los dos primeros años de la actual administración, las operaciones conjuntas fueron suspendidas; con lentitud y torpeza se han reanudado a partir del Acuerdo Bicentenario.

A lo que voy es que el Informe critica a la SEMAR por su muy deficiente control sobre los puertos mexicanos, particularmente Manzanillo y Matamoros. A decir de la DEA, ambos puertos están totalmente bajo la férula de los dos principales cárteles para el ingreso de drogas provenientes de Sudamérica y la mayoría de los precursores para la producción de fentanilo.

Para rematar, la DEA afirma categóricamente que “su prioridad operacional número uno es perseguir y derrotar a los dos cárteles mexicanos –el de Sinaloa y Jalisco Nueva Generación- como los principales responsables de la epidemia de fentanilo en EUA.”

Son tiempos electorales en EUA y la administración Biden no puede quedar mal ante los votantes.

¿Hasta dónde llegará en su persecusión?

Colaboró: Upa Ruiz uparuiz@hotmail.com

Correo: Lmendivil2010@gmail.com

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