Afortunadamente, el presidente ya dio línea para que México sí participe en la prueba PISA (Programme for International Student Assessment por sus siglas en inglés) para 2025.
La prueba PISA es tremendamente útil, como todo diagnóstico bien hecho, porque sirve para que un país vea sus fortalezas y debilidades en materia educativa, además de comparar su desempeño con el de otras naciones. En mundo globalizado, donde una empresa del país A quiere asentarse en el país B, el nivel de competencias de los recursos humanos de este último es un factor a considerar.
En el organismo que coordina a nivel mundial la aplicación de la prueba, la OCDE, estaban preocupados por la eventual deserción de nuestro país y lo digo sin ironía. Imagino que Silvia Valle Teáptl, directora de la Comisión Nacional para la Mejora Continua de la Educación, comunicó la no participación de México, pensando en que como AMLO calificó a PISA como neoliberal, pues no era conveniente su aplicación.
¿Qué habrá hecho cambiar de opinión al presidente? ¿Los frentes abiertos? Como sea, para cuando den los resultados de la evaluación, López Obrador ya estará en su rancho y tocará a una de ustedes recibirlos.
México nunca ha brillado en la prueba PISA, pero en la edición 2022 le fue peor que nunca, al pasar del puesto 39 al 51 de un total de 81 países. Dos tercios de nuestros niños no tuvieron competencias suficientes en Matemáticas, la mitad no entiende lo que lee y 38 por ciento de los niños examindados se ubicaron en los niveles más bajos de calificación.
En descargo de los menores y los maestros cabe señalar que la prueba se hizo regresando de la pandemia, siendo que México fue el país que cerró sus escuelas por más tiempo: 250 días.
Me atrevo a ser un pronóstico: México va a salir igual o peor en la prueba 2025.
Para empezar, nunca se tomaron medidas para combatir el incremento en el rezago educativo provocado por la pandemia, pese a las alertas de especialistas, maestros y el CONEVAL.
Desde que la 4T desapareció el Instituto Nacional para la Evaluación Educativa, al organismo sustituto, MEJOREDU, se le ve dudoso beneficio. En sus pruebas diagnósticas les da a los maestros una guía y cada uno de ellos aplica la pruea como mejor le parece. Así, el pretendido diagnóstico resulta poco confiable como para orientar correctivos en la política educativa.
El tercer elemento y el más grave de todos es la entrada en vigor de la Nueva Escuela Mexicana (NEM), que tantas críticas ha recibido, incluidas las de este espacio. La NEM preparó los libros de texto gratuito con las entusiastas aportaciones de maestros, pero sin una columna vertebral didáctica; de hecho, los libros nunca fueron piloteados y se imprimieron SIN contar con los programas de enseñanza. O sea, los bueyes detrás de la carreta.
Aparte de estas incongruencias, la NEM sufre una sobreideologización, rayando en el panfleto. Miren, señoras candidatas, respeto las convicciones políticas de quien sea, pero Marx Arriaga, coordinador de contenidos de la SEP, lo que pretende es que los niños no obtengan capacidades y habilidades porque son “neoliberales”.
Estarán de acuerdo conmigo que en la actual China comunista nadie califica el aprendizaje de las Matemáticas como un asunto neoliberal, pues ha sido la base de la formación de sus recursos humanos para el desarrollo tecnológico alcanzado. En mi pueblo y en Beijing, 2+2=4; el álgebra y el cálculo, simplemente son. Pues el bueno de don Marx eliminó los libros de Matemáticas del paquete de libros de texto gratuito, condenando a nuestros niños a no adquirir la capacidad de abstracción y lógica de pensamiento.
En cuanto a la comprensión de lectura, el panorama es igual de malo. Dudo mucho que los niños de hoy avancen a nivel universitario si no comprenden los textos.
Pero el problema va más allá. ¿Cómo es que un individuo se va a desenvolver en el mundo personal y laboral si no comprende las instrucciones de lo que ha de hacer? Por supuesto, tampoco estará en condiciones de darlas y eso le condenará a ubicarse en empleos de repetición, porque no alcanzará a entender procesos y solo captará indicaciones básicas,de repetición para tareas simples.
Espero que la de ustedes que llegue a la Presidencia tome cartas en el asunto y que, de todas las dádivas que ofrecen, hagan un guardadito para instalar agua potable en 55 mil planteles; baños en 51 mil y electricidad en 26 mil , como lo señalan los datos de Mexicanos Primero. De la conectividad, pues qué les digo…
Sin educación no hay movilidad social.
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