El debate dejó al descubierto que la fortaleza de la doctora Sheinbaum es su trabajo en el gobierno de la CDMX. Eso la saca de cualquier atolladero. Su plataforma es su propio desempeño, no el del presidente y la 4T en su conjunto, lo que es clave para comprender lo que viene.
El debate entre candidatos presidenciales se ajustó en lo general a lo previsto. Claudia y Xóchitl Gálvez intercambiando puyas sin que al final del día ninguna de las dos resultara mal herida.
Los debates son un ejercicio democrático valioso. Contribuyen a que los ciudadanos tengan más elementos para decidir su voto, pero tienen limitaciones que no se pueden soslayar.
¿Las cualidades que se requieren para destacar en un debate son las que se necesitan para conducir los destinos de un país? ¿Que una persona puede decir algo medio congruente sobre un problema complejo en treinta segundos la hará un buen líder de todos?
La batalla por imponer la narrativa de lo que realmente ocurrió en el debate entre candidatos presidenciales muestra las costuras de la lucha política de nuestros días.
Se construye una realidad alterna acorde con lo que le conviene a cada fuerza política.
El debate se juega antes, durante y sobre todo después del debate mismo. Lo estamos viendo. A esta hora los tres candidatos y sus voceros están recorriendo los medios asegurando que ellos fueron sin duda los ganadores. Se guían por el axioma de que en política lo que parece, es.
El gobierno de Ecuador cometió un error grotesco. Tomar por asalto la embajada mexicana en Quito los aisló del mundo. Más allá de posibles afinidades ideológicas, ningún país puede aprobar esa acción de fuerza porque las siguientes víctimas pueden ser ellos mismos.
Ecuador tropezó por una figura de medio pelo como es Jorge Glas. Se saltó trancas que ni siquiera gobiernos dictatoriales se atrevieron a hacer.
La integridad de las sedes diplomáticas es intocable. Es factor de equilibrio en las relaciones internacionales siempre turbulentas, hasta la ONU y la OEA lo comprenden.
Golpear al personal diplomático de otro país dentro de su propia embajada es cosa de bestias. ¿En qué estaban pensando?
La 4T y el gobierno de Guanajuato zapatean sobre la tumba de Gisela Gaytán, candidata de Morena a la alcaldía de Celaya que fue ejecutada al término de mitin callejero.
El gobierno federal abrió fuego. El presidente López Obrador, en otro de los excesos que lo han hecho célebre, dijo que Diego Sinhue Rodríguez gobierna, pero no manda. Otros personajes de Morena atizaron el fuego.
El gobierno de Guanajuato se tomó su tiempo, pero respondió por donde menos se esperaba: Los indicios apuntan que a Gisela la mató fuego amigo de Morena.
O sea que la verdad importa menos que sacarle raja política al crimen. La violencia electoral mina la democracia, la achica. Las autoridades del estado y las de la federación deben mostrar altura de miras e intentar, por una vez, una investigación profesional que esclarezca el asesinato por el bien de todos.
Están llegando a Acapulco los integrantes de la comunidad turística del país. Empresarios, prestadores de servicios, funcionarios, prensa especializada, van al puerto para el arranque de la edición número 48 del Tianguis Turístico México, el último que le toca organizar al gobierno de la 4T y por lo tanto al secretario Miguel Torruco.
Este año el Tianguis tiene la misión de mostrar al mundo que Acapulco se recupera del golpe del huracán Otis y que no solo está listo, sino que necesita volver a tener visitantes.
Todo mundo sabe que el turismo es la principal actividad económica del puerto. Sus ingresos sostienen la precaria estabilidad social de Guerrero.
El Tianguis es, consecuencia, un acto relevante desde el punto de vista social, económico y político. Suerte para los participantes.
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