Opinión

Luisa María Alcalde es Morena

Luisa María Alcalde, hija de Bertha Luján, está perfilada para ser la próxima dirigente nacional de Morena en sustitución de Mario Delgado que será secretario de Educación a partir del próximo primero de octubre.

Luisa María Alcalde Luján, secretaria de Gobernación

Luisa María Alcalde Luján, secretaria de Gobernación

Cuartoscuro

A estas alturas parece todo planchado. Citlali Hernández, actual secretaria general del partido, ya dio un paso al lado, la doctora Sheinbaum está de acuerdo y el presidente López Obrador le ha dado a la familia Alcalde todas las oportunidades posibles con la idea de que algún día, en el mediano plazo, Luisa María sea una aspirante presidencial creíble. Esa es la proyección.

Anoto que se trata de la hija de Bertha Luján porque ella, me refiero a Bertha, es la persona que mejor conoce las tripas de ese movimiento político que devino en el partido hegemónico del país. Bertha fue, tome nota, presidenta del Consejo Nacional de Morena siete largos años y es, no está de más recordarlo, amiga personal de López Obrador desde los tiempos de la jefatura de Gobierno de la CDMX cuando lo acompañó como Contralora General. De modo que si hacemos cuentas AMLO conoció a Luisa María cuando ella era una adolescente hija de una colaboradora muy cercana.

Puede decirse, sin exagerar, que Luisa María creció en Morena y atestiguó desde casa los trabajos y jaloneos para darle forma a ese movimiento de masas detrás de las aspiraciones presidenciales de López Obrador. Si se concreta su nombramiento llegará a Morena en un momento peculiar en el que su principal misión será administrar la abundancia y acelerar la transformación del movimiento en un verdadero partido político.

Cuando Luisas María asuma la dirigencia de Morena López Obrador ya estará enclaustrado en su finca de Palenque lo que creará un escenario inédito para Morena acostumbrado hasta ahora a seguir las órdenes de su jefe político que siempre, desde la creación del partido, fue quien tuvo la última palabra. En Morena hay de todo, pero personajes y grupos tienen un denominador común: ven a AMLO como jefe político indiscutido del movimiento y eso está a punto de cambiar.

Es cierto que la doctora Sheinbaum obtuvo más votos que el tabasqueño, pero al interior de Morena su liderazgo está por construirse. Luisa María asumirá el mando sin que Morena tenga que preocuparse por la oposición. Los partidos opositores tomaron muy mal la derrota del dos de junio y en lugar de tratar de salir del barranco están empantanados en sus conflictos internos, de modo que los principales problemas del partido serán los internos. Todavía no sabe cuál será la reacción de los morenistas una vez que López Obrador salga del escenario. Los jaloneos debajo de la mesa pueden convertirse en rebeliones abiertas por pedazos más grandes del pastel del poder.

El resultado de la elección del pasado dos de junio no se entenderían sin la participación del presidente inclinando la balanza, muchas veces de manera ilegal, a favor de los suyos. La pregunta pertinente para el futuro próximo es cómo le hará Morena para gobernarse una vez que no tengan a López Obrador para dirimir cualquier conflicto.

No hay que soslayar que Morena tiene mega fracciones en el Congreso y mantenerlos a raya supondrá una sobredosis de oficio político que no está claro que Alcalde ya tenga. Mantener la unidad y la disciplina partidista será un enorme desafío para Luisa María o para quien sea el nuevo dirigente. A Luisa María la arropará su familia donde tendrá asesorías gratuitas a cualquier hora del día sobre la problemática al interior de Morena. Será clave quien la acompañará en la Secretaría General, dicen que será un hombre con oficio que ya fue, por un tiempo corto, líder de Morena.

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