Durante el AutoShow de Nueva York hubo dos noticias importantes para México, que van en el mismo sentido, la manufactura. Kia, que tiene planta en Pesquería, Nuevo León anunció la producción del nuevo sedán KIA K4, que se suma a la del KIA K3, por lo que seguramente el ensamble superará las 200 mil unidades y Nissan también presentó la segunda generación de Nissan Kicks, una crossover subcompacta, que a fuerza de marketing pudieron hacerla del agrado de los mexicanos y que se seguirá produciendo en Aguascalientes. Las primeras unidades irán para el mercado de Estados Unidos en el segundo semestre del año y en México estará debutando al cierre del 2024 o principios del 2025.
El anuncio por separado muestra que México continuará siendo un productor importante a nivel mundial. Actualmente ocupa el séptimo sitio, con cerca de 4 millones de vehículos que se ensamblaron el año pasado, lo que dejó una serie de interrogantes es saber para cuándo ambas marcas producirán vehículos del futuro, es decir híbridos y eléctricos en la plantas que tienen aquí.
Tanto Nissan como KIA presentaron modelos con motor a gasolina. No anunciaron ninguna versión híbrida o eléctrica, a pesar de que Nissan ya presentó su tecnología e-Power con modelos Kicks importado de Tailandia el año pasado. La nueva versión aún no tiene esas opciones. KIA aseguró que serán dos versiones del K4, una de ellas deportivas que se llamará GT-Line, pero fue todo.
Hasta el momento, quienes han dado un paso en producción de autos eléctricos es General Motors, que ensambla dos modelos en Ramos Arizpe, que son Chevrolet Blazer EV y Chevrolet Equinox EV y Ford que ensambla en Cuautitlán el Mustang Mach-E desde hace dos años. Volkswagen acaba de anunciar en su asamblea anual que la planta de Puebla en México se incorpora a la producción de eléctricos e híbridos y Tesla prometió mega planta en Nuevo León, pero el proyecto está más enfriado que un pingüino en el Polo Norte.
Todavía quedan en suspenso dos grandes marcas, que no han dicho está boca es mía respecto a eléctricos, que es Nissan y Stellantis, que consolida a las marcas Chrysler, RAM, Dodge entre otras. Dentro del esquema de Nissan parece que estamos al final de la lista y Stellantis empezó a presentar modelos totalmente eléctricos, pero todos se producirán en tierra estadounidense.
De las marcas chinas hay promesas a pasto. De las 10 marcas que llegaron todas han mostrado su intención, pero sus inversiones dependen de muchas circunstancias, entre ellas que tengan opción de disfrutar de los derechos que ofrece el Tratado de Libre Comercio de América del Norte, el famoso T-MEC. Hay deseos de producir cerca del gran mercado de Estados Unidos y México es el sitio ideal, pero Washington no quiere que entren los chinos por la puerta trasera, porque reconocen que en estos momentos tienen una desventaja tecnológica muy importante respecto a la potencia de Asia.
En este panorama el nuevo gobierno que emergerá de las próximas elecciones tendrá un papel muy importante para estimular la producción, manufactura automotriz y aprovechar el nearshoring. Falta mucha infraestructura para el comercio exterior, en especial a Estados Unidos. Urgen otra carretera México-Nuevo Laredo. La actual está rebasada, por sólo señalar un punto, de muchos otros, como puertos, que están colapsados.
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