Terminar con la extorsión que padecen los transportistas de Acapulco y meter a los extorsionadores a la cárcel es una tarea básica, elemental, de primer año, para cualquier cuerpo policiaco. Claro que si los policías tienen una asociación estratégica con los extorsionadores las cosas se complican.
Vigilar rutas y paraderos, brindar seguridad a los operadores, no parece ser algo fuera de este mundo que requiera grupos de fuerzas especiales entrenados en Israel equipados con tecnología de punta. Nada de eso, basta con tener voluntad política, ganas de resolver un problema.
Pero si no hay tal voluntad política y nadie quiere resolver el problema, el problema son las autoridades que compitieron para un cargo que no les interesa; salvo, acaso, los días de quincena.
Están a la disposición de cualquier corporación, incluso la policía de Acapulco, artilugios de vigilancia que ni siquiera son caros. La razón de existir de los gobiernos es brindar seguridad a los habitantes de la demarcación que gobiernan.
Si no pueden, renuncien, ya lo dijo el empresario Martí.
Atrás de la raya que están trabajando
- Los candidatos opositores dicen que las refinerías son un factor contaminante y el presidente sale a medios para desmentirlos. Los obispos convocan a los candidatos presidenciales para firmar un acuerdo por la paz, y el presidente brinca para decir que no está de acuerdo. Se mete donde no lo llaman.
La lógica de las campañas es que los aspirantes debatan, se contrasten, brinden elementos para que los ciudadanos ejerzan un voto informado. El presidente se mete donde no lo llaman. En los hechos realiza una campaña alterna usando y abusando de todos los recursos que tiene a su disposición el jefe del Estado mexicano.
Si en el próximo sexenio se cierra una refinería o si los obispos se llevan bien o mal con la próxima presidenta, no es su problema porque él estará en su finca de Chiapas, dedicado a otras cosas, según le gusta decir.
A la doctora Sheinbaum y a los demás candidatos de Morena a los diferentes puestos de elección popular, que son miles, les toca defender los logros de la actual administración. De hecho, buscan el voto ciudadano ofreciendo continuidad absoluta, un segundo piso. ¿Por qué no los deja trabajar?
Máynez hace ruido
Las condiciones de la competencia lo obligaron a sumarse muy tarde y muy atrás a la carrera por la Presidencia de la República, por eso Jorge Álvarez Máynez está obligado a hacer una campaña intensa, haciendo ruido para jalar la atención de los medios y en consecuencia de los ciudadanos, en especial los más jóvenes que es la clientela que quiere conseguir el Movimiento Ciudadano.
En este contexto se ubica su propuesta de legalizar el consumo de las drogas más usadas, comenzando por la mariguana, pero no solo ella ya que remarcó el plural. En varios lugares se ha legalizado la mariguana, como en los estados de la costa oeste de EU, y eso no terminó con el consumo de otras drogas y no obstaculizó la llegada del fentanilo, que es un asesino serial.
Ya se verá si eso de legalizar las drogas es propuesta pensadita o solo una ocurrencia para que le acerquen cámaras y micrófonos, porque se trata de un tema relevante que podría conducirnos a la anhelada paz.
¿Qué tal lejos llegarán?
Las protestas de los normalistas de Ayotzinapa ya alcanzan el nivel de rebelión. Hay heridos, coches incendiados, edificios vandalizados. En cualquier momento puede sobrevenir un tiroteo.
¿Qué se está haciendo para apagar el fuego? ¿Todavía estamos a tiempo de evitar una conflagración?
¿El subsecretario de Gobernación encargado de los Derechos Humanos están negociando con ellos? ¿La Comisión Nacional de Derechos Humanos, siguiendo indicaciones presidenciales, les dará la razón en una indagatoria exprés? ¿Los padres de la nueva víctima están siendo atendidos por el gobierno? ¿Está lista la reparación del daño?
La fuga, por llamarle de algún modo, del policía acusado de disparar sobre el normalista obliga a una cascada de renuncias, es cierto, pero no para que se vaya uno y llegue otro, sino para que tome el cargo de secretario de Seguridad del Estado alguien capacitado que no tenga nexos inconfesables con la mafia.
Se requiere política, mucha política, y trabajo policial profesional. De otra forma la noche se nos puede venir encima.
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