Opinión

Los senadores harán el trabajo

Los diputados de Morena, con tal de propinarle un golpe a la oposición, le dieron trámite al Plan B presidencial sin tomarse la molestia de echarle un vistazo al texto. Votaron para darle una satisfacción a su líder.

Se agradece que en el Senado se anuncie que por lo menos se tomarán el trabajo de leer y darle una repasada al contenido para evaluar el impacto de los daños, perdón de los cambios, y que la opinión pública tenga elementos para evaluar el desempeño de los legisladores.

Sesión en el Senado

Sesión en el Senado

Cuartoscuro

Ahí está, por ejemplo, la desaparición de los Juntas Ejecutivas Distritales que sirven para actualizar el padrón y la cartografía electoral además de determinar la ubicación de las casillas. La desaparición de la Junta General Ejecutiva que obligará los consejeros a hacerla de administradores de recursos.

Es grave, también, que la credencial para votar ya no sea el único documento válido para sufragar y que ahora también se use el pasaporte o matrícula consular, documentos controlados desde el gobierno. Aflojar las capacidades de fiscalización abre una puerta a la impunidad.

Los ciudadanos tienen derecho de estar informados de cambios que pueden afectar sus derechos ciudadanos.

El Verde en Bucareli

Se vio al senador Manuel Velasco en los pasillos que conducen a la oficina de Adán Augusto López en Bucareli.

El coordinador de la bancada del Partido Verde trató con el secretario de Gobernación el tema del llamado plan B de la reforma electoral.

Los senadores del Verde votarán a favor de la propuesta y así se lo hizo saber Velasco al secretario López Hernández.

Coincidieron en que el diálogo es importante para construir acuerdos e impulsar reformas que beneficien a todos.

Hay la disposición de participar en el debate y defender con argumentos su decisión.

Nuestra embajada en Lima

El presidente tiene un curioso modus operandi. Primero ensalza el principio de no intervención, clave en la diplomacia mexicana, y acto seguido se mete hasta la cocina en asuntos internos de otros países.

Lo ha hecho de nuevo en las últimas horas con los casos de sus supuestos aliados políticos que tienen problemas con la justicia, la argentina Cristina Fernández y el peruano Pedro Castillo.

De hecho, los declaró inocentes y ubicó a los culpables, pasando por encima del sistema judicial de ambos países, que es una muy singular manera de no meterse donde no lo llaman.

Lo que consiguió con eso es que ahora uno de los focos de la prensa internacional sea la embajada de México en Lima que ha sido cercada por ciudadanos peruanos ante las versiones de que el gobierno mexicano le daría asilo a Castillo. La versión es que lo atraparon camino a la embajada.

El presidente está abriendo de par en par las puertas para que autoridades de cualquier país se metan hasta la cocina de Palacio Nacional a dirimir asuntos locales.

Samuel titubea

Claro que no es una decisión sencilla, pero se trata de algo tan importante que no se permite cambiar de opinión de un día para otro.

Samuel García, el gobernador de Nuevo León, dijo esta misma semana que sí buscaría ser nominado candidato del MC a la presidencia. Se veía venir, dijeron analistas.

Pocas horas después dijo que no va, que mejor se queda en Nuevo León los seis años de su gobierno.

Nadie lo obliga nada. Si quiere competir, adelante, está en su derecho. Si quiere quedarse al frente de su estado muy respetable, pero que no incurra en el síndrome de la Chimoltrufia que, así como dice una cosa, dice otra.

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