Opinión

Taboada y la ciudad moderna

A diferencia del primer debate entre los candidatos a la Jefatura de Gobierno CDMX, que fue representativo de una genérica presentación de propuestas y descalificaciones, el segundo debate que se celebró ayer domingo, fue una muestra de cómo deben ser estos ejercicios de democracia deliberativa: presentando propuestas realistas de solución con fuerte crítica a los desatinos, ofreciendo argumentos basados en la ciencia y la técnica, promoviendo el diálogo tolerante, así como evidenciando las erróneas decisiones tomadas por los gobernantes.

En este debate, sin duda, Santiago Taboada fue quien mejor presentó una idea integral y moderna sobre las problemáticas que aquejan a la CDMX y sobre las soluciones compartidas que involucran a sus habitantes creando comunidades solidarias. El candidato de la Alianza Va por la CDMX ofreció argumentos para enfrentar la actual crisis hídrica así como soluciones innovadoras en sintonía con la modernidad que requiere la CDMX en un marco de valores democráticos que por su naturaleza son necesarios e insustituibles.

Taboada y la ciudad moderna

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Especial

Santiago Taboada logró conectar con el electorado de la CDMX, demostrando entender la compleja problemática que afecta a la población en materia de abasto de agua limpia y de calidad, de transparencia y rendición de cuentas así como combate a la corrupción. El gobierno que llevó a cabo en la Alcaldía Benito Juárez fue exitoso en diferentes planos: desde la percepción de seguridad pública hasta la simplificación administrativa. En este segundo debate demostró estar en perfecta sintonía con los jóvenes, mujeres, infancias y adultos mayores, así como con la iniciativa privada y otros grupos vulnerados en el espacio público, a quienes ha ofrecido seguridad jurídica y derechos sociales, proyectando un modelo de ciudad acorde con las expectativas de los ciudadanos.

A pesar de sus orígenes partidarios, Taboada ha declarado que entiende los nuevos tiempos y problemas de nuestra Metrópoli, que no son de izquierda o derecha, sino que son nuevos desafíos a secas que no tienen ideología y que se relacionan con la eficacia de las políticas públicas. Sus propuestas sobre sostenibilidad hídrica, captación y reciclaje de aguas resultan pertinentes e innovadoras. Sobre corrupción y transparencia hubo ofertas políticas interesantes.

Por lo que se observó en el debate el proyecto de Clara Brugada es representativo de una izquierda demagógica, ilusoria, primitiva en sus concepciones, tendencialmente autoritaria y que mira al pasado olvidando el futuro. Muchos de sus argumentos son los del actual gobierno, que niegan la existencia de problema alguno, que ocultan información, que agitan el tema de las “privatizaciones” y donde la culpa siempre es de otros, invocando supuestos sabotajes para ocultar incompetencias.

Son los “ingenieros del caos”, cuyo principal objetivo es cancelar a los ciudadanos para sustituirlos por súbditos dependientes de políticas clientelares. Las propuestas de Brugada buscan dar continuidad a las políticas de su predecesora en la CDMX, así como ésta afirma que dará continuidad al modelo político, económico y social impuesto por AMLO.

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Sin embargo, una muestra del respeto que tendrán por la Ley, es que Clara Brugada frecuentemente aparece en actos de campaña con altos funcionarios en horarios laborales. Estas actitudes abyectas y sumisas caracterizan las campañas del oficialismo, ignorando las leyes que prohíben dichas prácticas. Se puede prever que en su “combate a la corrupción” recurrirá al uso faccioso de las instituciones de administración y procuración de justicia.

En este contexto, Salomón Chertorivski –que nadie interpeló en el debate- debería declinar de la competencia electoral en favor de Santiago Taboada. Los porcentajes que ostenta no lo llevarán a ningún lado. Cada vez resulta más claro que su función en estas elecciones es dividir el voto y confundir a los electores. Si existe convicción democrática en este personaje, es el momento de hacerla valer.