Las campañas políticas son épocas de peticiones y de promesas; los distintos sectores sociales, productivos y políticos del país suelen hacer su lista de pendientes que los gobiernos han dejado de atender, mientras los candidatos aprovechan para enamorar con sus propuestas.
En la actual contienda da la impresión de que más allá de las acostumbradas peticiones y señalamientos de carencias, los sectores han expresado a Xóchitl Gálvez los agravios y de amenazas sufridas.
Veamos el caso del sector científico, el cual no ha visto la suya “gracias” al actual Consejo Nacional de Humanidades, Ciencia y Tecnología. Recordemos que por una denuncia presentada por dicho Consejo, la FGR acusó de delincuencia organizada a 31 científicos que trabajaban en el Foro Consultivo Científico y Tecnológico para la Presidencia, siendo que los fondos pasaron por auditorías anuales. Después de dos años, la acusación no prosperó. ¿Por qué la denuncia? ‘Pos nomás…
Luego desde el CONACYT se acusó a los científicos mexicanos de hacer ciencia “neoliberal” –como se tal cosa existiera- y, en consecuencia, cancelaron las becas para estudios de maestría y doctorado en Europa y EUA. Pero eso sí, el Consejo ofreció simples cursos a realizarse en Cuba y por los cuales México pagaba una fortuna.
También el CONACYT modificó extemporánea y unilateralmente al reglamento del Sistema Nacional de Investigadores y extinguió los fondos para los Centros de Investigación, lugares éstos donde sí se hace ciencia. El último atropello es la degradación de la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio).
Como bien dijo Carlos Romero Hicks durante la reunión de la comunidad científica con Xóchitl Gálvez, la gestión de la 4T ha pretendido “la muerte de la inteligencia”, a lo que la aliancista respondió estar ahí con ellos para “escuchar a los que saben”. Esto ya es esperanzador, pues la ciencia y la tecnología suelen ser vistas como algo lejano y distante, siendo que son un motor indispensable para el desarrollo del país.
Reemprender el camino de la ciencia y la tecnología va a ser harto difícil. En estas materias, el conocimiento avanza a una velocidad vertiginosa, así que se requerirán cambios radicales en la actual política.
Estando con integrantes de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción, la aspirante opositora escuchó otra serie de agravios. De por sí el sector venia retrocediendo desde hacía una década a razón de 1.1 por ciento anual, situación que se agravó cuando los militares entraron a encargarse de muchas obras y luego vino la pandemia.
Si hay alguna industria que estimule el crecimiento general esa es la construcción, pues a pesar de todo representa el 7.6 por ciento del PIB nacional y da empleo a personal con muy distintos niveles de especialización. La ingeniera Gálvez prometió acabar con “las ocurrencias. Nunca más el despilfarro del dinero público por la improvisación en obras de infraestructura”. Y, desde luego, dejar la construcción a los constructores.
El martes tocó la reunión “Diálogos por la Democracia” con la Cofederación Patronal de la República Mexicana (COPARMEX), donde Gálvez expuso su intención de acotar el presidencialismo y los retó a que se comprometieran a defender la democracia alcanzada hasta ahora.
Aun cuando fue muy bien recibida doña Xóchitl, su petición de que hicieran campaña en su favor no cayó del todo bien. “Como institución,” le respondió José Medina Mora, presidente de la COPARMEX, “nosotros somos altamente políticos, pero totalmente apartidistas. No estamos a favor de ningún candidato ni en contra de ningún candidato o partido, lo que nos permite dialogar con todos”.
El miércoles, Xóchitl Gálvez se reunió con otro sector muy golpeado: la Cámara Nacional de Autotransporte de Carga (CANACAR) cuyos miembros –dueños y operarios- se las han visto negras en las carreteras del país. Y no estamos hablando de caminos perdidos en las sierras, sino de autopistas tan concurridas como las que salen de la CDMX rumbo a Puebla y Querétaro. Por los frecuentes asaltos, los transportistas pierden millones y sus choferes la vida, pues la Guardia Nacional no se da abasto y ya no se cuenta con la Policía Federal de Caminos.
La propuesta inicial de la hidalguense suena sensata: que los militares se concentren en tareas de seguridad, nada más, a la par de que sean apoyados por tecnología y tareas de inteligencia en sus tareas.
Habrá que ver el desarrollo de los planes para cada uno de los sectores aquí comentados, para lo cual Xóchitl Gálvez cuenta con un excelente equipo encabezado por Enrique de la Madrid.
Ahora falta que convenzan al electorado.
P.D. para Max Cortázar: Sugiero poner más atención a la difusión de los boletines y los discursos de doña Xóchitl. Muchos periodistas, entre ellos mis compañeros de la ANPERT, estamos ayunos de información completa. No le platico la respuesta que me dieron en el PAN cuando pregunté por el material de prensa.
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