¿Qué esperar de una Secretaría de Ciencia y de las nuevas políticas públicas en el sector?

Llevo meses siendo cuestionado por parte de colegas, amigos, y conocidos sobre qué pienso le depara el futuro a la comunidad científica y tecnológica del país. A partir de la designación de la Dra. Rosaura Ruiz Gutiérrez como la nueva titular de la futura Secretaría de Ciencia, Humanidades, Tecnología e Innovación, las preguntas y consultas se transformaron en un literal bombardeo, por lo que a invitación del muy respetado y apreciado periodista especializado en ciencia y tecnología, Isaac Torres, me animé a escribir estas reflexiones que aclaro de entrada, hago a título personal, y no a nombre de la institución donde trabajo como científico. Es por ello por lo que también únicamente cito reflexiones propias (o con colegas muy cercanos) para evitar interpretaciones equivocadas.

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Considero que la designación de la Dra. Ruiz como la titular de esta nueva secretaría y encargada de la nueva política pública en materia científica y tecnológica (y de innovación del país), ha sido y seguirá siendo bien recibida por las/los integrantes de una comunidad científica y tecnológica profundamente agraviada por la manera como fuimos tratados por el presidente y la directora del CONACyT durante los pasados cinco años y medio. Han sido ya muchos años de insultos, ataques, acoso, represión, y manipulación de la verdad (Aluja et al., 2021) y por ello urge un radical golpe de timón en la manera de lidiar con una comunidad de ciudadanos que se esforzaron mucho por prepararse al máximo nivel, tanto en México como el extranjero, para fortalecer a un aparato científico del país aún en consolidación. Por ello, han caído como brisa fresca las declaraciones de la Dra. Ruiz, en el sentido de que la nueva política científica, tecnológica y de innovación buscará modernizar al país, de que la “ciencia es universal y fundamental para la toma de decisiones” y que “la tecnología ya no será mal vista”, de que “importa la ética”, y de que se buscará integrar y no dividir. La Dra. Ruíz, en entusiastas entrevistas posteriores a su nombramiento, ha esbozado ambiciosos planes para lograr que México retome el camino que ya se había iniciado en sexenios anteriores, para transformar al país en una potencia científica y tecnológica del mundo. Todo esto es muy bienvenido y necesario para erradicar la pobreza lacerante en la que viven más de 50 millones de conciudadanos, y para resolver los apremiantes problemas de salud pública, de destrucción al ambiente (además de los vinculados al Cambio Climático/Calentamiento Global), de producción de alimentos sanos (mediante la moderna agricultura de precisión), y de formación de una planta laboral altamente calificada. Muchas y muchos investigadoras (es), esperamos pronto un mensaje de reconciliación profunda por todos los agravios recibidos, y una apertura plena para poder juntos reconstruir al aparato científico y tecnológico del país tan violentado en los pasados años.

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La Dra. Ruiz es una reconocida académica que presidió la Academia Mexicana de Ciencias y que cuenta con muy amplia experiencia administrativa tanto en la UNAM como en el gobierno de la CDMX donde ya dirigió una secretaría vinculada a la actividad científica. Por lo tanto, ha aprendido/adquirido las herramientas gerenciales que son indispensables para liderar la política científica del país, ya que no por ser académico/científico se debe esperar en automático un buen liderazgo político, gerencial y técnico. Ella es una persona muy bien preparada, surgida de la Facultad de Ciencias de la UNAM, que ha viajado por el mundo y, por lo tanto, no tiene una visión parroquial de las cosas y de cómo resolver problemas complejos. Es reconocida por sus pares en el ámbito científico donde se desempeña, y aparentemente muy abierta al diálogo. Menciono lo último, porque habiendo escuchado con detenimiento los dos amplios diálogos/debates que sostuvo con el ex director del CONACyT, Juan Carlos Romero Hicks, pareciera tener algunas ideas/concepciones que parecieran fijas y posiciones que también parecieran inflexibles. Ojalá que el peso de la altísima responsabilidad que asumirá, la lleve a flexibilizar su visión de la realidad y se abra a enriquecerla. Hago votos para que la ideología pase totalmente a segundo plano y que lo que impere sea una política de estado que fomente la calidad y la competitividad a nivel internacional y un diálogo abierto con toda la comunidad científica del país, particularmente las valientes voces críticas, y que no solo se escuche a quienes son abyectas (os) aplaudidoras (es) defendiendo intereses personales. Por lo que me han comentado diversos colegas, la Dra. Ruiz ha aprendido a escuchar y a construir puentes de entendimiento plural, lo cual ya en si es un enorme avance por lo vivido estos últimos años. Ojalá en estos próximos meses se invite a expresar su visión de las cosas a esas voces críticas que hemos sido sujetos de escarnio público desde la cúpula del poder, algo que entiendo aún no ha sucedido plenamente. Como le comenté el año pasado al periodista Pascal Beltrán del Río, no es sano para México que las/los integrantes de la comunidad científica y tecnológica tengan miedo de expresar sus opiniones críticas por las consecuencias que ello les ha traído a quienes se han atrevido a opinar de manera diferente. Esto se debe erradicar en el nuevo gobierno.

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Queda más que claro que la Dra. Ruíz es muy cercana a la presidenta electa, lo cual puede ser una enorme ventaja, pero también tiene sus riesgos porque se reducen los grados de libertad para actuar con independencia plena. Mi opinión es que un CONACyT integralmente reconstruido, fortalecido y modernizado, con funcionarios aptos/prestigiados a los que se les permita disentir, sería suficiente en este momento, porque lo que necesitamos es menos burocracia, menos dogmatismo/ideología/abyección, y mucha más visión de Estado para que México realmente asuma el rol protagónico a nivel mundial que le corresponde por la calidad de sus investigadoras e investigadores y tecnólogas (os), así como también posdoctorantes y estudiantes. La creación de secretarías de Estado en el ámbito científico en otros países no ha generado automáticamente los resultados esperados, y por eso se deberá actuar con enorme responsabilidad y verdadera visión de Estado. Entiendo el mensaje político que se quiere enviar al anunciarse una Secretaría de Estado después de todo lo vivido en tiempos recientes, y si el resultado termina siendo verdaderamente una política ilustrada y con altura de miras en materia científica y tecnológica (y de innovación), habrá que otorgarle el beneficio de la duda y apoyar la iniciativa sin mezquindades ni resabios. No termino por entender la insistencia de encajar a las “humanidades” en el nombre de la nueva secretaría, ya que todo proceso intelectual de calidad, independientemente de si son ciencias exactas, sociales o tecnológicas, debe ser apoyado, y ya antes de este gobierno en el CONACyT se apoyaban a las ciencias sociales sin discriminación alguna. Pero esto es lo de menos, porque hay temas de mucha mayor relevancia que me preocupan y que delinearé de manera muy sucinta por el limitado espacio disponible.

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CENTROS CONACYT.

Como integrante de un Centro Público de Investigación (CPI) coordinado por el CONACyT, me preocupan muchas cosas, entre ellas, cuál será el régimen jurídico bajo el cual vamos a quedar como parte de la nueva secretaría ya que muchos CPI´s ya han cumplido más de 40 años, y por ello el tema debe tratarse con enorme responsabilidad sobre todo por el debilitamiento que han sufrido en años recientes en parte por el tipo de “liderazgos” impuestos con criterios ideológicos y no de calidad. Me preocupa igualmente, y mucho, la posibilidad de trasladar al personal de los CPI’s al “Apartado B” desde una perspectiva laboral. Eso sería aberrante y un durísimo golpe a diversas comunidades por las implicaciones de libertad académica y de seguridad laboral que conlleva. Me preocupa igualmente el creciente dominio territorial del narco/hampa, lo que impide el libre tránsito de las/los investigadoras (es) y pone en riesgo sus vidas cuando se hace trabajo de campo. También hay que cuidar mucho que el Sistema Nacional de Investigadoras e Investigadores - SNII no se vea afectado por el nuevo estatus del otrora CONACyT. Al SNII hay que fortalecerlo y cuidarlo al máximo, garantizando la calidad por encima de cualquier criterio, erradicando cualquier vestigio de ideología, para no seguirlo utilizando como un instrumento de venganza o de fomento a la mediocridad o demagogia científica. Igualmente, la Dra. Ruiz tendrá que hacer pública su inequívoca posición sobre la Ley General de Humanidades Ciencias, Tecnologías e Innovación que causó (y sigue causando) muchísima polémica, y que fue impuesta mediante un proceso legislativo muy poco aseado (las/los expertos juristas indican que el proceso de plano fue ilegal), y sin tomar verdaderamente en cuenta las opiniones críticas de amplios sectores del gremio científico y tecnológico, porque el Congreso/Senado no cumplieron con el compromiso público de llevar a cabo siete foros de análisis. Estaremos muy atentos al posicionamiento de la Dra. Ruíz sobre esta Ley que en mi opinión tendría que ser derogada y replanteada si la visión es transformar a México en una potencia científica de clase mundial, donde el sector privado debe jugar un papel protagónico y las/los investigadores de las instituciones privadas deben ser plenamente reconocidos/respetados, y se reconstruya la interlocución plena con la comunidad científica y tecnológica a través de los foros apropiados, dejando fuera del consejo directivo del CONACyT (futura secretaría) a instancias como el Ejército y Marina que tienen otras honrosas funciones sustantivas que cumplir.

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¿Qué temas urge abordar en el corto plazo? A guisa de ejemplo, mencionaré lo siguiente: 1) Restaurar el único mecanismo de planeación de largo plazo (i.e., transexenal) con que contaban los CPI’s y otras instituciones dedicadas a la investigación científica: los fideicomisos. No profundizaré en el tema porque ya en 2020 (Aluja, 2020) hice una extensa defensa de este instrumento de financiamiento injustamente vilipendiado y cuya extinción basada en mentiras ha impedido adquirir por ejemplo nuevos vehículos para la actividad científica o darles mantenimiento a muchos valiosos equipos de alta precisión. 2) Restaurar los instrumentos de financiamiento regional y estatal (Fondos Mixtos) con que contaba el CONACyT y que dieron excelentes resultados (Proyectos FORDECyT y FOMIX). 3) A la par de potenciar una productiva interacción con el sector productivo enfocada en la solución de los problemas más apremiantes que aquejan a la sociedad, habrá que modernizar/fortalecer los mecanismos de financiamiento a la ciencia fundamental en la cresta del conocimiento. 4) Desarrollar un esquema de financiamiento junto con la Secretaría de Agricultura focalizado en fomentar el desarrollo y la adopción de la agricultura de precisión con el fin de reducir drásticamente el uso de agrotóxicos y de agua, ya que la mayor parte del agua que se consume en México se usa en la agricultura. 5) Articular de manera eficaz la interacción entre los CPI’s. En este sentido invito a la futura secretaria Ruiz, a que me permita mostrarle un esquema que se desarrolló entre 2010-2017 en el Instituto de Ecología, A.C. – INECOL bajo el liderazgo de un servidor, llamado Cluster Científico y Tecnológico BioMimic® (Aluja, 2015), mediante el cual el 50% de los CPI’s firmamos convenios de colaboración para que investigadores de estos “centros hermanos” trabajen en el Clúster y resuelvan problemas apremiantes que aquejan a la sociedad. Todo arrancó con un financiamiento del otrora CONACyT vía un Proyecto FORDECyT, que amalgamó los esfuerzos de 16 instituciones nacionales y extranjeras, todas trabajando con un foco absoluto en encontrar la solución a un gravísimo problema fitosanitario que aqueja a los EUA y amenaza los bosques de México y muchos huertos de frutales (Sánchez-Rangel et al., 2022). 6) Articular el rescate de instituciones destruidas o muy debilitadas como, por ejemplo, la CONABIO y el IMTA (Instituto Mexicano de Tecnología del Agua), donde en el pasado se llevaba a cabo investigación de vanguardia. 7) Fomentar la creación de un Centro de Investigación en Farmacología y apoyar con suficientes recursos líneas de investigación que aborden el muy preocupante tema del daño a la salud humana (y de todo ser vivo para fines prácticos), de los micro, pero sobre todo los nano plásticos que estamos ingiriendo. 8) Instituir un programa de Estado para el fomento temprano de las vocaciones científicas y tecnológicas entre niños y jóvenes que le dé seguimiento cercano a los beneficiarios, culmine con estudios de posgrado en las mejores universidades del país y el mundo, y lleve implícito la oferta de un trabajo seguro. En este sentido, urge un programa para la creación de al menos 100,000 plazas de investigador/tecnólogo para los miles de jóvenes recién egresados e investigadores asociados posdoctorales buscando trabajo sin éxito (Aluja, 2024).

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En resumen, y hablando a título personal, recibo la noticia del nombramiento de la Dra. Ruiz con apertura, sin juicio de valor alguno, con la esperanza de que erradicará la política de acoso a las voces críticas, y de que se implementará una política de apertura plena, encaminada a restaurar mucho de lo destruido, que se aleje de la ideología, y fomente la calidad. Espero que la gran cercanía entre la nueva secretaria de estado y la presidenta electa permita contar con los recursos financieros necesarios. En este sentido, el reto es monumental porque el margen de maniobra el próximo año, estará muy acotado. Pero como mexicano comprometido con su país, y siendo una voz que seguirá siendo permanentemente crítica (para eso fui entrenado), le deseo sinceramente éxito en su encomienda a la Dra. Ruiz y a la misma Dra. Claudia Sheinbaum Pardo, porque urge romper el círculo vicioso del encono, la polarización, y la división entre la población muy lamentablemente fomentada desde la cúpula del poder. Para lograrlo tenemos que unirnos por el bien del país. Esto no implica para nada adoptar una posición abyecta y acrítica, ya que todo gobernante debe ser permanentemente vigilado y sujeto a una crítica fundada y de buena fe. Hago votos para que esto sea fomentado de ahora en adelante.

*Investigador del Inecol y Premio Nacional de Ciencias y Artes

Referencias:

Aluja, M. 2015. Clúster Científico y Tecnológico BioMimic®: Un nuevo modelo de hacer ciencia en México. El Innovador 16: 38-41.

Aluja, M. 2020. Los fideicomisos y la necesidad de actuar con sabiduría en momentos de crisis. NEXOS. https://educacion.nexos.com.mx/?p=2251

Aluja, M., C. Pascacio-Villafán, & L. Guillén. 2021. ¿Tiene sentido descalificar a los científicos, tecnólogos y personas que los apoyan? La Crónica de Hoy. https://www.cronica.com.mx/academia/sentido-descalificar-cientificos-tecnologos-personas-apoyan.html

Sánchez-Rangel, D., E. Villafán de la Torre & M. Aluja. 2022. ¡Mejor en equipo!: Multidisciplina extrema para proteger nuestros bosques amenazados. Eco-Lógico 3: 32-41 (primavera). https://sistemas-inecol.org/redes/ecologico/

Aluja, M. 2024. Urge un sincero apoyo a la comunidad científica y tecnológica del país. Blog NEXOS. https://redaccion.nexos.com.mx/urge-un-sincero-apoyo-a-la-comunidad-cientifica-y-tecnologica-del-pais/