Academia

Expectativa y optimismo ante gestión de Sheinbaum, la “presidenta científica”

Con la llegada de Claudia Sheinbaum a la presidencia, miembros de la comunidad críticos de la actual política científica esperan un cambio

La esperanza de México
Claudia Sheinbaum y su equipo han dicho que la ciencia será palanca de desarrollo en México. Claudia Sheinbaum y su equipo han dicho que la ciencia será palanca de desarrollo en México. (EFE)

Ante el resultado de las elecciones, grupos de científicas (os) se encuentran expectantes sobre la agenda que implementará Claudia Sheinbaum en materia científica, tecnológica y humanidades. Una mezcla de ferviente optimismo y desencanto (“enojo”) por la actual política en el ramo se abre paso entre lo que podría ser un cambio de rumbo con la primera presidenta de México, que será a su vez, una con carrera académica y científica.

Un artículo en la revista científica internacional “Nature” –una de las más importantes en el mundo– pone de relieve parte de esta dicotomía ante la comunidad mundial, y ya desde el título pone un peso y mérito que, por su parte, ha querido subrayar Sheinbaum Pardo y su equipo desde su campaña: la “presidenta científica”.

“Algunos tienen esperanzas, pero a otros les preocupa que Claudia Sheinbaum Pardo siga los pasos de su controvertido predecesor en lugar de defender la ciencia”, dice el artículo “La próxima presidenta de México será una científica: los investigadores están divididos en su apoyo”, escrito en “Nature” por Humberto Basilio.

En sus recientes encuentros con miembros de la comunidad científica y en una carta de apoyo firmada por 900 miembros de ésta –agenda coordinada por Rosaura Ruiz y Juan Ramón de la Fuente–, se ha puesto de relieve enfático la importancia que tendrá el conocimiento científico y académico como palanca de desarrollo social y económico. Intención con la que muy pocos académicos podrían estar en desacuerdo y en la que todos quisieran ser escuchados y tomados en cuenta.

La candidatura de Claudia Sheinbaum, y ahora su triunfo, suscitó expectativas de cambio en las relaciones entre el poder ejecutivo federal y las comunidades científicas”, señala Susana Quintanilla, investigadora del Departamento de Investigaciones Educativas del Cinvestav. “Lo óptimo sería que dichas expectativas se encaminen hacia la definición de políticas públicas consensuadas con base en el diálogo y la participación”.

Tras el contundente resultado de las elecciones, “Crónica” solicitó la opinión de miembros de grupos científicos sobre lo que esperan de la gestión de Sheinbaum Pardo en ciencia, humanismo, tecnología, innovación.

Brenda Valderrama es investigadora del Instituto de Biotecnología de la UNAM y una destacada experta en política científica del país. “Algunos de mis colegas están en el ánimo de darle un voto de confianza, inclusive ya comenzaron a aparecer ‘claudistas’ de closet”, señala la también miembro de la red de científicos ProCienciaMx, una de las organizaciones que más han visibilizado los errores, retrocesos y contradicciones de la actual gestión federal en política científica.

Para Juan Martínez, investigador del Instituto de Ecología (Inecol) y miembro de Ciencia Plural Mx –que ha encabezado diversos amparos nacionales de científicos contra la Ley General de Ciencia promovida por el actual gobierno federal a través de Conahcyt–, la primera tarea de los científicos organizados deberá ser buscar el diálogo con las personas que integrarán el nuevo gabinete.

“En tanto, como colectivo, seguiremos trabajando duro en nuestras áreas y también debemos hacer un fuerte trabajo de difusión y divulgación de nuestras actividades”, agregó el académico que forma parte de uno de los Centros Públicos de Investigación federal, que han sido los más afectados por la actual política científica encabezada por Elena Álvarez-Buylla.

“Nos queda claro que la sociedad valorará a los científicos y a las instituciones científicas en tanto sea capaz de ver cómo la ciencia incide en sus vidas en el día a día. Ese debe ser nuestro compromiso y buscar que la administración federal brinde los recursos para que cumplamos con la sociedad”.

Sheinbaum y su equipo han enfatizado que la nueva narrativa con los grupos científicos y académicos se enmarca en la libertad de investigación, discurso que el actual gobierno y Conahcyt mantienen, pero que en la práctica no se sostiene, puesto que, al tener el control sobre el manejo de recursos y el poco presupuesto federal, los científicos deben de encausar sus investigaciones hacia las pocas convocatorias impuestas por esta dependencia.

Javier Flores –académico y periodista especializado en temas científicos– puntualiza que la próxima presidenta del país tiene un equipo de muy alto nivel, especialistas con gran conocimiento y experiencia en materia de política de ciencia y tecnología, como Juan Ramón de la Fuente y Rosaura Ruiz.

“Sin embargo, Sheinbaum tiene una idea mucho más utilitaria de la ciencia que ellos, puesto que ha dicho que el presupuesto dependerá de que los investigadores estén alineados con las políticas de su gobierno”, dice el académico de la UNAM. “En el caso de la educación superior pública ese condicionamiento de recursos es muy explícito. No está claro cómo esa idea utilitaria podrá ser compatible con la libertad de investigación y la autonomía universitaria. Debería escuchar más a sus asesores”.

El descontento de muchas científicas (os) con la actual política científica de Conahcyt y el gobierno federal dio origen a organizaciones como ProCienciaMx y Ciencia Plural Mx, otras más replantearon su actuación ante el descontento de sus agremiados, como la Academia Mexicana de Ciencias (AMC). Al igual que las otras dos anteriores, fue atacada por expresar el descontento entre miembros de la comunidad científica y sus propuestas fueron soslayadas y descalificadas desde el discurso ideológico por la actual dirección de Conahcyt.

Su presidente, José Seade Kuri, enfatizó hace algunos meses, que muchos científicos se encontraban “preocupados” y “enojados” con el trato de esta administración a su gremio. No obstante, el matemático dice a este diario su optimismo por la oportunidad de entablar puentes con el próximo gobierno y hacer valer lo que el discurso de Sheinbaum en ciencia ha hecho eco en la comunidad.

“Tengo confianza en que la doctora Claudia Sheinbaum será una gran presidenta y sabrá poner a la educación, la ciencia, la tecnología e innovación (CTI) en un lugar prioritario en la agenda nacional. Confío en que ella es consciente de que éstas forman una cadena indisoluble e indispensable para el desarrollo pleno del país, y eso conlleva brindar apoyo y tender puentes con el sector académico y científico, tan satanizado y marginado en años recientes”.

Al igual que lo ha externado anteriormente, y en documentos como “Propuestas y reflexiones sobre el futuro de la política de CTI en México”, refirió que en las sociedades contemporáneas la investigación científica y el desarrollo tecnológico son factores que detonan el desarrollo económico y el bienestar social, visión que se homologa con lo externado por el equipo de Sheinbaum. “El progreso y la calidad de vida de las personas es cada vez más dependiente del conocimiento generado por la investigación científica”, agrega Seade Kuri.

El punto de partida, y que ha sido un pendiente desde administraciones anteriores, “es reconocer que México carece aún de una política de CTI con peso suficiente en la agenda nacional, y que el diseño de esa política debe ser el resultado de un diálogo entre todos los actores del sistema”, agregó.

El equipo de Sheinbaum, en voz de Rosaura Ruiz y De la Fuente, ha enfatizado que su gobierno buscará hacer de México “una potencia científica”, para lo cual tienen un plan, pero que pasa sin duda por esa priorización a la que se refiere el presidente de la AMC.

“Por ello, insistimos en la urgente necesidad de tener una agenda nacional de largo plazo con mecanismos de financiamiento estables, progresivos, multianuales y suficientes. Junto con lo anterior, el Sistema Nacional de CTI debe tener una gobernanza eficaz, colegiada, inclusiva, transparente y capaz de articular a los diferentes agentes del sistema”.

Hace seis años, con el cambio de gobierno, se preveía un cambio cualitativo y sustancial histórico para el mejoramiento del sector científico. Muchos afrontaron una decepción –e incluso persecución judicial– en el tiempo posterior; por ello, el optimismo no puede ser tan generalizado entre algunos científicos.

“Yo la verdad estoy cansada”, dijo Brenda Valderrama. “Han sido muchos años de luchar contra un sistema intransigente y excluyente, y no tengo ningún indicio para creer que esto va a ser diferente con Claudia Sheinbaum. Ojalá me equivoque”.

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