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Quisimos ayudar a México durante la pandemia, pero no nos dejaron: Gabriela León

La fundadora de la empresa Gresmex había desarrollado anteriormente una molécula desinfectante apenas utilizada durante la emergencia sanitaria

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Gabriela de León es creadora de la primera nanobiomolécula de espectro total contra virus y bacterias ayudó a frenar la epidemia de ébola en África en 2013.

Gabriela León es creadora de la primera nanobiomolécula de espectro total contra virus y bacterias que ayudó a frenar la epidemia de ébola en África en 2013.

Antimio Cruz

Nadie es profeta en su tierra. Aunque en el año 2015 la compañía mexicana Gresmex & Inmolecule fue reconocida por la Organización de Naciones Unidas (ONU) como “una de las 100 empresas que salvará a la humanidad”, gracias al desarrollo de una nanomolécula desinfectante y sanitizante que ayudó a frenar la epidemia de ébola en África; en México, las autoridades sanitarias no quisieron usar el producto cuando llegó la epidemia de COVID 19 y sólo se pudo hacer llegar a la población mediante algunas donaciones a asociaciones civiles y gobiernos estatales.

"Contra el COVID19 quisimos ayudar a México, pero las autoridades no nos dejaron. Traté de acercarme y nunca hubo eco. Una hace lo que puede desde su trinchera y creo que pudimos ayudar mucho más a muchos mexicanos para que no se contagiaran de COVID, pero no siempre se dan las cosas como una quiere. A final de cuentas, hay que seguir luchando y no desanimarse, pues tenemos claro que seguimos trabajando en favor de la salud y tenemos muchos testimonios de personas que no se contagiaron gracias a este desinfectante y sanitizante", contó a este diario la científica, fundadora de Gresmex y egresada de la Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Iztapalapa (UAM-I). “En China nos pidieron el producto, pero desistimos porque ellos querían quedarse con la propiedad intelectual”, agregó, en conversación para los lectores de “Crónica”.

La ingeniera bioquímica mexicana Gabriela León cuenta con más de 100 registros de patentes en diferentes países y ha sido ampliamente reconocida por haber creado una nanomolécula que en 2013 fue calificada como “la primera nanobiomolécula de espectro total” porque destruye virus, bacterias, hongos, esporas, tripanosomas y micobacterias, sin ser cancerígena ni causar impactos negativos al medio ambiente.

La científica y emprendedora habló con este diario durante una pausa del Seminario de Periodismo Latinoamericano Roche Press Day, realizado en Cartagena de Indias, Colombia, donde representantes de academia, gobiernos, industrias y sociedad civil analizaron el tema “Mujeres, Salud e Igualdad”.

CURIOSIDAD SALVADORA.

La nanobiomolécula desarrollada por Gabriela León y Gresmex tuvo que superar numerosas pruebas, análisis y correcciones. Se realizaron 28 versiones de la molécula y se sometió a análisis de diferentes laboratorios e instituciones independientes para certificar, objetivamente, su efectividad. Decenas de pruebas y validaciones fueron realizadas por laboratorios de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM); el Instituto Politécnico Nacional (IPN); la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL), el Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias (INER), de la Secretaría de Salud y el Instituto de Seguridad Social al Servicio de los Trabajadores del Estado (ISSSTE). Finalmente, el producto fue autorizado para su uso por la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) y en una reunión binacional de empresarios de México y Estados Unidos el invento fue conocido por el Directos de la compañía de mensajería, Federal Express, quien propuso llevar el sanitizante y desinfectante a Liberia, África, para ayudar a frenar la epidemia de Ébola, lo cual ocurrió.

Nadie es profeta en su propia tierra

Gabriela de León es creadora de la primera nanobiomolécula de espectro total contra virus y bacterias ayudó a frenar la epidemia de ébola en África en 2013.
“Aunque en México no tuvimos eco cuando ofrecimos ayudar para frenar contagios de COVID19, otros países sí nos buscaron”

“Haber sido reconocida por la ONU ha sido una gran responsabilidad porque es una innovación que genera impacto social y que tuvo impacto inmediato. El detonador de este invento ocurrió cuando mi hijo tenía dos años y se enfermó gravemente por un rotavirus que nos llevó a hospitalizarlo porque estaba en peligro su vida. En ese momento, nos dedicábamos a fabricar geles y jabones antibacteriales, y fue un choque personal y profesional muy fuerte darme cuenta de que se estaba muriendo mi hijo y yo no podía hacer nada para salvarlo, a pesar de que me dedicaba a un tema de prevención de la salud”, cuenta la emprendedora cuyo hijo se salvó.

“Después de haber pasado este momento tan difícil decidimos aplicar nanotecnología a una mezcla de extractos cítricos y desarrollamos una nanomolécula que pudiera ser llevada a nuestras fórmulas y ya no ser solamente antibacterial, sino un desinfectante virucida efectivo. Buscamos y logramos tres condicionantes: 1) que fuera efectivo, 2) que no fuera cancerígeno y 3) que fuera biodegradable. Todo esto lo certificamos”, indicó la científica que recuerda el origen de su vocación científica desde niña, cuando tuvo uno de los juguetes para hacer experimentos de química y biología.

Del desempleo al emprendimiento, apoyados en la ciencia

El Foro Económico Mundial reconoció a la empresa de Gabriela León como la creadora de una “innovación disruptiva”, de alcance mundial y fue invitada por el Reino Unido para fundar una empresa en su país, el cual ofrecía a la mexicana protección a su patente en más de 70 naciones.

Poco más de una década antes de que esto ocurriera, los hermanos Gabriela y Sergio León habían fundado la compañía Gresmex, en 1999, ya habían experimentado en carne propia el desempleo generado en México por las crisis económicas de los años 90, pero sabían que podían emprender algo por su cuenta y tenían grandes aspiraciones.

Ahora, Gabriela recuerda que cuando decidió estudiar Ingeniería Bioquímica le dijeron que nunca se iba a casar, pero también comparte que se casó e incluso su esposo apoyó sus proyectos hipotecando la casa de ambos para financiar su emprendimiento. “Si volviera a nacer, elegiría la misma carrera y vida”, compartió.