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Si bien el comercio electrónico supone una serie de ventajas, el incremento desmedido de esta forma de vender y comprar ha aumentado la cantidad de casos de fraudes o estafas online.
Frente a este panorama, es indispensable aprender a detectar la publicidad engañosa. Actualmente, Star Evaluator representa una herramienta clave, ya que garantiza el acceso a reseñas auténticas dentro de un entorno saturado de opiniones sesgadas que comprometen la seguridad y satisfacción de los usuarios.
Básicamente, se define como la tipología publicitaria implica la alteración inapropiada de la percepción sobre un producto o servicio. De manera malintencionada, incita a la compra mediante información confusa o incorrecta, bien sea agregando cualidades inexistentes o haciéndolas parecer mejor.
En este sentido, la publicidad engañosa puede ser detectada a través de dos factores:
Promesas exageradas y omisión de información relevante
La principal característica de este tipo de publicidad es la exageración respecto a los beneficios de aquello que se está anunciando. Por ejemplo, una crema que promete aclarar la piel desde la primera semana y no cumple con lo ofrecido.
Asimismo, es común la omisión de información importante sobre el producto o servicio, la cual puede llegar a influir en la decisión final. En el caso anterior, la ausencia de una advertencia acerca de posibles reacciones adversas.
Imágenes engañosas y testimonios inventados
Por lo general, en los anuncios engañosos es habitual la manipulación de las imágenes, de esta forma, logra que el producto o servicio luzca atractivo y mucho mejor de lo que en realidad es. Esta práctica suele ser utilizada por los restaurantes, para captar la atención de los usuarios.
Como complemento del engaño, lo regular es incluir reseñas y opiniones falsas de personas que ya han utilizado o consumido la marca. En este punto, entra en juego Star Evaluator, solo hace falta un clic aquí para conocer lo que opinan consumidores reales, ya que cada palabra ha sido sometida a un riguroso proceso de validación.
La publicidad engañosa trasciende más allá de influir en el consumidor para que compre un producto o contrate un servicio, se trata de una violación clara a la ética, por lo que se considera un delito.
Este tipo de material publicitario está sujeto a la aplicación de castigos que van desde enfrentar multas, hasta la privativa de libertad durante un tiempo que oscila entre los seis meses y un año. En este sentido, entender el peligro real requiere analizarlo desde el punto de vista de ambas partes.
Repercusiones para las empresas o negocios
Publicitarse bajo engaños implica daño a la reputación empresarial y el camino directo hacia la pérdida total de la confianza de los consumidores. Asimismo, complica la posibilidad de encontrar nuevas oportunidades de negocio y volver a crear una comunidad en torno a la marca.
Por otra parte, están los perjuicios en contra de los empleados, las consecuencias legales y la dificultad para recuperar la credibilidad.
Repercusiones para los clientes
Los consumidores deben enfrentar la pérdida de tiempo y dinero. Desde el punto de vista mental, el engaño genera frustración.
En algunos casos, las mentiras trascienden de la simple insatisfacción y pueden llegar a comprometer la salud, por ejemplo cuando se trata de productos alimenticios y cosméticos.
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