Cultura

"Hablar y vivir en América" (fragmento)

Concepción Company Company presentará su libro este lunes 14 de agosto, del cual El Colegio Nacional nos ofrece el siguiente fragmento

el colegio nacional

Cuando haces un diccionario te das cuenta que es una fotografía estática de algo que es muy dinámico: la lengua, que se transforma de manera constante, señala Concepción Company Company.

Concepción Company Company, miembro de El Colegio Nacional.

Gerardo Márquez

Compartimos con los lectores de Crónica un fragmento del libro Hablar y vivir en América, nueva producción editorial de El Colegio Nacional que se presentará hoy a las 18 h. en el Aula Mayor de la institución (Donceles 104, Centro Histórico, CDMX). Participarán Concepción Company Company, coordinadora del volumen; Antonio Rubial, miembro de la Academia Mexicana de Historia y Marina Garone, investigadora de la UNAM. La mesa la moderará Veka Duncan.

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El subcontinente americano que constituye la actual Hispanoamérica tiene dos características que lo hacen único en el planeta Tierra, en cuanto a su geografía y a su historia. La protagonista de tal exclusividad es la lengua española. Por un lado, Hispanoamérica constituye la mayor vastedad geográfica de nuestro planeta en que un ser humano puede desplazarse sin cambiar de lengua materna y caminando. Puede cambiar de país, puede comunicarse con otros muchos seres humanos, puede intercambiar puntos de vista y modos de ver el mundo, puede solucionar el día a día cotidiano, puede, en definitiva, vivir usando siempre la misma lengua, es decir, empleando un único patrimonio esencial, inherente e identitario, que es la lengua española. A través de 16 países, que integran la parte continental no insular de Hispanoamérica, a lo ancho de algo más de 12 millones de kilómetros cuadrados […] y a lo largo de poco más de 11 700 km en línea recta, desde el río Bravo hasta la Tierra del Fuego, una persona hispanohablante nativa puede atravesar fronteras políticas y administrativas, puede comunicarse y hacer su vida diaria usando siempre la misma lengua: el español. Tal situación no se repite en ninguna otra área planeta.

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Concepción Company.

Por otro lado, en condiciones exógenas normales, incluso en condiciones de conquista, es sabido que es casi imposible establecer cuándo se crea una lengua. Para el español americano, en cambio, sí es posible datar el inicio con total precisión, en año, día, mes y hora. El español de este continente inició la segunda semana del mes de octubre de 1492 cuando todavía no amanecía, a partir de que Cristóbal Colón y sus hombres tocaran tierra en una de las islas de las Antillas […], y tuvieran los primeros contactos con los pobladores naturales de este continente.

Este libro trata de la lengua española en América, de cómo llegó a través del mar y de cómo éste, junto con los barcos que hacían la travesía a América, configuró nuestros modos de hablar. Trata de cómo el español, solo o, las más de las veces, en contacto con numerosas lenguas amerindias, fue vehículo de comunicación de grandes contingentes humanos, hispanohablantes nativos y también no hispanohablantes, que construyeron sociedades, culturas y modos de entender el mundo, en suma, la vida toda, en lengua española y normaron su vida mediante ella. Hablar, como ya se sabe, es una actividad transversal y transdisciplinaria que permea y construye la vida diaria de cualquier ser humano. De los muchos modos de ejercer esa actividad transversal en este continente, de hablar y de vivir en América, se ocupan los capítulos de este libro.

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Para acercarse y entender mejor esta obra es oportuno comentar dos hechos generales de tal actividad transversal cotidiana que dieron identidad a la lengua española en América, a la cultura con ella creada y a la sociedad en ella soportada: contactos y nivelaciones lingüísticas, aquellos y éstas con ángulos múltiples, diversos y complejos. En cuanto al primer hecho, hay que enfatizar que el estado natural de los seres humanos es el contacto y que, cosa sabida, éste puede, y suele, devenir en recíproco enriquecimiento lingüístico y conceptual de las personas que lo experimentan, bien porque el ser humano se apropia de nuevos referentes a los que hay que dar nombre, bien porque resignifica referentes ya conocidos, esto es, aparecen en su mundo nuevas conceptualizaciones gracias al contacto.

La autosuficiencia cognitiva parece entrar en conflicto con la naturalidad del contacto, pero no es así porque casi siempre los resultados de éste terminan por formar parte integral de las coordenadas vivenciales del otro. El contacto es inherente a la vida de todo ser humano. Las convergencias y los trasvases culturales y comunicativos resultantes del contacto introducen nuevas realidades y conceptos en los grupos humanos, de manera que en las respectivas lenguas y sociedades usuarias se produce un enriquecimiento, sea porque se incorporan nuevas voces para nombrar la nueva realidad o renombrar realidades parecidas, en forma de préstamos y de calcos léxicos, sea porque se suscitan, aunque con menor frecuencia, modificaciones morfosintácticos en las lenguas en contacto, o también, dentro de la misma lengua, en las variedades que entran en contacto, sea porque, con mucha frecuencia, se generan nuevos hábitos de pronunciación, sea porque, por lo general, se abre la puerta a nuevos modos de entender y apropiarse del mundo, ya que el contacto obliga a un mejor entendimiento de la otredad y resulta en una mayor tolerancia hacia el otro.

Cartelera de El Colegio Nacional

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