Escenario

31 minutos rinde homenaje a Don Quijote abrazando al niño interno

COBERTURA. Este fin de semana los creadores del popular noticiero infantil presentaron un show especial en el Pepsi Center causando alegría y nostalgia

concierto

31 Minutos en el Pepsi Center.

31 Minutos en el Pepsi Center.

OCESA/Liliana Estrada

Nostálgica noche la que se vivió el pasado sábado en el show de 31 Minutos, el noticiero infantil que hizo estallar la televisión hace 20 años.

Fue increíble apreciar el efecto que esté programa causó en más de una generación, pues la noche de ayer se llevó a cabo el reencuentro del famoso programa con un show mágico. Lo que por lógica se pensaría ser una presentación dirigida a niños, en realidad era una función no para una, sino varias generaciones.

En su mayoría personas adultas, que el día sábado dejaron la rutina en sus casas, y guardaron al adulto preocupado para desnudar a su niño interno, haciendo un retroceso, por lo que se vibró ayer, a una infancia feliz.

El noticiero infantil tuvo gran impacto en estos niños que lo recuerdan con amor la noche del sábado, pues lo único que podía sentir era una energía cargada de alegría, y mucha conmoción.

Los personajes fueron ovacionados por los mexicanos.

Los personajes fueron ovacionados por los mexicanos.

OCESA/Liliana Estrada

En la puesta en escena se podía admirar el templete, en él había lo que simulaba un telón, de lado izquierdo estaban los dos músicos que tocarían sus instrumentos para darle otro ambiente a la obra, y el escenario se bañaba de una luz cálida que daba un toque bohemio al lugar.

Del otro lado se podía ver un recinto totalmente lleno, desde la platea, hasta la parte alta del Pepsi Center WTC, mismo que cuenta con una capacidad de aproximadamente ocho mil personas.

El show Don Quijote De La Mancha, obra de Cervantes, es una adaptación la cual el programa 31 Minutos retoma como una parodia teatral, en la que se tocan elementos esenciales de la historia, pero añadiendo el toque peculiar que caracteriza a los protagonistas del programa.

En los personajes principales estaban: Juan Carlos Bodoque quien dio vida a Miguel de Cervantes; Tulio Triviño, a Don Quijote; Juanin Juan Harry, a Sancho, y Patana a Pantonia, la sobrina del aventurero.

El público aplaudió las personificaciones de los títeres.

El público aplaudió las personificaciones de los títeres.

OCESA/Liliana Estrada

Una obra muy divertida, que provocó mucha euforia en los invitados, pues sus diálogos causaban una risa incontrolable, además de que los títeres interpretaron algunas canciones como “Alonso Quijano pierde el juicio”, “Hazañas y patrañas”, “Fuego”, “El caballero de la triste figura”, entre otras.

En está parodia se apreciaron temas como la fantasía, la locura que nos saca del día a día y la esencia personal que nos motiva a cumplir nuestros sueños a pesar de las dificultades. Además se hizo alusión a la amistad y al amor como valores dignos de defender, y no pudo faltar en la función el humor, que sin duda fue único.

La fiesta culminó con un pequeño concierto que ofrecieron los artistas que dan vida a los personajes de 31 Minutos, cuando éstos se hicieron presentes en la puesta en escena, la gente los empapo con una ola de aplausos y gritos, de verdad era impresionante ver la huella que estás personas habrían dejado a través de la televisión a aquellos niños.

Fue una locura cuando sonó la primera canción, cinco fueron las rolas que retumbaron, entre ellas “Mi muñeca me habló”, “Tanganica, Tangananá” y “Yo nunca vi televisión”. El ambiente se acabó de encender cuando Álvaro Diaz, quien da vida a Juan Carlos Bodoque, pidió a los asistentes aplaudir al ritmo de la música, esto causó mucho revuelo pues no hubo una sola persona que no hiciera caso.

Fue una noche para abrazar al espíritu infantil.

Fue una noche para abrazar al espíritu infantil.

OCESA/Liliana Estrada

Fueron 90 min muy agradables, minutos que no se sintieron, sino por el contrario, pasaron muy rápido. Alrededor del lugar se dejaron ver muchos niños en cuerpos de adultos que portaban sus orejitas rojas, algunos con títeres haciendo alusión al noticiero. Eran familias enteras, padres que se llevaron desde los niños hasta la abuelita, sin duda alguna, un ambiente muy familiar lo que se apreció esa noche.