La directora francesa Catherine Breillat, con películas que exploran de forma cruda y directa el deseo sexual femenino, cargó este miércoles contra el feminismo, llegando a afirmar que puede ser “peor que el islamismo radical de Irán”.
En un encuentro con periodistas en la Filmoteca de Catalunya, con motivo de la retrospectiva que le dedica el festival de cine de autor D'A, la cineasta francesa no dejó indiferente a los asistentes con ninguna de sus consideraciones sobre esta cuestión o sobre el oficio de actuar.
Opinó que hay feministas “muy histéricas”, cuando para ella este movimiento debería abogar por los mismos derechos para hombres y mujeres.
“Estoy muy en contra de una gran parte del feminismo actual por su rigorismo moral, pensamiento único y su fascismo. Se está creando a una generación de mujeres para que detesten al hombre. Y yo, todo lo contrario, amo a los hombres, aunque en mis películas se haya reprochado que exageraba con respecto a sus defectos”, proclamó.
Asimismo, no obvió que existen problemas con “cierta parte de la masculinidad”, pero pidió que se deje de decir que todos los directores son “violadores y depredadores”.
Autora de obras como L'été dernier, su nuevo título, en el que una abogada de éxito tiene una aventura con su hijastro menor de edad, dejó claro que no soporta que le den órdenes ni se considera una asistenta social.
“Es importante educar -indicó en referencia al papel de los cineastas-, pero yo me considero más como entomóloga, no quiero ser una jueza”.
El cuerpo, herramienta del actor
Mantenido que el oficio de actor debería volver a ser como en el siglo XVIII, cuando estos se consideraban “prostitutas” porque hacían “comercio, no sexual, pero sí con su cuerpo, su herramienta de trabajo”.
“El actor y la actriz hacen comercio de su cuerpo porque el cine es el arte de la encarnación. Que todo pase por el cuerpo y por el rostro tiene un punto de carnívoro y antropófago. Pero estamos llegando a unos límites en los que vamos a prohibir más cosas que en Irán. Y yo, ni como cineasta ni como mujer, quiero esto, y hasta que pueda lucharé contra ello”, enfatizó.
Asimismo, señaló que es “fundamental” conservar el cine “como arte”, así como la “libertad de pensar”.
“Estoy muy en contra -prosiguió- de las coordinadoras de intimidad, porque se creen juezas de la virtud absoluta, y lo que hacen, básicamente, es molestar en los rodajes, no tienen un discurso razonable, aunque es verdad que hay que cuidar a las actrices jóvenes”.
Sobre el deseo, destacó que hay que defenderlo “siempre”, y agregó que la supervivencia de la especie humana “depende del deseo”.
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