Chiara Mastroianni realiza una especie de homenaje a su padre en Marcello mio, una película en la que se disfraza del gran Marcello Mastroianni, algo que le resultó fácil. “Lo que fue perturbador fue volver a ser yo misma”, afirmó en la presentación del filme en el Festival de Cannes.
“Hace tantos años que me dicen que me parezco a mi padre, que ser él no fue difícil, me gustó mucho. Lo que fue perturbador, lo que no me divirtió nada, fue volver a ser yo misma”, explicó la actriz en la rueda de prensa.
Al respecto señaló que para trabajar como actriz trata de poner una cierta distancia. “Si me dejo llevar por la nostalgia y la tristeza, haría un filme solo para mí. No quiere decir que no sienta las cosas pero no quiero que mis propias emociones invadan mi personaje”, agregó.
A fin de cuentas, señaló, se trata de un juego. “Yo soy Marcello en la mirada de los otros pero yo no me veo”.
La actriz es la protagonista de una película de Christophe Honoré que compite por la Palma de Oro de Cannes y en la que está acompañada por su madre, Catherine Deneuve, y por actores como Fabrice Luchini y Melvil Poupaud, el cantante Benjamin Biolay (exmarido de Chiara) o la realizadora Nicole Garcia.
Todos ellos se interpretan a sí mismos aunque son en realidad personajes alejados de sus personalidades en una historia en la que Chiara Mastroianni empieza a vestirse como su padre ante la mirada estupefacta de los que la rodean.
Hay detalles en el filme que son reales, como el hecho de que a Marcello Mastroianni le encantaba recoger perros de las calles, pero está lejos de ser una película biográfica, precisó el realizador.
“Me prohibí leer biografías de Marcello Mastroianni”, afirmó Honoré, que resaltó que su película no desvela nada de la vida privada del actor italiano porque “hubiera sido como traicionar la complicidad que tengo con Chiara”.
Lo que ha pretendido es crear un “misterio suplementario” sobre el protagonista de La dolce vita (1960) y hacer un filme “que fuera una especie de sortilegio, mágico, que invocara un espíritu”.
Pero que hablara “sobre el trabajo de los actores, sobre la identidad de los actores, el paralelismos entre actores y espectadores, porque los espectadores nos identificamos con la gente que está en la pantalla y los actores con un personaje”.
Chiara Mastroianni precisó que “son personajes de ficción inspirados en personajes reales” con los que, partiendo de lo íntimo, Honoré ha llegado al lirismo y a crear una historia que parece real pero que es muy diferente.
Un proyecto que la actriz calificó de “audaz, un poco arriesgado y emocionante” que le propuso el realizador, con quien había trabajado ya en seis películas y en una obra de teatro antes de esta, lo que le permitió entrar con confianza en la película.
Mientras que para Deneuve, al principio no le parecía interesante interpretarse a sí misma, pero leyó el guión y le gustó mucho por “su originalidad y ternura”.
La actriz, eterna diva del cine francés, habló también de la carga que ha supuesto para Chiara ser hija de dos actores muy conocidos. “Ha tenido una paciencia maravillosa, nunca se ha enfadado cuando le ha preguntado por ello, ha sido inteligente con ese tema”.
A lo que Chiara añadió, sobre el personaje de su madre en el filme, “que no debe de ser fácil para una madre que su hija elija a su padre hasta ese punto”.
En su caso, ha sido su trabajo como actriz lo que le ha permitido mantener ese “vínculo silencioso e interno” con su padre, no con el actor.
Y reconoció que como siempre ha escuchado que se parece tanto a su padre físicamente, cuando le dicen que también tiene cosas de su madre, la “desestabiliza”. “A veces me veo en tu mirada”, agregó Deneuve.
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